La comuna en “Abya Yala”, entre diversos relatos (II)

“El Manifiesto Comunista”, de Marx y Engels: su razón poética, filosófica y científica

II

En esta perspectiva se examina con brevedad algunos antecedentes y analogías históricas sobre el rol de la corriente comunista en América Latina como parte de "Abya Yala" [nombre de todo el continente americano (América) antes de la colonización, voz de origen guna, kuna o cuna (indica "tierra en plena madurez"), lengua del pueblo originario Cuna que habita entre Panamá y Colombia, aceptado en 1977 por las naciones indígenas como una propuesta de la comunidad aimara de Bolivia a través de su vocero Takyr Mamani]. De allí la viabilidad de extrapolar el concepto marxista de comunismo primitivo (como visión eurocéntrica y occidental del modelo de producción económica) hacia la cultura de los pueblos originarios, aborigen o indígena. Aunque el paradigma del comunismo primitivo es incipiente en cuanto modo de producción económico. Así lo define Marx al plantearlo como un eslabón en el proceso dialéctico de las diferentes etapas evolutivas en la historia de la economía –luego aparecería en secuencia los modelos: esclavista, feudal, capitalista-imperialista, socialista y comunista—.

El comunismo primitivo se caracteriza por el bajo nivel de especialización de las fuerzas de producción, la propiedad colectiva de toscas herramientas de producción (aunque eran de pertenencia particular, las utilizaban para protegerse de las bestias) y la distribución equitativa de lo producido. Los hombres organizaban grupos cooperativos para cazar, pescar y recolectar, debido al desamparo y el aislamiento y no de la socialización de los medios de producción. La faena no generaba excedentes luego de cubrir las necesidades, ello evitaba la explotación del hombre por el hombre. No había desniveles de los bienes ni era necesario el Estado. Entre la acción de crear y lo creado no existía la mediación social ni el quiebre de conocimientos. Las relaciones sociales comunitarias afirmaban el autoconsumo.

Al mencionado modo de producción económico lo reemplaza, según la época o el lugar, el prototipo de producción esclavista o el feudal, de acuerdo al caso. En civilizaciones más complejas (tolteca, maya, azteca, inca) dicho tipo de productividad evolucionó a fases avanzadas. Si bien se emplea el uso comunal de la tierra, entre otros ejemplos, la nación Mapuche en Chile, en Los Andes (aldeas de Mérida) y sabanas venezolanas, con los terrenos comunales del campesinado y la institución de la "cayapa" colectiva o trabajo en equipo de la comunidad. En Venezuela hay testimonios ejemplares de comunas, si bien, ¿de alcance publicitario pero de ensayo reducido en la extensión del territorio? Hugo Chávez en el proyecto sociopolítico y económico de índole socialista propone el "Estado comunal" y al mismo tiempo recalca: "¡Comuna o nada!". No obstante, después de ser suprimido por sus adversarios, su razón comunitaria fue expelida a la llanura de la utopía por determinada tendencia política: ¿en apariencia de condición reformista, socialdemócrata y neoliberal?; ¿ajena a su programa originario del participativo "poder popular" y en favor del "proteccionismo económico" a la burguesía y la clase media alta?

Es pertinente añadir que hubo un acontecimiento que pasa desapercibido y poco se registra en la historia oficial. Se trata de la insurrección de los Comuneros en Venezuela. Movimiento revolucionario que se inicia en 1781 en Los Andes como un precedente de la Guerra de Independencia (las sublevaciones también se escenificaban en el resto de Hispanoamérica). Tenía por objeto liberar a Venezuela del colonialismo del Imperio español y reclamar la reducción de los impuestos decretado por el intendente general José Abalos, quien defendía el monopolio comercial de la Real Compañía Guipuzcoana. Institución abolida en 1785 a causa de las reformas borbónicas que permitieron el librecambio comercial entre Hispanoamérica y España. El rey Carlos III abrió al comercio 13 puertos de España con 27 en las colonias americanas.

