Reflexiones sobre el Poder Popular

Nos encontramos en este momento histórico como diría Martí en “Nuestra América” sobre condiciones políticas muy particulares, por un lado sumergidos en una crisis de representatividad que se desbordó en una larga noche neoliberal a finales del siglo pasado y por otra parte el nacimiento de un nuevo modo de hacer política con la gente, para la gente y por la gente.

En esencia ha sido la persistencia de las luchas de los movimientos sociales acompañados de líderes revolucionarios los que han originado un cambio en la direccionalidad política, que aunque Cuba en su trinchera venía haciendo desde principios de los sesenta del siglo XX, hasta principios del nuevo siglo, tan solo era una referencia de la lucha anti-imperialista, sin más nada que hacer sino resistir aisladamente, sobre un escenario internacional bastante complicado.

Sobre esta base histórica con el nacimiento de la Revolución Bolivariana se desarrolla una política de participación popular para generar una dinámica permanente de acción y comunicación con las bases por parte del Estado Venezolano, por lo que la misma debe ser analizada desde su nacimiento en la conformación de los consejos comunales hasta la creación de comunas como espacio de convivencia para la relación de nuestra sociedad como instancia política activa.

Revisar primero las instancias de participación propicia la generación de estructuras horizontales que permitan ir progresivamente reemplazando las viejas estructuras de poder jerárquicas y desarrollar un verdadero enfoque de descentralización que permita transferir las competencias del poder público establecido en el estado a las bases populares.

Pero no es suficiente que los consejos comunales y las comunas se encuentren creados y conformados como instancia de participación si no tienen el poder de desarrollar políticas públicas, es decir competencias en la planificación y el presupuesto, que aunque las tuvieran y pudieran responder a las necesidades del programa local de nada contribuirían al proyecto nacional de desarrollo si se encuentran aisladas y no se sustentan en redes de cooperación que permitan crear conexiones complejas de forma que tal que no puedan ser socavadas por los vicios de la democracia representativa.

En esta temática surge un debate bien interesante en cuanto a la politización de los consejos comunales, pues hay quienes opinan que los mismos no pueden estar secuestrados por el partido del Gobierno, sino dejar que fluyan sin una influencia directa sobre la participación; cosa con lo que coincido parcialmente dado que entendemos que aunque debemos procurar ser objetivos, también es cierto que las estructuras dispuestas de participación de poder popular responde a un criterio enmarcado dentro del socialismo, es decir responden subjetivamente a un escenario que no es neutral, por lo que si un movimiento ideológico como el PSUV interfiere en las acciones de participación podría considerarse como un acto símbolo de la partidocracia de las viejas composiciones políticas, pero por otro lado infiere que el partido no puede ser indiferente ante la organización de las comunidades por tanto debe crear las condiciones y debe ser garante de que sobre los mecanismos dados al poder popular se encamine el país hacia soluciones dadas sobre la construcción del socialismo.

Pudieran destacarse particularmente tres aspectos que enmarcan el proceso Venezolano de participación popular: el primero dado por las políticas que desde el estado heredado burocrático se encuentran destinadas a dar respuestas a las necesidades sociales, el problema con esto es que no garantiza la sustentabilidad del proyecto político a largo plazo ya que concentra el poder de hacer en pocas manos; el segundo se relaciona con la dinámica organizativa y el marco jurídico de participación diseñado para generar mecanismos para el desarrollo de políticas que respondan las necesidades de la gente, esto indica que hay un vínculo directo entre estado y comunidad, pero no indica necesariamente la entrega del poder al pueblo; por lo que el tercer aspecto se relaciona directamente con la transferencia del poder al pueblo, como mecanismo de responsabilidad directa de las comunidades, por lo que allí estamos en la obligación Estado y Partido como un todo en generar las condiciones culturales y socio-económicas que enmarquen la política en esa dirección, por tanto crear una nueva forma de hacer política.

“La democracia de elites, representativa, es contrarrevolucionaria. Un Gobierno tomando decisiones encerrado en cuatro paredes, expropiándole al pueblo su soberanía, es contrarrevolucionario”. Hugo Chávez

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Nelson Ortega

Aprendíz de Socialista, Bolivariano, Investigador, Planificador Ingeniero en Informática, Diplomado en Innovación Tecnológica, Msc. Planificación Global. www.masrevolucion,blogspot.com

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