SYRIZA podría ganar las elecciones en Grecia este fin de semana--sacudiendo en lo más profundo la política europea e internacional.

Elección y resistencia en Grecia


Después de más de cuatro años de una devastadora crisis económica, los votantes griegos tienen la oportunidad de asestar un duro golpe a la agenda patronal de recortes, desempleo y miseria. El impacto de una victoria de la Coalición de Izquierda Radical (SYRIZA) en las elecciones generales griegas se dejará sentir en toda Europa, y más allá.

Con 17 huelgas generales en su haber, los trabajadores griegos ahora usarán su voto para demandar el fin de la austeridad y una mejora a su reducido estándar de vida. El auge de SYRIZA debe ser una inspiración para la clase obrera mundial, la que ha sufrido en virtud de un programa económico diseñado para rescatar a los bancos y restaurar las ganancias, por medio del desempleo masivo, el aumento de la desigualdad y de la pobreza.

SYRIZA sacudió la política griega y europea cuando llegó en segundo lugar en las elecciones del 6 de mayo, justo detrás del partido conservador Nueva Democracia. Debido a que ningún partido pudo formar una mayoría, nuevas elecciones fueron programadas para junio. En todas las encuestas de opinión pública, SYRIZA obtuvo el primer o segundo lugar de las preferencias.

El apoyo a SYRIZA ha eclipsado al centro-izquierdista PASOK, que gobernó Grecia la mayor parte de las últimas cuatro décadas. Un partido socialista sólo en nombre, PASOK llegó a un acuerdo, conocido como el Memorando, con la así conocida "troika"--Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional.

Según el Memorando, a cambio de rescatar al sistema financiero griego, con dinero que en realidad sólo pasó por Grecia en su camino a los bancos europeos, PASOK impuso un programa de austeridad que ha visto los salarios de los obreros griegos reducidos en un 30 por ciento, con otro 15 por ciento más previsto para los próximos tres años. El desempleo se ha encumbrado por encima del 20 por ciento.

Los líderes de PASOK trataron de vender la austeridad como una vía dolorosa, pero rápida hacia la recuperación económica. Era necesario, dice el argumento, que Grecia soportara una crisis a corto plazo para mantener los beneficios de ser parte de la euro zona, a largo plazo.

En cambio, los recortes no han hecho más que empeorar la crisis económica: la economía griega se ha reducido en al menos un 16 por ciento desde el 2008. Incluso con el más reciente plan de rescate de la deuda pública griega, que eliminó la mitad de las obligaciones del país, la deuda griega aumentará en relación al tamaño de su contraída economía.

Cuando el ex primer ministro del PASOK, George Papandreou, mostró la más mínima señal de vacilación en continuar este salvaje programa, fue derrocado bajo la presión de la troika, actuando como el capataz del país dominante en la eurozona, Alemania. Desde entonces, un gobierno de tecnócratas, respaldado por PASOK y Nueva Democracia, ha continuado el curso.

El líder de Nueva Democracia, Antonis Samaras, insistió en nuevas elecciones como condición para formar parte del gobierno, calculando que los votantes culparían a PASOK de la austeridad e impulsando a la derecha al poder. Pero el voto a favor de SYRIZA--16,78 por ciento, apenas dos puntos porcentuales por detrás de Nueva Democracia--abrió la política griega de par en par. Mientras tanto, un sustancial bloque de votantes derechistas puso a Aurora Dorada, un partido abiertamente nazi, por primera vez en el parlamento con el 7 por ciento de los votos.

Desde entonces, los capitalistas griegos han tratado de intimidar a SYRIZA para que abandone su oposición al Memorando. Un triunfo de SYRIZA, según ellos, equivaldría a abandonar el euro, empobreciendo Grecia de la noche a la mañana, por la devaluación de la nueva moneda en relación al euro.

Pero el líder de SYRIZA, Alexis Tsipras, ha reafirmado la promesa de rechazar el Memorando, y mantenerse en el euro. La solución, afirma, debe ser un desafío internacional a la política de la austeridad en toda Europa, en otras palabras, solidaridad obrera internacional contra el intento de clase la capitalista europea de solucionar la crisis a expensas de los trabajadores. "El problema no se limita a Grecia, sino a toda Europa", dijo, "por lo tanto, la solución debe ser europea. Ese es nuestro mensaje".