Desde mayo a agosto de 1781 los rebeldes comuneros tomaron las poblaciones de San Antonio, San Cristóbal, La Grita, Lobatera (hoy municipios del estado Táchira); Bailadores, Guaraque, Pregonero, Tovar, Estanques, Lagunillas, El Morro, Acequias, Pueblo Nuevo, Ejido, Mérida y Timotes (localidades del estado Mérida). La meta de los alzados era llegar a Trujillo, Barinas y Caracas [consultar en: Aimee Zambrano, Los Comuneros de Mérida (09-07-2009), http://economia-socialista.blogspot.com/2009/07/los- comuneros-de-merida.html; Carlos Muñoz Oraa, Los Comuneros de Mérida, Universidad de Los Andes, Mérida 1971: 80 http://sisbiv.bnv.gob.ve/cgi-bin/koha/opac-detail.pl?biblionumber=396247; Enrique López, Los comuneros de Mérida; J. N. Serrano Contreras, Comuneros Venezolanos, Biblioteca de Autores y Temas Tachirenses, Nº13, Caracas 1961:15; Otto Maduro, Bicentenario 1781-1981: Los comuneros de Venezuela, Revista SIC, 44, Centro Gumilla, Caracas Junio 1981:(436), 268-269, http://gumilla.org/biblioteca/bases/biblo/texto/SIC1981436_268-269.pdf].

Se advierte que la comuna y su expresión social, los comuneros, no se trata de un fenómeno nuevo en las crónicas de la historia de Venezuela –ni en América Latina—. En la colonia sectores intelectuales de la población, vinculados a ideologías socialistas, fueron lectores informados de esas corrientes en Europa. Desde los Enciclopedistas, la Ilustración, la Revolución francesa y los Utopistas. Asimismo los colonialistas europeos no pudieron erradicar las prácticas de la producción comunal, arraigada entre los descendientes de las culturas originarias en América. En las políticas de poblamiento del Nuevo Mundo (Abya Yala) aceptaron en los repartos, encomiendas y lugares de fundación de pueblos, áreas para la producción colectiva llamadas "resguardos indígenas". De allí sobrevive ese espíritu comunal, que más adelante se expresa en el movimiento de insurrección de los Comuneros de Los Andes venezolanos. Simón Rodríguez hace referencia a la Toparquía (Comuna) como el gobierno de la gente sobre su comarca y asimismo se observa la conformación de sus territoriales estructuras sui generis en la actualidad.

Casi en simultáneo sucedieron revoluciones insurgentes anticoloniales –con fines semejantes en la América hispana—, de ellas las rebeliones de Túpac Amaru II y Túpac Katari en el Virreinato del Perú; la Revolución Comunera del Paraguay y los Comuneros de El Socorro y en otras poblaciones de Los Andes en Venezuela; con influjos en Cúcuta y Pamplona (hoy Departamento de Santander, Colombia), en el Virreinato de la Nueva Granada [en Antonio Caballero, Historia de Colombia y sus oligarquías (1498-2017), Cap. 4, Los malos y los buenos]. La sublevación comunera fue la respuesta al reformismo del gobierno de Carlos III de Borbón y su política económica, que tenía por objetivo fortalecer el poder político y aumentar las rentas fiscales. Sin obviar además que tales medidas formaban parte del auge del capitalismo en Occidente.

El levantamiento de Túpac Amaru II, sucedido entre 1780 y 1783, en el Virreinato del Perú, región del Cuzco, como reacción se extendió al sur peruano, el Alto Perú y el noroeste argentino pertenecientes al Virreinato del Río de la Plata. Entretanto algunas pautas de las costumbres sociales andinas como la reciprocidad simétrica, "la mita" (consiste en la regulación del trabajo de los indígenas en la américa prehispánica, incluso en la Colonia) y el tributo entre las relaciones comunales y la solidaridad de los caciques, fueron utilizados por Túpac Amaru para organizar la rebelión. Relativo al hecho de no ser un alzamiento local o doméstico, ciertos autores ven en Túpac Amaru II al iniciador de las asonadas comunales propagadas en Los Andes de Sudamérica, por algunas razones como: las mismas políticas económicas del rey y la castellanización del imperio español para desplazar las lenguas indígenas.

