Para liberarnos del capitalismo, debemos interpretar revolucionariamente un nuevo conocimiento

La historia que conocemos o que nos transmitieron, las generaciones pasadas, es la historia con la que nos engañaron, por ejemplo, el capitalismo definió a Marx como un ogro nauseabundo, inventor de imposibles, que de paso comía niños. Engels ante la tumba de Marx expresó: “Marx, era ante todo un revolucionario, cooperar de este o de otro modo al derrocamiento de la sociedad capitalista y de las instituciones políticas creadas por ella, contribuir a la emancipación del proletariado moderno, a quien él, había infundido por primera vez la conciencia de su propia situación y de sus necesidades, la conciencia de las condiciones de emancipación, tal era la verdadera misión de su vida. La lucha era su elemento. Y lucho con una pasión, una tenacidad y un éxito, como pocos” Hart A. (2005) p.vii. Así, fuimos creciendo y los que no somos tan jóvenes, nos damos cuenta hoy, más fácilmente que ayer, que aquella Venezuela, que dormía con las puertas abiertas, no les convenía a los países del norte y vimos como nuestra educación, fue desmejorándose con el pasar de los años y termino de caer en la cuarta república tan fuerte, que muchos de nuestros bachilleres de hoy no saben nada.

Si, un bachiller no sabe nada, ¿cómo llega a la universidad? Llega, tan poco preparado, que no está a la altura del compromiso, esto se ve mucho hoy. Anteriormente las universidades “autónomas” solo admitían a los hijos de familias pudientes y por eso se volvió una educación elitista, donde para entrar un humilde, era necesaria una gran palanca. Soy prueba de eso, no pude entrar en las públicas y con palanca, entre en la Universidad Santa María, que era carísima. Para no alargar, llego el día que no pude pagar y me mandaron para la casa y así, mi sueño universitario se desplomó, por culpa de gobiernos que permitieron una privatización, que solo “sirve” a las clases altas; a los de abajo, que va.

Para ahondar un poco en la epistemología, podemos decir que tradicionalmente ésta, a la que “se conocía como teoría del conocimiento”, fue una disciplina filosófica. Al pasar el tiempo, los espacios que ésta trataba, pasaron a ser de la psicología en sus diferentes ramas, especialmente la psicología del pensamiento y por la epistemología genética, que hace referencia a los orígenes bio-psicológicos del conocimiento. Así, poco a poco, la epistemología, pasó a ocuparse de la ciencia en general, como la forma más avanzada del conocimiento humano, como su objetivo principal y por eso, su actual acepción como teoría de la ciencia” ( Revista Comunicación, (2000). p. 40.

Revisarnos, en primer lugar, es la consigna porque no hacemos nada, si no demolemos lo que precisamente, no, nos ha dejado avanzar hacia un estado de bienestar social, como lo auguraba nuestro eterno líder, Hugo Chávez. Es aquí, donde entra en juego la palabra socialismo; que es ético, lo contrario del capitalismo. Entonces, los países capitalistas al caer en su propia trampa, nos obligan, aún más, a buscar nuestra propia alternativa, para una sociedad más justa e igualitaria. Pero, si no nos deslastramos de lo objetivo, del conformismo que tenemos como modus vivendi, con un diagnóstico crítico del presente, para reconstruir, reformular y relegitimar alternativas, no lograremos ese Socialismo a la Bolivariana del siglo XXI. Al estar lo material, por encima de lo espiritual, por encima de la naturaleza, se cierra la imaginación emancipadora. Debemos emerger, salirnos del pensamiento epistemológico del norte. Independizarnos de mente y de espíritu.

Quedó demostrado, con la debacle de los países capitalistas, que si ellos mismos no pueden tener una sociedad donde no exista pobreza ni exclusión, ¿qué será lo que quieren y esperan para nosotros? por eso, para buscar una alternativa positiva, debemos desbloquear la mente, la imaginación y la creatividad, como lo estamos haciendo en la Revolución Bolivariana Socialista, buscando ampliar las posibilidades, comprendiendo más y mejor, analizando, interpretando. Es así, como nos liberaremos de un conocimiento impuesto y no autóctono, que lógicamente se basa en los conocimientos de otros, pero a la vez, servirá para que otros se alimenten de nuestros nuevos conocimientos; otros colectivos, porque si no, siempre seremos esclavos, con las venas abiertas.

Debemos por consiguiente, formar una nueva subjetividad, para construir una conciencia nueva, donde reine, la entrada del pueblo en la dinámica social, eso se logra derribando lo aprendido y volviendo a aprender. Al ir derribando lo aprendido, iremos destruyendo el sistema que tenemos de apropiación, acumulación y explotación capitalista del trabajo, de la producción y la distribución. Es formar una conciencia, para una nueva reconstrucción histórica. Se hace imprescindible que se consolide para siempre la Universidad Popular y Socialista Bolivariana.

El conocimiento que debemos aplicar en la revolución, hace que nos planteemos la necesidad de una interpretación radical de la lucha de clases. Es nuestra lucha social, trasformar la mente y dejar de categorizarnos como de primera, de segunda o de tercera, así, la propia sociedad se crea malestares, porque la desigualdad, no le gusta a nadie, de ahí, un conocimiento que debe estar comprometido con una visión que rompa con lo que tenemos, con esta “normalidad” porque nada que provenga de la disociación, de la mentira, es normal.

La epistemología radical, nos permite el encuentro de nuevas relaciones sociales y políticas, que conllevan al Socialismo Bolivariano, a su desarrollo y posterior consolidación. Se requiere, eliminar el método investigativo, empírico-analítico, si queremos transformaciones socio-políticas y económicas. La educación y el conocimiento radical van de la mano, son educación emancipadora. Por esto, nuestra necesidad, es un método de investigación-participación, que analice la coyuntura, la situación, que ordene y critique las experiencias y procesos de la educación, así, diagnosticaremos la realidad de un país que se salva de una debacle total, gracias a la llegada del presidente Hugo R. Chávez F.

Es necesario, que cada compatriota este comprometido, en lo ético-político. La Universidad Bolivariana de Venezuela, en este contexto, juega un papel fundamental como factor estratégico en la formación del profesional orgánico de la Revolución Bolivariana. Conocer la relación saber-poder que nos ubique en una nueva hegemonía cultural, un nuevo orden social. Es así, como la dialéctica, la creatividad, el dinamismo nos trasladaran a una resignificación epistemológica de la ciencia y la técnica y así, superar las relaciones de poder dominante, de la geopolítica actual.

Nuestra visión estratégica, es la educación para el socialismo, esta estrategia se debe enmarcar en el método dialéctico, histórico-crítico. Es necesario, repensar sobre la ética, en el marco del proceso de cambios que vivimos, un proceso socialista revolucionario y bolivariano-chavista, es un nuevo ethos, es una nueva ética. De esta manera, pensaremos y podremos en acción, nuestra original ética revolucionaria. “Comprender la dialéctica, de las cosas, significa entender más allá de los límites de cada ciencia, en particular la conexión interna, profunda de todos los fenómenos, de todos los campos de la realidad. Habermas, (1967) p. 232-233.

La gran verdad, es que al deslastrarnos de ese conocimiento objetivo que nos ocupa, reaprenderemos y nuestro nuevo conocimiento, investigando la verdad, enmarcados en la ética del vivir bien, de ayudar a los demás; un conocimiento que nos impulse a todos los venezolanos a construir un país con un desarrollo que nunca llegó, por lo que significó, tener en los mandos de la patria, a personajes que no estuvieron a la altura de lograr, una Venezuela productiva, participativa, protagonista de un mundo, que después de la primera guerra mundial, permitió que “ese país del norte” se creyera amo y dueño de la humanidad y que con sus directrices logra que los apátridas de la oposición, nos mantengan en un estado de intranquilidad social. Por eso, un conocimiento propio y una independencia para siempre y así reivindicar a un pueblo, cansado de tanto odio, por parte en muchos casos, de colectivos que ni siquiera son autóctonos de estas tierras, siendo esto, uno de nuestros retos principales; destruir, el gran poder que tienen los contrarios al proceso de cambios revolucionarios, que son los que siempre se resolvieron con la renta petrolera, en detrimento de un pueblo apartado, sometido, olvidado. Parafraseemos algo que dijo nuestro comandante eterno, de Karl Marx, desde el Consejo Nacional Electoral, (10-10-12) y digamos, “la teoría, el conocimiento, se convierten en fuerza natural, cuando las masas se apoderan de él, pero Marx decía que: La teoría se convierte en fuerza natural, cuando se apodera de las masas”.


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Jorge Osorio Rojas


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