Qué discute el chavismo

"Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen arbitrariamente, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo circunstancias directamente dadas y heredadas del pasado".

Carlos Marx

Pensar una nueva concepción de la historia, requiere de la comprensión de la historia vivida. Demanda, al mismo tiempo, una nueva manera de imaginarla a partir del carácter plural que tienen los pueblos, en tanto que colectivo humano. Debe conducirnos a comprender el significado, el cómo y el cuándo logra el hombre trascender sus fronteras naturales, su ámbito local o nacional, y su entrar en contacto con otras áreas, con otros pueblos.

La historia no es una disciplina omnisciente, que tiene por la "verdad histórica" una suerte de valoración exacta e infalible. No olvidemos que, el objeto de la historia es estudiar los hechos sociales, ocurridos en una determinada formación social, con la intención de historiar el presente desde el presente. No olvidemos, asimismo, que la historia es un estudio de causas. Que éstas son de diversa índole, que influyen e inciden sobre el hecho histórico de distinta manera y con desigual intensidad.

Por lo que, estamos llamados a prepararnos para enfrentar el tiempo histórico presente de una manera muy distinta a como se hizo en el pasado, tanto en el lejano como en el reciente, porque la vida, en la Venezuela quinto republicana, es otra. No estamos sugiriendo rechazar el ayer; pero, no podemos seguir anclados a sus verdades. Para decirlo con palabras del Maestro Pablo Gonzáles Casanova "a las viejas alternativas de reforma o revolución, de nacionalismo revolucionario o populista, de dictadura militar o democracia, de capitalismo o socialismo vamos a añadir una alternativa emergente que tiene antecedentes en Rosa Luxemburgo y en el último Trotski, y en el Che y en Marcuse, y en Gramsci, y para no ir más lejos, en Martí y en el propio Rousseau… Porque ahora sabemos que el socialismo realmente existente no es el socialismo y la democracia realmente existente no es la democracia. Pero si sabemos eso, o si decimos que sabemos eso, tenemos que poner los puntos sobre las íes".

Althusser, en su obra, La Revolución teórica de Marx, afirma que: "Se trata de actuar sobre la historia, desde el seno de la única historia de lo específico de la contradicción, de esas diferencias específicas de la contradicción que permiten no demostrar o explicar a posteriori, sino hacer en nuestro único presente".

Pues bien, pensar en la edificación de un nuevo socialismo para Venezuela requiere una profunda redefinición de muchas de las categorías, conceptos y palabras con que se le ha definido hasta ahora. Necesario será entender, entonces, que más allá de su crítica y cuestionamiento deben elaborarse nuevas estrategias políticas. Que es necesario construir nuevos escenarios de discusión en donde la reflexión productiva supere las "descalificaciones crueles". Debe entenderse que, ante el fracaso de la experiencia de los proyectos socialdemócratas, comunistas y de liberación nacional, no podemos seguir atacándolos o defendiéndolos, sin un mínimo de consideración teórica que nos permita dilucidar ¿qué pasó con ellos?, ¿el porqué de su fracaso? Ya que, nuestras reflexiones serán de utilidad, para la Revolución Bolivariana, si estas están inundadas de voluntad política colectiva; que entienda que es un proyecto "alternativo hecho de muchas alternativas"; que pueda (y deba) ser entendido por el pueblo venezolano para que lo haga suyo.

En razón de ello, si en verdad queremos que la discusión que está abierta sobre los alcances de la Revolución Bolivariana arroje resultados positivos, debemos recuperar el pensamiento dialéctico -como fuente insoslayable- que nos permita elaborar construcciones metodológicas que den cuenta, de la Revolución Bolivariana, como proceso histórico-social concreto.

Necesario es, entonces, diseñar un marco de discusión renovado. Que tenga presente sus tesis y propuestas fundacionales; pero, que no se quede en ellas. Que entienda, que se trata del abordaje de una discusión que debe hacerse desde una racionalidad más amplia y de éste tiempo. Ya que, será así, como podamos establecer las fortalezas, las oportunidades y las amenazas, para enfrentar exitosamente el tiempo por venir.

Para decirlo con mayor claridad: debemos comenzar por discutir qué es lo que queremos discutir. Para luego definir, de manera precisa, los ejes o temas centrales que sirvan de fundamentación, y guíen el tiempo futuro de la Revolución Bolivariana. Hacerlo desde un abordaje crítico, entendido éste como un ejercicio que permite conocer y organizar con mayor claridad y, por tanto, con mayor fuerza, los elementos que motivaron la problemática que hoy está presente.

Y es que, abordar la discusión, desde una perspectiva crítica, nos permite conocer de manera lógica los factores desencadenantes y que se encuentran presentes en dicha problemática. Nos permite hacernos de un conocimiento real de la realidad que vivimos y que queremos superar; a la vez que, nos evita el riesgo de quedarnos naufragando en un mar de postulados teóricos, cuya discusión en muchos casos ha sido estéril y ha servido más para profundizar las heridas que para curarlas.

Abordar la discusión, desde una perspectiva crítica, nos induce a horadar, en lo más profundo, sobre qué significa ser venezolano en este tiempo. Nos obliga a entender que la relación entre racionalidad y conciencia, no es una relación instrumental, mecánica; sino que es una relación dialéctica, que tiene su lógica; por tanto, es una relación de conocimiento del conjunto de elementos y formas a través de las cuales podemos entender e interpretar los éxitos y fracasos, aciertos y errores, de la Revolución Bolivariana durante estos veintidós años.

Abordar la discusión, desde una perspectiva crítica, por ser contraria al análisis basado en el cientificismo teórico, habrá de enfrentarse con modos de razonar establecidos desde hace mucho tiempo. Los cuales, por cierto, son expresión de cánones metodológicos de mode, hoy superados por la propia realidad.



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Nelson Pineda Prada

*Profesor Titular de la Universidad de Los Andes. Historiador. Dr. en Estudios del Desarrollo. Ex-Embajador en Paraguay, la OEA y Costa Rica.

 npinedaprada@gmail.com

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