"Chavismo" contra Chávez

Si nos pidieran una definición de “Chavismo” podríamos afirmar que se trata de una corriente social y política cuyas expectativas y aspiraciones están asociadas a cambio social, transformación política, participación activa en los asuntos públicos, protagonismo Democrático, justicia social, integración Latinoamericana, inclusión social, etc. Se trata de un inmenso sector social que ha vivido excluido, busca canales de participación y requiere desarrollar su capacidad organizativa y formación ideológica para avanzar en la construcción de un nuevo modelo socioeconómico en el marco de un Socialismo para el Siglo XXI.

Desde esta perspectiva podemos afirmar que el “Chavismo” es la consecuencia de años de luchas, derrotas, victorias, construcción de organización social y política, traiciones y perseverancia en la lucha por los derechos del pueblo trabajador. El “Chavismo” es la consecuencia de nuestra lucha y la de miles de compatriotas por la transformación estructural de la sociedad Venezolana. Una lucha que encontró su gran catalizador en el liderazgo indiscutible de Chávez por su fuerza social , su discurso, su capacidad de comunicación y la propuesta innovadora de un Proyecto de País construido al calor de la gente.

Esta interpretación nos permite afirmar que resulta imposible hablar de un “Chavismo sin Chávez” como se ha pretendido desde algunos sectores interesados en descalificar a determinados dirigentes y/o organizaciones políticas para minimizar su participación en la Revolución Bolivariana. La noción de “Chavismo sin Chávez” fue introducida por un mercenario del periodismo que disfrutó de un oscuro financiamiento para mantener un asqueroso semanario cuyo objetivo fue la descalificación por encargo y recientemente fue utilizado por el inefable Velásquez Alvaray para descalificar a quienes lo acusaron públicamente por hechos irregulares que posteriormente lo pusieron en evidencia como un vulgar corrupto.

El supuesto “Chavismo sin Chávez” no es más que una especulación política convertida en argucia mediática para desacreditar a gente que trabaja y lucha incansablemente por el avance del Proceso. El “Chavismo sin Chávez” no existe porque sería como preparar dulce de lechoza sin lechoza.

Ahora bien, lo que si parece estar desarrollándose es una corriente de oportunismo político que actúa desde diferentes instancias del Poder Público Nacional, Regional y Local. Estos conversos de postín disfrazados de Revolucionarios constituyen lo que podemos llamar el “Chavismo” contra Chávez porque su nefasta e inescrupulosa actuación le hace mucho daño a la Revolución Bolivariana y al Presidente Hugo Chávez.

El “Chavismo” contra Chávez lo conforman aquellos personajes que históricamente han estado vinculados al viejo y agotado régimen bipartidista caracterizado por la injusticia social, exclusión social, la corrupción, perdida de valores sociales y entrega a los intereses transnacionales. Esos personajes que se colocaron la boina roja y se convirtieron en grandes protagonistas del Proceso.

El “Chavismo” contra Chávez se caracteriza por la conducta de quienes llegaron a instancias del Poder Público y se transformaron de la noche la mañana. Aquellos parlamentarios que nunca han tenido un desempeño profesional que justifique el cambio repentino a un patrón de conducta caracterizado por el derroche y el dispendio descarado. Casineros de oficio y noctámbulos de la ostentación y el neoriquismo improductivo. Son los mismos que descalifican cualquier crítica y califican como contrarrevolucionarios a quien ose hacerla. Son tan serviles como dañinos. Se creen dueños del Proceso y conciben la política como un instrumento para perseguir y destruir a quien no comulgue con su conducta y su credo.

El “Chavismo” contra Chávez lo conforman aquellos funcionarios cuya incompetencia solo sirve para obstaculizar el desarrollo de los Planes, Programas y Proyectos que sustentan las políticas públicas que garantizan la Participación y el Protagonismo Popular. Constituyen la esencia de un burocratismo que disfruta de prebendas y no produce nada porque no tienen ningún compromiso social, ni político. Se disfrazan de técnicos y rechazan la política. Entraban la administración pública con procedimientos innecesarios e impiden que los beneficios sociales lleguen a la gente de manera oportuna y eficiente.

El “Chavismo” contra Chávez constituye el escondite político de los corruptos de nuevo cuño que asumen la política como un negocio que le permite resolver sus problemas económicos personales. Son los matraqueros de oficio y los mercaderes de las obras públicas. No les preocupa el futuro de la Patria y su objetivo mas trascendente es el enriquecimiento fácil y rápido.

En el “Chavismo” contra Chávez deambula un atajo de oportunistas que se montaron el portavión del Proceso para convertirse en Gobernadores, Alcaldes, Parlamentarios, Concejales y otros que llegaron al Poder Público por el amiguismo, el compadrazgo, la palanca y los vínculos familiares. Son esos que no tienen compromiso social, ni político-ideológico.

La Revolución Bolivariana exige hoy la confrontación de cualquier desviación con la advertencia oportuna y la denuncia fundamentada de aquellos que con su conducta lesionan y traicionan su verdadero objetivo. No podemos, ni debemos aplazar esta lucha teniendo claro que tampoco podemos perder de vista los objetivos estratégicos que en este momento pasan por garantizar el éxito de la batalla por los 10 millones de votos que deben convertirse en 10 millones de conciencias para enfrentar el “Chavismo” contra Chávez y defender la Revolución Bolivariana.


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Darío Morandy


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