Estado, gobierno y Poder Popular (De Marx y Lenin a Dussel y Chávez)

Cuidado con el teoricismo, con la tendencia al teoricismo. El otro extremo es el pragmatismo, donde no hay teoría. No, ninguno de los dos. Debe ser la combinación de ambas: teoría y praxis”. Hugo Chávez. (*)

Uno de los temas claves en la Venezuela contemporánea es la relación entre estado, gobierno y poder. Estas tres macrocategorías definen y determinan de múltiples maneras nuestra vida en sociedad y más aún en tiempos de transformaciones sociales profundas.

De allí la necesidad de someterlas al análisis socio-político tomando en cuenta a Marx cuando decía: “La realidad es concreta porque es la síntesis de múltiples determinaciones, por lo tanto, unidad de lo diverso”. En términos tradicionales el estado es conceptuado como la representación de los intereses generales de la sociedad, es decir, en el estado están representados todos los sectores sociales, independientemente del lugar que ocupen en la sociedad. 

DE LA HISTORIA Y LA TEORÍA A LA PRÁCTICA: Más allá de esa visión aséptica del estado, desde una perspectiva marxista de obtiene otra lectura. “Decía Lenin que había pocos problemas tan embrollados por los ideólogos de las clases explotadoras, por los representantes de la filosofía, la jurisprudencia y la sociología burguesas como el problema del Estado” (1). Es decir, el problema del Estado representa la lucha de intereses de clases, que por su naturaleza y funciones, palpa intereses, puntos ideológicos de clase y diferentes concepciones que representan las ideas de las clases que gobiernan en un momento determinado de la historia. 

Luego de haber pasado por diversas fases en los modos de producción y/o formaciones económico-sociales, o en las particularidades del estado en imperios como el egipcio, asirio, mesopotámico, grecorromano, llegamos al estado burgués, propio del capitalismo, el cual según Konstantinov: “El Estado burgués es un instrumento de opresión de clase y, a la par con ello, un instrumento de represión de las naciones sojuzgadas por la burguesía de la nación dominante”. De hecho, el mismo Marx en una crítica a Hegel dice:“Hegel plantea que “Puede decirse que la soberanía intrínseca reside en el pueblo, cuando se habla en general de una totalidad, así como precedentemente se demostró, que la soberanía corresponde al Estado”. Marx: rebate dicho planteamiento exclamando:“¡Cómo si el pueblo no fuese el Estado real!”, el Estado es lo abstracto. Sólo el pueblo es lo concreto. Es notable que Hegel únicamente después de grandes vacilaciones y reticencias atribuya a lo concreto una cualidad viviente, como la de la soberanía, mientras lo hace sin duda para lo abstracto”. (2)

De allí que Lenin, en su brillante planteamiento acerca del Estado “En Estado y Revolución” (3) reflexiona acerca de los elementos teóricos (Marx, Engels y los anarquistas) y prácticos (la revolución de 1848 y la Comuna de París) de la superación o transformación del estado burgués para genera la construcción de un estado socialista en las condiciones singulares de cualquier proceso revolucionario propone cómo, desde su perspectiva debe realizarse la destrucción del estado burgués (o suprimirlo). Este es un texto clave para analizar procesos revolucionarios.

En nuestro ámbito latinoamericano también hemos tenido extraordinarios aportes como los de El Libertador Simón Bolívar en el Discurso de Angostura donde propone cómo debe ser el estado y la forma de gobierno en una nación libre y soberana como Venezuela, así como también José Carlos Mariátegui cuando plantea que nosotros no debemos ser calco ni copia sino creación heroica para construir una sociedad justa, equitativa y soldaría, es decir, el socialismo “indoamericano”.

EL GOBIERNO, LOS GOBIERNOS. Recordemos que el estado se concreta en los poderes públicos, legislativo, ejecutivo y judicial. Pero como en Venezuela avanzamos más allá, acá se incorporó el Poder Electoral y el Poder Ciudadano (llamado Poder Moral por Bolívar y luego Hugo Chávez). En tal sentido, el gobierno viene a ser la manifestación del Poder Ejecutivo en cada uno de los ámbitos espaciales nacionales, es decir, presidencia, vicepresidencia de la República y ministerios, regionales en el ámbito nacional, gobernaciones de estado en los estados y alcaldías en los municipios. Falta acá concretar el denominado Poder Popular para que se haga realidad y vaya más allá de lo jurídico (es decir, lo contemplado en las leyes del poder popular). Siendo así, el gobierno, o sea, el poder ejecutivo es uno de los tres poderes que conforman el Estado. Corresponde al Gobierno, y lleva a cabo la ejecución de las leyes y políticas. El poder ejecutivo lo posee el Gobierno de un Estado. Este es el encargado planificar y dirigir las actuaciones estatales, y de aplicar las leyes que dicta el poder legislativo. A su vez, se somete al control externo del poder judicial. Además, tiene otras funciones, como la de representar al país en el exterior o el control de la fuerza pública en sus diferentes roles como seguridad de estado, prevención, control y represión, así como la protección de las fronteras. Es preciso destacar que las administraciones públicas pertenecen al poder ejecutivo, debido a que son las encargadas de ejecutar la función administrativa del Gobierno. Así que no hay que confundir, como ocurre coloquialmente, gobierno con estado.

Ahora bien, ambas categorías, estado y gobierno tienen relación directa con el Poder, en el sentido que significan la expresión de la imposición, delegación o transferencia del mismo, dependiendo del tipo de pueblo y de proceso en que se encuentre la sociedad en un momento histórico determinado.

