El arado y el mar

El gobierno se puso la soga al cuello

Desde hace muchos años los países se rigen por Constituciones, no es pensable una nación sin ella, sería un caos, una Patria inviable. La Constituyente es un órgano transitorio que tiene como finalidad redactar una Constitución, se supone en un periodo muy corto. Las tres afirmaciones anteriores nos servirán para analizar la situación creada por este gobierno. Veamos.

Convocó a una Constituyente y obtuvo a todos los constituyentistas, no es momento para discutir las circunstancias de esa unanimidad, hablemos de lo que hace la constituyente, o mejor de lo que no hace.

No hay noticias de la redacción de esa constitución nueva, no se sabe de la discusión del primer artículo, y existe quien dice que ni siquiera han redactado un reglamento de funcionamiento interno. Pero es verdad que no han faltado acciones y leyes, alguna de ellas se sospecha que hipotecan la soberanía de la nación. Ha actuado como gendarme, guardaespaldas del gobierno, dicta leyes y resoluciones de acuerdo a su conveniencia. Y exige, y esto es muy importante, que todos los poderes, todos los electos le rindan sumisión. ¿Cuál es la situación?

El país se encuentra privado de una Constitución, la de Chávez, la del 99 fue derogada de facto, prueba de ello es que la constituyente puede dictar leyes que la contradicen, leyes huérfanas que no tienen sustento en ninguna Constitución, ni en la actual ni en la futura que aún no existe.

De allí que la constituyente se paga y se da los vueltos, actúa como un órgano monárquico, no le da cuentas a ninguna ley, a ningún reglamento. La constituyente no tiene plazo de extinción, puede durar siglos, no tiene límite su poder. En otras palabras, en el país no hay más ley que la voluntad de la constituyente, o más preciso, de la directiva. Son complejas las circunstancias que ha tejido la inanidad del gobierno: no hay ley, no hay constitución, es el caos.

¿Qué hacer?

Difícilmente se encontrarán unas circunstancias que legitimen más el llamado a defender la Constitución del 99, la de Chávez, a restituirla. Es importante que los chavistas tomen la iniciativa antes de que un fascista hale la cuerda que el gobierno se puso al cuello. Nada legal soporta al gobierno, él mismito, como chacumbele, minó sus bases jurídicas, sólo la frágil constituyente que cada día tiene menos soporte en la sociedad y en las leyes.

Las difíciles circunstancias jurídicas, sociales, económicas, políticas abonan la necesidad de restituir la legalidad nacional, que por supuesto no puede ser dentro de la reglas actuales. No sería una salida extraconstitucional, no hay constitución, al contrario, sería una operación de rescate constitucional. Podríamos resumir diciendo que el gobierno se está dando un autogolpe del cuál sólo falta la fase final.



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Toby Valderrama Antonio Aponte

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