Aún persistía la comunicación en la Cordillera de Los Andes a través de los Caminos de los indios (llamados luego el Camino Real). Por allí transitaron los chaquis o mensajeros del Tawantinsuyo, el antiguo imperio inca ramificado a lo largo y ancho de Los Andes. Incluso su influencia se extendió hacia las sierras de Venezuela por al prestigio del líder inca: el curaca José Gabriel Condorcanqui (Túpac Amaru II), noble descendiente del último Inca de Vilcabamba (Túpac Amaru I). Relatan sobre José Gabriel, educado por jesuitas en el Cuzco, que su lucha se inspiraba en la lectura, como obra de cabecera, de Los comentarios reales de los Incas, de Garcilaso Inca de la Vega. Rememoraba de ese modo la grandeza del viejo Imperio inca y la dignidad de su linaje. Túpac en quechua significa "el que relumbra o resplandece" según de La Vega.

III

Aproximarse a obras literarias o filosóficas de carácter ideológico, sean religiosas o políticas –como el Manifiesto Comunista—, es indispensable liberarse de prejuicios o ideas preconcebidas y de tal forma obtener cierto enfoque objetivo mediante la interpretación del contenido. Reflexionar en las posibles variables que ofrece el contexto histórico, social, económico, político, filosófico, cultural y demás procesos del periodo cuando se creó el documento. Y claro está, no dar cabida a la ingenuidad, la inmadurez, la desinformación y el condicionamiento doctrinal. Es ineludible investigar y proveerse de un instrumental formativo, con la finalidad de no hacer conclusiones a priori y así evitar un procedimiento sectario y sesgado; de parcialidad ideológica y contrario a la realidad verdadera.

Se debe ejercitar el pensamiento crítico y la autocrítica. Criterios en cuanto método de investigación de la filosofía política, por ejemplo, en el enfoque de la realpolitik o política real. Disciplina que conduce al análisis de la geopolítica y el movimiento de los actores políticos en el tablero mundial o nacional. La política como es, descarnada y sin aderezos, y no como debería ser, la ficticia, según resaltó Maquiavelo sobre la veritá effettuale o la verdad efectiva, la realidad; de la cual no hay otra, aunque se oculte: "in' e parso piú conveniente andar dielro alla veritá effettuale mie della cosa, che all' immaginazione di essa" // "he considerado más apropiado ir directamente a la verdad objetiva de los hechos, que a su imaginaria representación" (en El Príncipe).

 

En tal sentido, el político carente de ética oscila entre el cinismo, la hipocresía y la doble moral. Se observa como un operador negativo (para las mayorías) en el engranaje de la política y la economía. Mientras tanto, desde la óptica de la criminología, muestra una conducta delincuencial (lumpo'litiker). ¿Es posible categorizar al político como enemigo de la humanidad? ¿Aunque el verdadero estadista actúa de manera contraria? De hecho el político es responsable de la existencia, del sufrimiento o la felicidad, de numerosas personas y de generaciones sucesivas, debido a las erróneas o acertadas decisiones que tome.

Ahora, al punto, en cuanto a la expresión del Manifiesto comunista se comprende al modo de un extenso poema épico en prosa, a veces alegórico y otros realista y trágico. Recuerda, aunque con notables diferencias, a los hexámetros de Homero y a los filósofos iniciales como el vaticinio de "La sentencia de Anaximandro" y la impresionante resonancia del tiempo desde el abismo del no-tiempo en la infinidad. O de Tales de Mileto y su pragmatismo frente a la realidad y de Heráclito (según Platón): la metáfora del río originando el ritmo dialéctico de que "todo fluye" o el panta rei (Πάντα ῥεῖ). Y aún más, el materialismo visionario de Demócrito y Epicuro al estudiar la Φύσις (phýsis) o naturaleza como después la nombró Cicerón. Tal evidencia se sustenta en la tesis doctoral de Marx, que quizás subyace en la esencia del Manifiesto, sobre: "Las diferencias en la filosofía de la naturaleza de Demócrito y Epicuro". Marx y Engels, ambos fueron poetas, aquél indagó lo esencial en la hermenéutica y la preceptiva poética de Schelling, Holderlin, Lessing, entre otros inspirados.

