Auditórium

¿La revolución nos acabó?

Está enteramente de acuerdo con el espíritu del totalitarismo la condenación de toda actividad humana realizada por puro placer y sin ulterior propósito. La ciencia por el placer de la ciencia, el gusto del arte por el arte, es igualmente aborrecible para los nazis, nuestros intelectuales socialistas y los comunistas. Friedrick Hayek….

Lamento que a los 18 años del gobierno bolivariano no se haya hecho un proceso de autocrítica, y análisis para darle continuidad a la revolución. Uno en cierto momento de la vida tiene ideas revolucionarias, desde el punto de vista moral, y ético; cuando el 6 de diciembre de 1998, se logró, que la población, la burguesía, y la clase media se unieran a la revolución bolivariana en aquel histórico triunfo.

En estos momentos álgidos ante esta grave crisis económica que vive Venezuela, hay muchas cosas por decir. La ausencia de un movimiento de izquierda inspirado en la ética, la moral, por una revolución, que logró electoralmente el poder ese diciembre de 1998, hoy lo esté echando por la borda.

Pero hoy también existe una ruptura en la izquierda venezolana, hay muchos elementos que nos alejan de los factores de poder. Cuando vemos que la revolución se ha convertido en una piñata, quizás esta rapiña haya sido el elemento más perverso, donde se han coleado ciertos elementos oportunistas y corruptos para crear intereses económicos (el más reciente el cartel del ex pdvsa Pedro León recién detenido) ya que el nacimiento de estos grupos en la revolución es lo que nos ha distanciado de la ética, y la moral. Los intereses personales son los que están acabando con la revolución bolivariana.

La cuestión es que cuando perdimos las elecciones parlamentarias del 2015, no se examinó con profundidad, el porqué perdimos esas elecciones. Debimos haber hecho un estudio, y prepararnos para las siguientes batallas, y todavía no nos hemos preparados, no sé por qué, quizás estamos todavía muy golpeados por esa derrota, y lo que nos queda es el uso de la represión, y la trampa para retener el poder.

Desde la muerte de Hugo Chávez parece no haber interés en la continuidad de su proyecto hacia un socialismo democrático, sino que muchos solo se preocupan por sus intereses personales.

El proyecto se terminó en el 2013 con un golpe mortal, debido a la muerte de Hugo Chávez ahí se acabó la revolución, y cuando digo que se acabó, es porque no hemos entendido en que se terminó, y se hubiera analizado en conjunto, y con objetividad la derrota del 6D del 2015, se hubiera dado un paso muy importante para abortar, pero no se hizo, esta severa crisis económica inflacionaria desbordada. Era lo más importante desde el punto de vista democrático, desde el punto de vista de las elecciones venideras por realizar y no convertirla en una potencial victima electoral acechada por la trampa.

No ha habido análisis, ni estrategias por seguir ante la derrota, este proceso hubiera dado pie para la continuación de la revolución en paz, no se hicieron cambios en la dirección nacional, menos en las regiones y municipios, pero las cosas han empeorado, porque no se hicieron.

Hoy la revolución vive momentos críticos, donde todo es difícil. Cuando se llegó al gobierno, en febrero de 1999, no teníamos experiencia como gobernantes.

Posiblemente por esto es posible que se hayan cometido muchos errores; por ejemplo: la grave crisis inflacionaria en la economía hoy, las alianzas políticas que no se respetaron, el mal manejo de la política exterior. Lo económico lo apartamos a un lado. Creen muchos todavía hoy en el alto gobierno, y en el partido, que en Venezuela puede ser una segunda Cuba, porque esa revolución de liberación nacional se presentó en esa época como una revolución socialista, y vemos en lo que ha terminado, y muchos siguen pensando que es ese modelo totalitario estalinista que le quieren imponer al electorado venezolano. Esto que vivimos hoy en la patria de Bolívar no es ninguna revolución antiimperialista, y menos una revolución socialista, porque hay presencia militar, y este sector es dañino e incompetente en el manejo de la economía, como lo han demostrado en estos últimos años.

No puede progresar una revolución socialista sino existe un desarrollo integral de sus fuerzas productivas, técnica y tecnológicamente, es decir, aquí no habrá una segunda Cuba porque la economía cubana esta en ruinas, no te pueden ayudar como ejemplo en nada porque en ese país no hay calidad de vida que mostrar.

Nos equivocamos así de simple, lo que hicimos fue romper con nuestros aliados americanos, y con nuestros aliados productivos internos. Porque nos metimos el mojón de que la revolución era antiimperialista. Pero ¿qué nos paso?, hicimos alianzas con el campo de países anti democráticos comunistas totalitarios e islámicos, y haciendo a un lado a los aliados que nos habían ayudado a obtener vías hacia el desarrollo.