EL PODER OBEDIENCIAL: Si atendemos a que en Venezuela en la actualidad se da un proceso de transformaciones profundas, con sus respectivos vaivenes, como meandros de un río, entonces debemos realizar el análisis de para qué, para quiénes y cómo debe concretarse dicho proceso de transición. El Comandante Hugo Chávez que, como Bolívar, es un relámpago iluminador de nuestra Historia plantea en múltiples oportunidades que este es un proceso de trasformaciones al Socialismo, radical, anticapitalista, antiimperialista y profundamente popular, es decir, con el protagonismo del pueblo consciente y formado. Cuestionaba Chávez que no se podía usar el poder popular para que fuese un apéndice del gobierno, ni se le podía cooptar, manipular o someter. Acudía Chávez a los planteamientos de Enrique Dussel quien cuestiona la concepción del Poder como el que se nos ha “vendido”, al igual que el de liderazgo esa concepción eurocéntrica, colonialista, del poder fetichizado.

Decía Dussel, en ocasión de la entrega del premio al “Pensamiento Crítico”, que: El mismo pueblo, inviste al liderazgo, el pueblo lo consagra de un poder simbólico como instrumento de unidad y eficacia, como coadyuvante en la construcción de un proyecto de hegemonía que se unifica desde la pluralidad de las demandas de estos movimientos sociales, en el pasaje de la pasividad tradicional a la acción creadora, de la obediencia cómplice del pasado a la agencia innovadora. Es decir, el ejercicio de democracia sobre todo participativa, exige una cultura nueva del pueblo”…..El que ejerce dicho liderazgo, tiene plena conciencia de los límites de su poder simbólico, que es siempre delegado e investido por el pueblo, que es la última instancia soberana, el liderazgo político, legítimo, se transforma en lo contrario por ejemplo en los casos de un Hitler o un Pinochet, cuando el liderazgo se fetichiza olvidando el cumplimiento a las exigencias democráticas requeridas como por ejemplo, es una opinión personal, el caso del último Juan Domingo Perón”.

Por ello Dussel acude en una de sus Tesis Políticas a que debía pasarse del poder despótico o tradicional al de Poder Obediencial, cuestión nada fácil puesto que hay que confiar de verdad en el pueblo y no pretender secuestrar su participación por un gobierno o un partido político, por muy revolucionario que diga ser. Es tomar para nosotros, con nuestras particularidades, parte de la práctica del gobierno de los zapatistas en Chiapas, México

En tal sentido, Chávez, en sus palabras a Dussel lo refiere así:  “El liderazgo obediencial, el poder obediencial, es un de las líneas matrices de la tesis de Enrique Dussel, el mandar obedeciendo, eso debe ser un signo distintivo de los nuevos liderazgos de la democracia nueva, de la Revolución, de un poder político nuevo, pensado de una distinta manera, y desarrollado en la praxis de muchas otras distintas maneras, que nos vayan alejando de ese pasado que no es totalmente un pasado, que sigue amenazándonos en el presente. Todo ese formato, toda esa metódica del adecaje de la cuarta República, del Pacto de Punto Fijo, de la corrupción política, de la corrupción económica, la corrupción moral, eso sigue siendo una amenaza hoy latente, viva, que está por dentro de nuestra propia sociedad, por dentro de nuestro propio proceso. Bueno, es natural que así sea, Carlos Marx lo señalaba, la sociedad nueva nace contaminada de la vieja; debemos tener conciencia de esa contaminación, y además generar los anticuerpos, las vacunas para ir reduciendo los grados de contaminación de la vieja sociedad, sólo así podrá ir surgiendo, incrementándose, apareciendo en el horizonte entre nosotros la sociedad nueva, el hombre nuevo, la Patria nueva, el socialismo”. (4)

Todo ello implica que para hacer una Revolución de verdad hay que trascender en el concepto de Poder. En nuestra Constitución se dibuja cob claridad cómo debe ser. La democracia participativa y el protagonismo del pueblo, un pueblo consciente, formado no puede seguir delegando el poder, n queines están en el gobierno pueden creer que “transfieren poder”. Eso es el poder fetichizado, eurocéntrico, o moderno-colonial. Por muchas asambleas, congresos, consultas que se hagan, si no se cambia la mentalidad de ambos, pueblo y gobernantes, seguiremos haciendo tímidas reformas y no una revolución del pensamiento, del hacer y por tanto, de la VIDA en sociedad. 

Es así entonces como debemos seguir haciendo ciclópeos esfuerzos en la construcción con el pueblo, en la construcción de un verdadero Poder Popular que profundice en crear una Revolución Bolivariana, anticapitalista y antiimperialista propia de nuestras realidades económicas, culturales, políticas, geográficas y axiológicas. 

 

(1)F.V.Konstantinov. El Materialismo Histórico. Editorial Universitaria 1963. Capitulo IV.

(2) Carlos Marx. Crítica a la filosofía del Estado y del derecho de Hegel. Editorial Cultura Popular.

(3). V. I. Lenin.  EL ESTADO Y LA REVOLUCIÓN Fundación Federico Engels. 1997

(4) Enrique Dussel y Hugo Chávez: http://www.todochavezenlaweb.gob.ve/todochavez/784-intervencion-del-comandante-presidente-hugo-chavez-durante-acto-de-entrega-del-premio-libertador-al-pensamiento-critico-2009

(*) Hugo Chávez. Programa Aló Presidente teórico no. 3.

 


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Cécil Gerardo Pérez


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