De acuerdo al comentario tiene pertinencia el análisis de Ludovico Silva [en El estilo literario de Marx] cuando subraya que "Marx pertenece a un género de escritores científicos de los que hoy se hallan muy pocas muestras. Su determinación de superar en el mismo toda división del trabajo lo llevó a cubrir todos los aspectos de la labor científica, incluido en primerísimo lugar el aspecto literario. ¿Por qué empeñarnos en negar a Marx lo que siempre fue para él una preocupación: su estilo literario (…) el Manifiesto es un caso ejemplar de adaptación del estilo literario a cierto efecto que se busca lograr en el público: la presentación apocalíptica de los hechos, la descripción de la historia como un teatro de luchas clasistas dramáticamente configurado, las predicciones terribles, y en general, el aspecto poemático, prestan a este escrito ‘un aire de rompeolas de las eternidades’ que era lo que precisamente buscaban Marx y Engels, con buen sentido político".

El Manifiesto fue redactado por encargo y compromiso político en la época del Romanticismo, adelantándose a la propuesta del "deber social" de los existencialistas franceses del siglo XX. ¿Tal vez éstos fueron infiltrados por las ideas de Marx y Engels? Aunque ambos sistemas filosóficos son intemporales y diacrónicos. ¿Acaso Marx y Engels serían románticos? El Romanticismo proviene de la palabra "romantic" que en el s. XVII se entendía como lo primordial de la novela, también denominada romance: el relato de aventuras caballerescas en lengua romance. Con mayor precisión el Romanticismo representa la corriente filosófica, literaria y artística, difundida en Europa a fines del siglo XVIII y principios del XIX, con la particularidad de oponerse a los criterios estéticos del clasicismo.

El Romanticismo surgió en Alemania con Wilhelm y Schlegel, Novalis, Brentano, Müller, Jacob y Grimm. Quienes rechazan las ideas y razones estéticas del Clasicismo, el Racionalismo y la Ilustración; además los románticos tenían conciencia de iniciar una nueva época. En aquel momento valoran más el sentimiento que la razón, enfatizan lo irracional, lo vital, lo particular y lo individual por encima de lo abstracto y general; en la filosofía, el arte, la literatura y la historia. Al mismo tiempo buscan sus paradigmas de vida y pensamiento en la Edad Media y en la cultura popular. Proponen una inédita concepción dialéctica de la naturaleza a manera de un organismo en constante devenir. El interés por la historia, el valor de la tradición y la idea de conciencia colectiva o "espíritu del pueblo" (Volksgeist), configura una teoría romántica de la sociedad y del Estado desarrollada por Rousseau.

Son rasgos de ese período y de los autores influidos por el Romanticismo como Hegel, Marx, Engels, entre otros. Entonces el Romanticismo no se redujo sólo a la literatura o al arte puesto que conforma una tendencia filosófica que afectó la sensibilidad y la cultura de un prolongado ciclo histórico. Se reveló contra las normas y proclama la libertad como la vía para expresar la personalidad en todos los órdenes, interpreta y celebra la naturaleza, exalta la figura del hombre natural que vive al margen de las reglas sociales que le asfixian. El romántico idealiza lo real, por ello tropieza con el supuesto imaginado, la ensoñación de una realidad subjetiva que no se cumple porque sólo está en su mente. Se exhibe a sí mismo como un espectáculo y se arriesga en la aventura, un aspecto predominante en la creatividad.

Marx y Engels, pensadores de origen pequeño burgués y burgués, soñaban con un estadio superior de la humanidad sin resabios de atávica egolatría como auténticos románticos que en cierto momento de su juventud estuvieron influidos por el metafísico idealismo hegeliano. Pese a ello profetizaron la sociedad comunista mediante la razón poética, filosófica y científica. Con intuición, sentimiento y solidaridad, reforzaron con el corazón la filosofía y la política. De este modo deducen, desde el punto de vista de su existencia, el rol histórico del proletario, el obrero, el trabajador asalariado; el que vende su trabajo manual o intelectual como mercancía, siendo mercancía él mismo en la confrontación de la lucha de clases como nuevo antagonista político. Ya lo había previsto Hegel en la Dialéctica del amo y el esclavo.

