Cada uno a lo suyo

—Camará, cómo ve la situación.

—Otro más, pues.

Usted acaso no tiene ojos y sentido reflexivo para saber cómo está la cosa.

Para qué tiene que estar preguntando, vale.

O es que usted vive en otro planeta o en otro país.

Yo todos los días lo veo pasar para allá y para acá.

O me va a decir, que usted es ciego.

—Era una simple pregunta.

—Simple o compleja lleva a lo mismo.

A la necedad del diagnosticador, que quiere conocer todo y opinar sobre todo.

Dedíquese a lo suyo y en la medida de lo posible así va ayudando a sus semejantes.

A los más cercanos, la familia, luego a los vecinos.

Pase el suiche, sino le va a dar un corto circuito.

—Es que a uno no se le quita la costumbre.

—Esas son excusas y nada más.

Hay cosas que usted puede hacer y otras no, así de simple. Eso lo dijo un esclavo liberto según me contaron.

Pero como usted no quiere dedicarse a lo que puede hacer, entonces busca meterse en las cosas que no puede hacer.

Para quedar como interesante, inteligente, cool, pues.

No pierda el tiempo en cosas vanas.

No le dedique más tiempo a estos chamborros.

Póngase a pensar qué es lo que tiene que hacer. Y hágalo.

Eso es lo importante.

Estamos como el perro antes de echarse, dando vueltas.

—Así nos tienen.

—No es que así nos tienen, así nos hemos puesto a bailar al son de la música que nos tocan.

Y nos sentimos cómodos con eso, esa es la verdad.

Sacúdase todos esos piojos que le han caído encima.

Y póngase en los rieles.

Y se deja de distracciones vanas.

Asuma su vida y sus circunstancias. Que ahí está el resuelve.

—Eso estoy intentando hacer.

—Solo lo está intentando. No lo está haciendo.

Ahí, hay una diferencia bastante grande.

Deje de hacer intentos y póngase a hacer, que le salió choreto la primera vez, vuelva a hacerlo.

Hasta que le salga la cosa bien.

No hay de otra.

Al pan pan y al vino vino, dice el dicho

Cada uno en lo suyo.

Eso sí, atendiendo a los más inmediatos con la mano presta por si necesitan una ayuda.

Porque entre limpios no hay forma de ayudarse.

—Entre limpios no hay nada que hacer.

—Queda la voluntad y el cuerpo, esas son las herramientas que se tienen.

Además, de pensar y de ahí el salto para fajarse como los buenos.

No se puede estar esperando que esto se resuelva.

Hay que ir resolviéndolo poco.

En esa nos han puesto, vamos a darle garrote a esto.

Aquí no hay pasado que valga, solo hay futuro.

—Pa´lante es pa´llá

—Así mismo.

No hay que estar mirando para los lados.

Para los lados lo que queda es la cuneta, y de esa hay que salir.

Usted en lo suyo, yo en lo mío y así se suman fuerzas.

Y se olvida uno de tanto malevo político.

Y le dijo: Por ahora, apriete.



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Obed Delfín


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