En un extraordinario artículo publicado tanto en APORREA, como en Rebelión, el filósofo mexicano Fernando Buen Abad, rector de la Universidad Internacional de las Comunicaciones en Venezuela (LAUICOM) y especialista en Semiología realiza un análisis acerca de Supermán, el héroe de los cómics y ahora del cine estadounidense, denominado: "Patologías semióticas de Supermán y sus imitadores" que aún cuando es acerca del personaje de ficción, lo aplica a la política y dibuja al presidente gringo, (a quien apodan "zanahoria") Donald Trump
https://www.aporrea.org/internacionales/a342886.html, como en Rebelión: https://rebelion.org/patologias-semioticas-de-superman-y-sus-imitadores/.
Sin embargo, Buen Abad también dibuja a un personaje que desde Venezuela y asesorado por malos manejadores de la comunicación, intenta copiar ese modelo de dominación ideológica. Veamos lo que dice Buen Abad del ficticio y la interpretación o hermeneusis que le damos a dichos asertos en relación a "Súper-bigote y Súper-cilita" y otros personajes de la política y el divertimento latinoamericano, todos "con los interiores por fuera", como se dice en Venezuela:
1.- "Un disfraz como síntoma. Vestirse como Supermán puede parecer una humorada inocente, lúdica, festiva o nostálgica. Pero en realidad revela un campo profundo de significaciones, ideologías y patologías culturales. No se trata sólo de un simple disfraz, es una semiosis compleja, una forma condensada de interpelación ideológica, un síntoma del orden simbólico del capital que proyecta, reproduce y naturaliza ficciones de poder, salvación y superioridad. Supremacismo".
2.- "Supermán es una máquina narrativa que encarna la lógica del mesías armado con super-poderes, invulnerable y externo al mundo. Con el disfraz se crea una de piel ideológica que algunos sujetos adoptan no sólo para jugar, sino para vivir imaginariamente, un rol que compensa angustias, frustraciones o impotencias reales. En el corazón de ese acto se tejen relaciones patológicas entre el deseo, el poder y el sentido. Un héroe fetiche semiótico".
3.- "Su invención (la de Supermán) no es neutral: aparece como respuesta semiótica a un mundo convulsionado, con masas empobrecidas y poderes políticos débiles. Desde el inicio, el personaje encarna una solución mágica: alguien que, sin necesidad de procesos colectivos, resuelve conflictos con fuerza sobrehumana y moral incuestionable. El "hombre de acero" se convierte así en un operador semiótico de la ideología dominante: Promueve el culto a la fuerza física como vía de justicia. Refuerza la mitología del individuo redentor que actúa por fuera del Estado y del pueblo".
4.- "Disfrazarse como él es adoptar, aunque sea de forma transitoria, esa gramática y sus valores: invulnerabilidad, superioridad moral, unilateralidad, despolitización del conflicto, desprecio por la organización popular. Es la patología de la identificación: Deseo de poder sin conciencia de clase. Quienes se visten, real o virtualmente, como Supermán no son culpables, sino efectos de un proceso más amplio. El sujeto que se disfraza, activa operación semióticas que lo llevan a encontrar placer o consuelo. Hay aquí una patología semiótica del deseo: el deseo de ser superhombre, de vencer con facilidad, de "salvar" sin mancharse, de imponer orden sin conflicto dialéctico".
5.- "Tal identificación es regresiva, en tanto promueve una fantasía de omnipotencia deshistorizada, despolitizada y desconectada del devenir colectivo. Es la lógica del poder sin proceso, del triunfo sin lucha de clases, de la justicia sin justicia social. Es el culto a la solución rápida, apolítica y espectacular".
6.- "Esa patología tiene, al menos, cinco síntomas semióticos: Anulación de la fragilidad humana: disfrazarse de Supermán implica negar la fragilidad, el dolor y la contradicción, que son constitutivos de la vida humana y del proceso revolucionario. Disolución de la praxis colectiva: se sustituye el poder popular organizado por un poder individual vertical. Naturalización de la violencia "salvadora": el "superhéroe" actúa desde el uso del poder físico, legitimando la violencia monopolizada y moralmente "pura". Idealización de la identidad burguesa blanca: Supermán no es cualquier cuerpo: es un varón blanco, musculoso, heterosexual y de mirada recta. El disfraz repite ese canon. Escapismo compensatorio: ante un mundo injusto, el sujeto en vez de transformarlo se evade simbólicamente, disfrazándose del que "lo resolvería todo" por él".
7.- "El que se disfraza como Supermán se acopla a un significante que ofrece seguridad, prestigio, reconocimiento, "heroísmo" sin sacrificio. Pero esa prótesis es también una cárcel simbólica. Desde la Filosofía de la Semiosis, todo signo encarna una relación de poder. Supermán, como figura semiótica, encarna un anti-humanismo de masas. No sólo porque niega la fragilidad, la contradicción o el proceso, sino porque impone un modelo de humanidad separado del pueblo, superior a lo humano".
8.- "No debemos detenernos en la superficie del disfraz, hay que desmontar los dispositivos ideológicos que lo producen….. Se trata de rescatar a la especie humana de su secuestro mercantil, de liberarnos la fantasía del monopolio de los superhéroes neoliberales. Se trata de imaginar otras formas de heroísmo, otras estéticas de la transformación, otros ropajes que no nieguen lo humano, sino que lo celebren en su potencia colectiva. Se trata de transformar la semiótica del disfraz en una herramienta de lucha simbólica, y no en un placebo emocional".
9.- "En un mundo donde millones de personas son despojadas, bombardeadas, explotadas o aniquiladas por los "verdaderos super-poderes" (esos que lanzan drones, bloqueos y mentiras) disfrazarse de Supermán es una expresión prepotencia, amenaza y extorsión. Nuestra Filosofía de la Semiosis no se conforma con observar los signos: los interpela, los combate, los resignifica. Y desde esa trinchera transparentar toda miseria simbólica. No necesitamos hombres voladores que nos "salven" desde el cielo mientras nos explotan y saquean en la tierra. Necesitamos pueblos que se levanten desde esa tierra".
HERMENEUSIS: El hecho de pretender copiar el modelo de súper héroe, sobre todo el más representativo del modelo imperial gringo del que nos queremos liberar, significa el deseo profundo de ser quien tenga súper poderes para resolver por él mismo las dificultades que se presenten y revela la condición de adolescente soñador y añorador de obtener poderes sobrenaturales que le permitan a Súper bigote estar más allá de lo humano. Es la visión "tropicalizada", con músculos y todo, de Supermán. Anteriormente habíamos expresado: Los muñecos de Súper bigote y más grotesco aún, de su pareja "súper-cilita, la rubia", junto a la campaña de videos y tiras cómicas, es un asumir la cultura dominante, que, como decía Ludovico Silva y Carlos Marx, es la cultura de la clase dominante, la burguesía. Incluso, eso se refuierza con la difusión de videos e imágenes de Chávez, Maradona, Maduro y Lacava como héroes icónicos de la industria cultural capitalista posmoderna al más puro estilo de Stan Lee, "Marvel Comics" y los "Avengers".
Por eso nos preguntamos: ¿Cómo nos descolonizanos así?