Con tonalidad poética comienza el Manifiesto: "Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo". Sin embargo, no sólo en el Viejo Mundo pensaban que había muerto, en la tradición de los pueblos, el trabajo común como modo de producción económico y práctica política que espanta a los poderosos. La historia demuestra la costumbre comunitaria desde los inicios de la humanidad entre los nativos de los continentes del planeta. El sentido de comunidad y el proceder solidario tanto como el egoísmo y el individualismo, son actitudes, conscientes o instintivas, inherentes a la compleja naturaleza y la condición humana. Los individuos responden a estímulos, intereses, motivaciones y necesidades como, entre otros, el poder, la supervivencia, el dominio, la pertenencia y prevalecer en el tiempo. ¿Sólo la conciencia acaso puede descifrarlo?

Sugiere Adler, disidente de la Escuela psicoanalítica de Freud y fundador de la Psicología individual, en su teoría de los "Complejos de inferioridad", que el sentimiento de comunidad constituye un problema no resuelto por el hombre. Adler estima (en Praxis y teoría de la psicología individual) que el instinto de comunidad tiene origen biológico y además calma los impulsos de poder del hombre, quien sólo incrementa las expresiones de superioridad y de poderío aceptadas por la sociedad. Para él los antagonismos surgen de las relaciones sociales, mientras Freud apunta que se originan en el inconsciente. Entretanto se lee la controversial hipótesis de Marx y Engels: "La historia de todas las sociedades hasta nuestros días es la historia de las luchas de clases"; y, en efecto, el motor de aquélla. Al mismo tiempo señalan: "La moderna sociedad burguesa, que ha salido de entre las ruinas de la sociedad feudal, no ha abolido las contradicciones de clase (…) que se enfrentan directamente: la burguesía y el proletariado".

El modelo del capitalismo o neoliberalismo destaca que el gobierno del Estado sólo debe administrar lo que le corresponde, sin entrometerse en los negocios de la burguesía y facilitar el libre comercio. Tal actuación unilateral del Estado afecta los intereses del trabajador y genera conflictos de clase. En la historia, como una paradoja, la burguesía juega un papel revolucionario y de manera irónica Marx y Engels explican el por qué: la destrucción del vínculo del hombre con la naturaleza. En la actualidad se nota en las contradicciones ecológicas, el deterioro del medio ambiente, el calentamiento del planeta, la explotación de energías fósiles, el brote de pandemias, el complot y la comercialización de los alimentos y la salud. Se añade a ello la guerra, masacres, genocidios, despojo de territorios y de las riquezas naturales estratégicas a pueblos con inferioridad económica y militar. Marcados por migraciones, desplazamientos, limpieza étnica, racismo, fascismo, xenofobia, terrorismo de Estado y hambrunas, entre distintas complejidades. En correlato, en Imperio & Imperialismo, Borón comenta: "El petróleo constituye, hoy por hoy, el sistema nervioso central del capitalismo internacional, y su importancia es aún mayor que la que tiene el mundo de las finanzas".

Los especialistas, técnicos, científicos, profesionales e intelectuales orgánicos, se convierten en el servicio asalariado del capitalista. Existen "intelectuales orgánicos" de derecha y de izquierda, al igual que "progresistas", en ambas tendencias, ¿y dialécticos que acaso se ubiquen más allá de la izquierda conservadora y convencional? Está el caso del docente acoplado a los medios y redes de comunicación que asume la defensa y preservación de la superestructura, la hegemonía cultural, como el gendarme de la subjetividad ideológica y espiritual del capitalismo; para ello fue formado mediante la agenda oculta del diseño curricular de los procesos de la educación en la Antropología neoliberal. ¿Tienen o no conciencia del asunto, sólo ellos lo saben y están al tanto de su complicidad? Aparte se reduce la reciprocidad familiar al simple parentesco por dinero. Por consiguiente la modificación de los instrumentos de trabajo incide en las relaciones de producción y en los vínculos sociales. (Sigue en la parte III y última).

 

arjevach@gmail.com

 



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