Xristoforos Vernadakis, un encuestador líder en Grecia, dijo que SYRIZA está recibiendo el apoyo de aquellos más afectados por la crisis:

El auge de un partido del 4 al 30 por ciento en tan poco tiempo pasa en Europa una vez cada siglo. El 48 por ciento de los griegos que vive en o por debajo del nivel de pobreza ve el estado de bienestar trabajando y se haya impotente [de detener] la aniquilación de los derechos ciudadanos y de la cohesión social por la austeridad. Ellos están apoyando a SYRIZA en busca de un nuevo contrato social, uno que les ofrezca la oportunidad de sobrevivir. Los griegos menores de 55 años de edad están rápidamente volteándose a SYRIZA.

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MIENTRAS SYRIZA bien puede ganar la elección, no está claro si será capaz de formar un gobierno de coalición con mayoría en el parlamento. Obtendría 50 escaños adicionales en el parlamento como un bono por la más alta votación, pero es casi seguro que aún necesita una coalición con representantes de otros partidos de izquierda.

Parte de la incertidumbre se debe al sectarismo del estalinista Partido Comunista Griego (KKE). Éste señala que SYRIZA no es un partido revolucionario y que tratará de hacer compromisos con la clase capitalista en lugar de implementar un programa socialista. Después de la elección del 6 de mayo, los parlamentaristas del KKE utilizaron esta excusa para rechazar la oferta de SYRIZA para formar un gobierno de izquierda. El KKE bien podría tomar la misma posición después de la votación 17 de junio--aunque las encuestas muestran que está perdiendo apoyo entre los votantes debido a su posición.

ANTARSYA, una coalición mucho más pequeña de organizaciones anti-capitalistas, también se negó a unirse a SYRIZA para formar una alianza electoral, en razón de que SYRIZA propone soluciones reformistas a la crisis, en lugar de proyectar una alternativa revolucionaria.

Ciertamente, SYRIZA no es un partido revolucionario. Es una coalición que reúne a viejos comunistas, activistas de movimientos sociales y ambientalistas, junto a organizaciones revolucionarias socialistas como los Trabajadores Internacionalistas de Izquierda, cuyos miembros contribuyen a SocialistWorker.org.

Sin embargo, los miembros de las organizaciones que conforman SYRIZA, junto con activistas no afiliados que la apoyan, están enraizados en sindicatos y movimientos sociales, y son conocidos por estar en la vanguardia de la lucha. Esto es tan importante como el rechazo de PASOK y Nueva Democracia como los partidos de la austeridad, explicando cómo SYRIZA pasó de tener un rol pequeño, pero significativo, en la política griega a ser uno de los principales partidos del país.

En otras palabras, el crecimiento de SYRIZA es la expresión política de la radicalización de la lucha obrera que se ha desarrollado en Grecia por varios años. Y una victoria electoral de SYRIZA avanzaría esa lucha, dando forma política a la demanda obrera de pasar el costo de la crisis a la clase capitalista. Además daría esperanza e inspiración a los trabajadores de otras partes de Europa y el mundo, hartos del consenso de los partidos conservadores, liberales y socialdemócratas en torno a la agenda capitalista.

SYRIZA promete un brusco giro del gobierno griego a la izquierda. Pero si SYRIZA puede obligar un cambio de dirección de la política económica griega--imponer impuestos a los ricos, evitar la huida de capitales del país, y hacer frente a las grandes potencias de Europa--no depende de la fortaleza de sus representantes en el parlamento, sino en la voluntad de los trabajadores griegos a movilizarse y luchar por esos objetivos.

El programa de SYRIZA rememora lo que el revolucionario ruso León Trotsky describió como "políticas de transición"--cuando, en un período de prolongada crisis económica, las demandas de la clase obrera puede dar lugar a una gran confrontación con la clase capitalista.

Habida cuenta de las batallas por venir, es importante fortalecerse la organización revolucionaria dentro de SYRIZA. Y cuanto más profunda es la raíz del partido en la clase obrera, más será capaz de asumir el reto de detener la ofensiva de la austeridad y luchar por los intereses obreros.

En el ínterin, sin embargo, está claro que la elección de este fin de semana ofrece una oportunidad histórica. Una victoria para SYRIZA ayudaría a impulsar la organización, la confianza y espíritu de lucha de la clase obrera griega--inspirando a la resistencia en toda Europa y más allá.

Traducido por Orlando Sepúlveda


http://socialistworker.org/2012/06/15/eleccion-y-resistencia-en-grecia


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