Hoy la juventud venezolana desconfía de la revolución, y opta por emigrar porque ve que no puede salir adelante. Con este modelo socio económico es difícil, existen muchos vicios, con la presencia militar en el gobierno, no podemos salir de los vicios, el sistema está corrupto, muy alejado de la ética, la moral, y de la lucha contra la corrupción.

Venezuela esta entrampada porque no hay un Estado de Derecho fuerte, y es lo que debimos haber hecho en 1999 cuando se aprobó en referéndum la vigente Constitución. Ya que no existe una real independencia de los poderes del Estado, en eso tenía que haberse centrado la revolución bolivariana. Sin embargo, hoy en Venezuela no existe nada de esto, y una nación no progresa si no hay Estado de Derecho que respete las inversiones, y las reglas del juego establecidas.

Qué es lo que está viviendo el país hoy en día con su economía en estado terminal: con inflación, escasez, especulación, inseguridad, corrupción etc. Estamos ante un gran retroceso; con una perversa recesión en lo económico, en lo político, lo social, hasta en las relaciones humanas, aquí nadie respeta los derechos de nadie.

Y las próximas elecciones de la índole que sean las ganará otra vez la oposición así tengan al diablo como candidato, va a ser muy difícil construir una nueva economía, porque los militares no tienen la capacidad ni la inteligencia para hacer funcionar una economía productiva.

El gobierno bolivariano sigue equivocado en su estrategia, al seguir confrontado con la Unión Europea, con los Estados Unidos, con el Fondo Monetario porque cree que de Cuba le van a dar las soluciones milagrosas para enderezar la alicaída economía venezolana, y esto no es real porque ese país tiene una economía en ruinas.

Hablar todo lo días mal de USA, eso ya no da roncha, no se puede seguir criticando a ese país, cuando las colas diarias en su embajada en Caracas de cientos de venezolanos buscando visa, son inmensas para lograr emigrar a ese país, cosa que no se ve en las embajadas de Cuba, Rusia, China, y de los países islámicos que hoy tenemos de socios, de ser elegidos por los emigrantes venezolanos en busca de un futuro mejor, porque los venezolanos saben que nuestros males provienen de esos países, además que son contrarios a nuestra idiosincrasia social, cultural, y religiosa.

No hemos sido capaces de educarnos en la estrategia de hacer algunos cambios positivos, que mejoren, y hagan funcionar una real estrategia económica, y política hacia el desarrollo. Es deplorable dar a la población carnets clientelares como en manadas. Quién sabe cual es la calidad de los empleos ofrecidos a estos nuevos chambones. La calidad de un militante no se mide por la dadiva clientelar, se podrá hacer un frente carnetizado de militantes asalariados, pero nunca se construirá un frente de cuadros de calidad, porque los cuadros no se hacen a punta de dadivas.

No podemos tener un partido de militantes ignorantes, queremos un partido de cuadros o de masas por voluntad propia. No se le puede dar carnet a la gente, como si fueran una manada de borregos, a los que se le da de comer.

Esta revolución puede comenzar a tocar fondo a partir del 15O del 2017, cuando perdamos las elecciones regionales según apuntan recientes encuestas, y las cosas que pudimos hacer se nos vengan abajo con esos nuevos gobiernos regionales, entonces la revolución ya no tendrá vigencia. Si nosotros no hemos sido capaces en mejorar, y darle continuidad al proyecto de Hugo Chávez, construyendo una sociedad revolucionaria viable.

A quienes critican a se les llama "contrarrevolucionarios, escuálidos y apátridas", y lo curioso es que muchos han aceptado este calificativo. Incluso, cuando hoy se habla de transformar este orden social. Nadie se atreve a utilizar el término "revolución" sino de cambios, porque para muchos venezolanos, debido a la grave crisis económica que vive Venezuela esto se ha convertido en una mala palabra, y se deja sólo para descalificar al gobierno por sus desatinos en el manejo de la economía.

Venezuela es hoy un Estado que ha monopolizado todas las riquezas del país, manejado por una casta burocrática militarizada que muestra su exorbitante poder, y se ha convertido en una nueva clase social dominante y corrupta. Este centralismo monopolista de Estado no tiene nada que ver con revolución alguna, salvo que es el resultado final de un modelo fracasado. En consecuencia, si hoy hubiera que calificar a los que critican este desastre económico de contrarrevolucionarios no sería exactamente a este sector, sino a los responsables de este caos socioeconómico, queriendo implantar con la ANC un régimen de control absoluto de la sociedad, y de todas las riquezas de la nación. ¿Cómo llamamos esto? Sino es: totalitarismo. ¿Y cómo se llama el intento de la prolongación indefinida en el poder? Pues se llama dictadura.

Venezuela quiere que se respeten los derechos de todos sus ciudadanos, y que se tenga un gobierno humanista, democrático y participativo.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 2735 veces.



Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

Visite el perfil de Edgar Perdomo Arzola para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: