El peligroso escenario de la toma de posesión de la Asamblea Nacional

El nuevo escenario de la toma de posesión de la recién elegida Asamblea Nacional entra en los cálculos de grupos extremistas antidemocráticos enquistados en la oposición que menosprecian a la mayoría de los sectores democráticos de Venezuela, sin importar la tendencia política. Apoyados y financiados desde el exterior por Estados Unidos y la Exxon Movil no abandonan la intensión de hacerse del poder utilizando la vía rápida que según sus cuentas no les proporciona la mayoría lograda en la Asamblea Nacional.

Hay preparativos y movimientos dentro de esos sectores que preocupan a las mayorías de personas responsables del país y que los organismos de inteligencia del Estado y el gobierno nacional deben estar prestos a intervenir para evitar una tragedia. Si bien la oposición no muestra actividad de calle y se limita a la vocería de la MUD y de algunos dirigentes partidistas y de los gremios que financiaron la campaña, sí podría realizar una movilización considerable de apoyo a la instalación de la Asamblea Nacional que es el factor que ahora los unifica porque contiene el propósito de salir del gobierno bolivariano y socialista a como dé lugar.

El día de la instalación de la Asamblea Nacional tanto la oposición como el pueblo bolivariano convocarán a sus seguidores a salir a la calle pacíficamente a respaldar a quienes lo eligieron. Por eso denunciamos que aprovechando esa euforia ocurra un escenario violento como del 11 de abril de 2002. Todo hace pensar que un grupo terrorista cometerá hechos de sangre o emprenderá acciones que generen pánico, incertidumbre e ingobernabilidad, para justificar que militares descontentos y no necesariamente activos realice un llamamiento a desconocer el gobierno, calculando que la mayoría de la población los apoya basados en el último resultado electoral.

Este escenario, que parece descabellado, colocaría al país al borde de una guerra civil y de una intervención internacional, por no decir, de la IV Flota de Estados Unidos. Sólo así hoy, entenderíamos el valor real de declarar a Venezuela una amenaza para los Estados Unidos. No por gusto fuerzas de ejércitos aliados de Rusia y China se encuentran en el Caribe observando la situación y como disuasivo de las pretensiones imperialistas. También el presidente de Cuba, Raúl Castro, y después el líder histórico Fidel Castro, ratifican la solidaridad con el gobierno bolivariano y con el presidente Nicolás Maduro.

El problema es que Voluntad Popular, la fuerza cercana a los Estados Unidos no tienen chance de ocupar cargos dentro de la Asamblea Nacional que les permita aglutinar el poder necesario para cambiar las leyes que garantizan el objetivo imperialista de la retoma de PDVSA. Tampoco ven posible lograr la amnistía para los presos. Y entre otras cosas los posibles candidatos ven anulada la participación de Leopoldo López como candidato, un escollo menos en el camino a la presidencia. Hay muchas razones para llamar la atención sobre estas amenazas y para vigilar a los miembros de la directiva de Voluntad Popular y Bandera Roja, aliados del mal en esta hora decisiva para la nación venezolana, involucrados desde hace tiempo en crear problemas y generar violencia en el país como guarimbas y otros actos terroristas, encaminados a presionar al presidente Nicolás Maduros a firmar la amnistía del único presidenciable, Leopoldo López, que garantiza la entrega inmediata de PDVSA a Exxon Movil y otras transnacionales.

Los sectores democráticos de la oposición ponderan todas las posibilidades que la mayoría parlamentaria les garantiza y muchos creen que es la manera pacífica de resolver el problema. Henrique Capriles parece apostar por el referendo revocatorio a Maduro y llegar a la presidencia por esta vía. Otros posibles candidatos no han manifestado su posición al respecto, por lo que se infiere que es la opción que apoya la mayoría.

Las opciones de la oposición dentro de la Asamblea Nacional son casi sin límites en el aspecto creativo o de formulación de leyes y de iniciar procesos legislativos, pero también tiene limitaciones porque la mayoría de ellos necesitan la realización de referendos y de otros mecanismos legales de aprobación popular que tienen unos tiempos y que alejan la posibilidad de hacer efectiva y rápida las decisiones de la mayoría de los diputados que se instalarán en la nueva asamblea.

El chavismo, que tuvo el control total de la Asamblea Nacional, no pudo realizar avances significativos a pesar de ello, porque estos mecanismos previstos en la Constitución Bolivariana garantizan un equilibrio natural en los casos que ocurra la situación actual en la que una parcialidad alcance la mayoría casi absoluta.

Es fundamental que el pueblo se mantenga alerta y movilizado para evitar cualquier forma de violencia que le facilite a la derecha el camino de tomar el poder por asalto.

 



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