Impulsemos un Encuentro Nacional de Delegados y Delegadas Obreras de Base

Coordinación y movilización para derrotar a los empresarios e imponer nuestras demandas al gobierno

Las grandes demandas obreras, campesinas y de las comunidades pobres como trabajo y salarios dignos para todos, viviendas, seguridad social, tierras, etc., siguen sin resolverse, a pesar de los grandes golpes que le hemos asestado a la reacción interna y al imperialismo, mientras los grandes empresarios y de las finanzas continúan con sus negocios de siempre obteniendo jugosas ganancias. Por eso en diversos puntos del país se desarrollan importantes luchas de los trabajadores contra la flexibilización laboral, la violación de contratos, el derecho a sindicalizarse, aumentos de salarios y por mejores condiciones de vida. En el campo, la lucha de los campesinos pobres viene tomando nueva fuerza por la demanda de la tierra y contra el sicariato como se expresa hoy en todo Apure, y que ha tomado más relevancia con el atentado al diputado nacional de origen campesino, Braulio Álvarez. Las últimas marchas de los trabajadores de la UNT el 19 de julio en Caracas, como la de los campesinos el 17 de junio en Guasdualito y la del 29 de julio en San Felipe, muestran esta nueva disposición de lucha.

El creciente descontento de franjas de trabajadores y del pueblo pobre hacia los escalones intermedios del gobierno y las administraciones locales como gobernaciones y alcaldías del chavismo es expresión de esta insatisfacción creciente, aunque ven en esto un problema de la burocracia y la corrupción, y no una cuestión de la política estatal del gobierno de Chávez. Pero la verdad es que a pesar de las Misiones y los distintos planes sociales del gobierno nacional, y las pocas medidas como aumentos de salarios y de protección de derechos laborales que ha tomado, en lo fundamental nuestras condiciones de vida poco o nada han cambiado, ya que realmente Chávez no ha tomado ninguna medida seria contra los empresarios y los terratenientes ni ha tocado ninguno de sus intereses. Así, vemos que por mucho que se hable del «Socialismo del Siglo XXI», seguimos soportando la explotación de los capitalistas y el poder de los terratenientes. Por ejemplo, las denuncias realizadas por el Frente Nacional Campesino Ezequiel Zamora que el gobierno nacional, a través del Instituto Nacional de Tierras, viene otorgando títulos de propiedad a los grandes latifundios en diversas regiones del país (mientras a los campesinos no se les entrega las tan mentadas cartas agrarias), muestran el verdadero rostro de la «guerra contra el latifundio» de que tanto se habla desde el gobierno (ver artículo “Muy bonita la revolución agraria por televisión, pero en la realidad no se corresponde con lo que esperábamos” - En Clave Obrera Nro 6).

Chávez se enorgullece del crecimiento económico expresado en los últimos 11 trimestres consecutivos, mostrando cómo la economía del país es «pujante». Pero lo que no dice es que los grandes beneficiarios del importante crecimiento económico y de altos precios petroleros son los grandes empresarios y banqueros, tanto nacionales como extranjeros, demostrando que hoy como ayer, la recuperación de la economía no beneficia a todos por igual (ver artículo en estas páginas). Así, por más propaganda que «Venezuela ahora es de todos», la política económica y la mejoría en los «indicadores económicos» no ha implicado salir de nuestras precarias condiciones de trabajo y de vida.

Desde el gobierno hay toda una política económica de acuerdos y negociaciones con los capitalistas, expresada en las ruedas de negocios, créditos, cogestión con los empresarios, las empresas mixtas petroleras y la apertura a la explotación del gas, que les garantiza sus grandes ganancias. Así, vemos que a pesar de los golpes que el pueblo trabajador le propinó a la burguesía pro imperialista, contrarrestando sus planes contrarrevolucionarios, gracias a la política gubernamental, estos mantienen intacto su poder económico, con el mismo con el que conspiraron y con el que nos explotan hoy. La expresión más clara de esto es que muchos de los empresarios que venimos enfrentando forman parte de la corte que ha recibido beneficios del gobierno, como el caso de Sanitarios Maracay donde los trabajadores realizaron una importante huelga, que forma parte de los acuerdos para exportar a Cuba.

En las empresas en quiebra o cerradas por los capitalistas, el gobierno, en lugar de expropiarlas para su reactivación bajo gestión de sus trabajadores, tiene la política de negociar con los empresarios sus deudas y parte de las acciones, para reabrirlas bajo «cogestión». Actualmente existen bajo el «Acuerdo Marco de Corresponsabilidad» 595 empresas en las que se han invertido 600 mil millones en créditos, que otorgan los organismos financieros del Estado, según el propio viceministro de Industria del MILCO, Elio Colmenares1. Mientras que en los casos de las empresas donde sus trabajadores han decidido tomarlas y exigir su expropiación, han pasado meses de penurias y desgaste sin recibir respuesta del gobierno, como son los casos de las fábricas textiles Sel-Fex y Gotcha. En las poquísimas empresas donde por condiciones «excepcionales» se avanzó en la expropiación, los ministros pasan por encima de las decisiones de los trabajadores, como el caso emblemático de Invepal donde fueron despedidos más de 60 empleados.

