Todo sistema –en nuestro caso entiéndase capitalista—gesta en sus propias esencias lo que ha de ser su contrario. El capitalismo salvaje ha venido acelerando su propio fin.
Este hecho se materializa partiendo de la enfermedad congénita que le abriga, esto es, la crisis periódica o cíclica que hoy traquetean inevitablemente en sus entrañas, visibilizando que haga lo que haga por torcer la historia se está ahogando en la orilla de la mar.
El capitalista que trasciende al egoísmo y el individualismo, la acción de los medios de comunicación social privados con toda su carga manipuladora, maliciosa y desinformadora, los pueblos del mundo le están saliendo al paso al capitalismo salvaje con el establecimiento de relaciones solidarias y de igualdad, están utilizando instrumentos como la educación y el trabajo de lastrado de la opresión y la explotación.
Han entendido que el camino hacia el sustentable sistema socialista. Que el socialismo es el único plan b con que cuenta la humanidad ante la destrucción de toda forma de vida en nuestra Madre Tierra, que venía gestando el neoliberalismo imperialista.
Los pueblos del mundo han transitado en los últimos dos siglos un acelerado atajo hacia la consolidación de una vida basada en el consumo creciente de bienes y servicios en aras del afán de lucro sin límites impuesto de manera dominante como único medio de subsistencia por el decadente capitalismo salvaje.
Por eso el pueblo de la República Bolivariana de Venezuela se en rumbo hacia el camino del Socialismo Bolivariano cuyo sistema de gobierno "produce la mayor suma de felicidad posible, la mayor suma de seguridad social y la mayor suma de estabilidad política", como lo sentenció el padre de la Patria, el Libertador Simón Bolívar.
Esto se traduce en un desarrollo integral y contextualizado --no disociado—de alto contenido humanista y ecologista, que planifica la utilización de los bienes naturales previendo la sustentabilidad y su conservación; la materia cultural está sustentada en "el amor y el arte hacia el disfrute de la vida perdurable y en los poderes creadores del pueblo", tal como lo subrayó nuestro Aquiles Nazoa.
En suma, en estos escenarios de paz, de progreso y Revolución Socialista, que solamente es atacada por la burda y desfasada derecha fascista apátrida, el capitalismo salvaje está en la peor de sus crisis, está en su debacle total.