Consejos para un buen gobierno (I)

No es Maquiavelo el único ni el mejor consejero sobre asuntos de gobierno. Desde el Medio Oriente, nos llegan importantes orientaciones, experiencias y convicciones, como las plasmadas en las obras de Alí ibn Abi Talib (600-661 d.C), paradigma de rectitud y justicia. De él se ha referido con respeto, George Jordac, destacado escritor cristiano de origen libanés, cuando nos preguntó: "¿Alguien ha visto alguna vez a un gobernante moler los granos con sus propias manos para prepararse él mismo el pan, o muchas veces no tener para comer más que ese mismo pan endurecido, o que remiende él mismo sus sandalias…?" En una famosa colección de dichos y escritos de Alí, en el Nahÿul Balâgha, aparece una carta con instrucciones muy precisas, dirigida a Malik Al-Ashtar, al designarlo gobernador de Egipto y sus provincias. Allí encontramos las características y el perfil de un buen gobernante, sus deberes y responsabilidades. Tomemos nota de algunos de sus consejos: Haz de tu mente el origen y fuente de buenos pensamientos, buenas intenciones y buenos actos.

Esto sólo puede lograrse si mantienes un estricto control de tus deseos. Recuerda que la mejor manera de hacer justicia es alejarte del mal e impedir los vicios y las cosas que el egoísmo desea desmedida e irracionalmente. Debes ser amable, compasivo y amar a tus súbditos. No sientas vergüenza de perdonar y olvidar. No te apresures a castigar y, no te enorgullezcas de tu poder de castigo. No te enfades ni pierdas la calma por los errores y fallas de aquellos a los que gobiernas; por el contrario, sé paciente y compasivo con ellos. El enojo y deseo de venganza no te ayudarán en tu administración. Sé imparcial y justo; si abandonas la equidad y la justicia, entonces ciertamente serás tirano y opresor. Siempre debes apreciar y adoptar una política que no sea demasiado severa ni demasiado indulgente; una política que se base en la equidad y la justicia y que sea largamente apreciadad y aprobada. El hombre corriente, el pobre y el sector aparentemente menos importante de tus súbditos, son los pilares del Islam. Ten cuidado al organizar tus contactos y al dar tu amistad. Porque en cualquier parte, la gente tiene fallas y debilidades y, es deber de los gobiernos controlar sus menores debilidades. Trata de superar aquellas debilidades que sean evidentes. No des motivo a la gente para que se envidien mutuamente. Trata de arrancar de raíz la mutua desconfianza y enemistad entre tus súbditos. Sé justo, imparcial y honrado en tu comportamiento con todos los individuos y colectividades. No permitas que se te acerque nada ni nadie que no merezca tu apoyo. Nunca degrades tu dignidad y prestigio. Recuerda que los murmuradores y escandalosos traficantes son un grupo indigno y sagaz. Aunque pretendan ser consejeros bien intencionados y sinceros, no te apresures en creer las noticias que te dan ni los consejos que te ofrecen, te harán temeroso de la pobreza y la miseria.

No permitas que cobardes o débiles actúen como tus consejeros, porque te volverán vacilante. Evita que cualquier persona codiciosa y ambiciosa aspire a ser tu asesor. Solamente compañeros y ministros honestos y humanos deberían obtener tu completa confianza. Confía en que te dirán las más amargas verdades, sin temor a tu rango. Junta y reúne a tu lado a personas piadosas, honestas y veraces, porque la adulación y las falsas súplicas, engendran la vanidad y la presunción. Estudia mucho con los hombres de conocimiento y conversa mucho con los sabios. El mayor deleite para el corazón de un gobernante debería ser el hecho de que su país está siendo conducido de acuerdo a los principios de la equidad y la justicia y que sus súbditos lo quieran. La pobreza de la gente es la causa real de la devastación de un país. La causa principal de la pobreza es el deseo de sus gobernantes y funcionarios de amasar riquezas y posesiones, ya sea por medios justos o injustos. Tu responsabilidad es velar por los derechos de los pobres y cuidar su bienestar...

*articulohugomoyer@cantv.net


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Hugo Moyer Agostini

Ing. Químico (1975). Postgraduado en Macroeconomía, Planificación y Creatividad Aplicada Total. Profesor Titular jubilado de LUZ (1997). Presidente Honorario de la Escuela Latinoamericana y Caribeña de Ciencias y Técnicas de Gobierno (ESCOLAG). Ha sido el primer Director del Instituto Zuliano de Estudios Políticos, Económicos y Sociales (IZEPES) y del Centro Latinoamericano de Altos Estudios de Gobierno (CELAEG) Ha sido asesor de Rectores de varias universidades, Alcaldes y Gobernadores, así como de la Presidencia de PDVSA y PEQUIVEN. Vive para la POLÏTICA y se resiste a vivir de la política.

 escolagzulia@gmail.com

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