"Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo. Todas las fuerzas de la vieja Europa se han unido en santa cruzada para acosar a ese fantasma: el Papa y el zar, Metternich y Guizot, los radicales franceses y los polizontes alemanes" (Karl Marx).

 

El fantasma del comunismo no es precisamente lo que está recorriendo Europa; más bien es su pérdida de ontología ante la política exterior de Estados Unidos, que la han convertido en rebaño, sin autonomía de ningún tipo, pero por su propia decisión.

Pero, en esta oportunidad, no hablaremos del viejo Continente, sino sobre "Nuestra América", donde, en los tiempos que transcurre, hay un fantasma que si está presente; está tomando mucha fuerza y vida en las elecciones para elegir presidentes. Es el fantasma de candidatos empresarios que aspiran ser presidentes en sus respectivos países, y mire que lo están haciendo con mucho éxito.

Tomando, como ejemplo, lo que puede volver a ocurrir en Ecuador, el próximo 15 de octubre, donde otro empresario, en este caso, Daniel Noboa, puede ganar en segunda vuelta, tomando en cuenta que éste, contrariando la opinión de la inmensa mayoría de las encuestas y de los analistas políticos que hicieron vaticinios, logró superar a cuatro candidatos que figuraban como favoritos para alcanzar el cotizado segundo lugar.

Este joven empresario, es hijo de Álvaro Noboa, uno de los hombres más poderosos del país desde antes que comenzara el presente siglo, y es parte de una de las familias más ricas de la nación. Pero también debe destacarse que fue seis veces candidato presidencial. La familia Noboa tiene una fortuna de "alta alcurnia"

El éxito de Daniel Noboa, para algunos analistas, estuvo en ser persuasivo, no confrontar ni ser pugnaz. Que fue muy racional en sus propuestas y sus intercambios con el resto de candidatos. Que, mientras los demás aspirantes se lanzaban improperios y descalificaciones, este joven empresario, metido a político, fue comedido, llamando siempre a la calma y a los acuerdos.

De allí que, desde ya, se sostiene que este candidato empresario debe continuar con esa estrategia política que, seguramente, le dará buenos resultados. Mantenerse al margen de la polarización es la recomendación que se le hace.

Hay que recordar que, en ese país, Ecuador, antes, en el año 2021, triunfó otro empresario y también político, Guillermo Lasso, que se sumó al creciente número de presidentes empresarios en América Latina.

Cada vez es más larga la lista de países donde empresarios han sido mandatarios.

Sólo como referencia digamos que, si contamos desde el año 2000, podemos mencionar a: Vicente Fox en México; Álvaro Uribe Vélez en Colombia; Mauricio Macri en Argentina; Michel Temer en Brasil; Juan Carlos Varela en Panamá; Sebastián Piñera en Chile; Horacio Cartes en Paraguay; Jovenel Moise en Haití; Pedro Pablo Kuczynski en Perú; Nayib Bukele en El Salvador; Luis Abinader en República Dominicana y quien compitió con Gustavo Petro, en segunda vuelta en Colombia, fue Rodolfo Hernández, un empresario de la construcción y quien había sido alcalde de Bucaramanga.

Algunos de esos empresarios, que terminaron siendo presidentes, crearon, en segunda vuelta partidos "a medida", otros usaron los históricos partidos como trampolín para llegar al poder y hubo quienes utilizaron las viejas estructuras partidarias, con cambio de nombre.

La palabra que más se ha utilizado en las campañas de esos empresarios ha sido la del cambio, que se asocia de inmediato con la de empresario buen gerente y exitoso contra un Estado, en manos de políticos, altamente ineficiente.

Al parecer, estos empresarios, se han convencieron de que les llegó la hora, el momento de "asaltar el estado" y de hacerlo sin intermediarios políticos.

Y la gran pregunta, que surge es: ¿quién está detrás de todo ese fantasma? Aunque aún existen los ingenuos por doquier, podemos asegurar que eso tiene nombre y apellido: se llama Casa Blanca.

Finalmente, recordamos que, hasta ahora, Venezuela es uno de los pocos países donde ese fantasma actual no ha logrado penetrar, pero mosca, porque en el año 2024, se realizarán las elecciones presidenciales y por allí anda rodando precisamente el nombre de un empresario supuestamente "exitoso", "honesto", "pulcro" y "eficiente".

Y en este mundo de despistados puede haber más de uno confundido que se crea ese cuento de empresarios eficientes y honestos, en una Venezuela donde siempre han vivido al amparo del Estado.

Como advertía, José Saramago "siempre llega la hora en que descubrimos que sabíamos mucho más de lo que pensábamos".