Sumado a esto, desde el gobierno se impulsa la política de «conflicto cero», para frenar las luchas más radicalizadas de los trabajadores, llevándolas del terreno de la organización y la movilización al de las negociaciones en los ministerios y oficinas estatales, sin que se resuelvan las demandas obreras. Todo esto se encuentra en el marco de las próximas elecciones presidenciales donde se intenta evitar por todos los medios la expresión de todas estas luchas, llegando al colmo hasta de prohibir marchas hacia Miraflores. Es por eso que los trabajadores hoy chocamos con una especie de «frente único» contra los reclamos, que incluye no sólo a los empresarios, sino también a los burócratas del Estado, a las inspectorías, los jueces, los cuerpos represivos y la burocracia sindical, no ya sólo de la CTV sino dentro de la propia UNT, como Marcela Máspero, Francisco Torrealba, Orlando Castillo, Osvaldo Vera, Franklin Rondón, etc.

Debemos dotarnos de un plan de lucha y movilización, con independencia frente a los patrones y el gobierno

¿Cuánto más vamos a esperar para que se cumplan nuestras demandas? De los empresarios nunca hemos esperado nada ni esperaremos. Pero del gobierno los trabajadores tienen más de 7 años esperando. En medio de tanto crecimiento de la economía y altísimos ingresos petroleros, aún el salario mínimo es precario, hay más de un millón de desempleados y más de 5 millones de trabajadores están en el sector informal, sin contratos, salarios fijos ni seguridad social. Si observamos a lo que conduce la Misión Vuelvan Caras, vemos que bajo la cobertura de una «economía social» a través de las cooperativas, los trabajadores terminan sin derechos laborales ni sociales. Los y las decenas de miles que trabajan en todas las Misiones tienen bajos salarios y no cuentan con contratos colectivos, seguridad social ni derecho a sindicalizarse.

No podemos confiar en que el gobierno resolverá nuestros problemas, no lo ha hecho ni lo hará, como se demuestra en la situación que vivimos hoy. Debemos confiar solamente en nuestras propias fuerzas y métodos de lucha, única manera de lograr nuestras conquistas. Por eso hoy más que nunca es necesario redoblar esfuerzos para darle continuidad y organización a todas estas luchas, coordinándolas y levantando un plan de acción para dar un basta de una vez por todas a esta situación y exigirle al gobierno de Chávez el cumplimiento ya de nuestras demandas.

La tarea más urgente que tenemos por delante los/las millones de asalariados/as hoy en nuestro país es potenciar y expandir la organización desde las bases, para unificar un plan nacional de lucha y movilización contra la burocracia, la patronal y el gobierno y por nuestros reclamos, sin que medie más interés que el de resolver las demandas más urgentes de los sectores explotados y oprimidos del país.

Impulsemos un Encuentro Nacional de Delegados y Delegadas Obreras de Base

En distintos escenarios hemos venido dando importantes avances en la pelea contra la burocracia y por articular un plan de lucha, cuya expresión más importante ha sido el IIº Congreso de la UNT a finales de mayo, donde le dimos un duro golpe a la burocracia apoyada por el gobierno. Sin embargo, es importante reconocer que hasta ahora no se ha podido concretar una verdadera y poderosa coordinación nacional de las luchas y organismos obreros. Esta ha sido una de las deficiencias de los encuentros que hemos venido realizando últimamente, pues si bien hicimos una importante marcha el 19 de julio, no tenemos un plan de acción coordinado desde las bases. Debemos reconocer, sobre todo, que hoy los sindicatos organizan a un sector importante pero minoritario del conjunto de la clase trabajadora, la mayoría se encuentra fuera de los sindicatos y en peores condiciones de explotación. Por eso un paso importante para fortalecer y ampliar la unidad de las filas obreras es luchar por un Encuentro Nacional de Delegados de base donde confluyan tanto los trabajadores sindicalizados como los que no lo están.

Desde la Corriente Clasista, Unitaria, Revolucionaria y Autónoma (C-CURA) de la UNT, se deben dar pasos inmediatos en este sentido. Es necesario que desde la UNT, se convoque en el corto plazo a un Encuentro Nacional donde vengan delegados y delegadas de los más amplios sectores de trabajadores, electos en asambleas y con mandato de las bases, para dotarse de una verdadera coordinación nacional de lucha obrera y un plan de movilización permanente para hacer frente a los ataques patronales, del gobierno, y los planes desarticuladores de la propia burocracia sindical.

Es necesario hoy más que nunca apoyar y unificar todas las luchas por el salario, contra la precarización laboral, por trabajo para todos y por una vivienda digna, apoyar con todas nuestras fuerzas la pelea por la tierra de nuestros hermanos campesinos, luchar por la reestatización de todas las empresas privatizadas y por una total nacionalización efectiva e integral de toda la producción petrolera y del gas bajo gestión directa de los trabajadores, por el no pago de la deuda externa y por la expropiación ya de todos los empresarios golpistas y saboteadores. En fin, avanzar hacia una alternativa de independencia política de los trabajadores ante los patronos y del gobierno de Chávez, levantando un programa que dé salida al conjunto de las necesidades de los trabajadores, los campesinos y las comunidades pobres.

De un Encuentro con estas características saldríamos enormemente fortalecidos para dar una seria y contundente batalla nacional por nuestras demandas. Es la mejor manera de potenciar la organización de la clase para hacernos sentir con voz propia en la escena nacional, postulando una salida verdaderamente revolucionaria a nuestra situación. Es también la mejor manera de darle contenido revolucionario a la independencia política de los trabajadores y de la UNT en relación a los patrones y el gobierno nacional.


Publicado en el periódico En Clave Obrera N° 6, órgano divulgativo de la Juventud de Izquierda Revolucionaria, Fracción Pública del Partido Revolución y Socialismo (JIR-PRS)

www.jir.org.ve

jir_prsyahoo.com



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