En colectivo hay que tomar acciones inmediatas para corregir los errores. - No basta reconocerlos

A menudo se escucha a compatriotas e inclusive a la oposición preguntar en qué consiste el Socialismo del Siglo XXI. Sin duda alguna, en Venezuela existe una revolución, pero al tratar de conceptualizar la ideología que la motoriza, se encuentran una mezcla de conceptos ideológicos; que para muchos venezolanos genera dudas y confusiones. También para otros, el proceso socialista es muy lento y se requieren lustros para consolidarlos y afirman que en los momentos actuales se está en un proceso de transición.

Una inmensa mayoría de venezolanos creen y sienten que se está construyendo el Socialismo del Siglo XXI, porque ha mejorado su status de vida. Sin embargo, la sociedad venezolana muestra signos de recuperación, pero todavía no se ha deslastrado de de ciertas actitudes que lo identifica con el sistema donde prevalece el amor al dinero, sin entrar a discutir los pormenores del sistema capitalista y las necesidades fundamentales del pueblo. No basta defender una posición, sin tener la plena convicción que se está defendiendo con objetividad un sistema que conviene a todos.

Al observar y escuchar las exposiciones pasadas del tren ejecutivo del gobierno bolivariano, reflejó la existencia de dos posiciones; el capitalismo y el socialismo. Muchos de los compatriotas lo afirmaban y esto lleva a la siguiente reflexión: es este el momento de desarrollar formas de dirimir diferencias, concertando lo común. Cuesta creer, que en las diferentes exposiciones, lo único que ha motivado a la oposición es la inseguridad ciudadana, pero es un acto de esperanza; ya que es una condición o situación en común.

Es esta una oportunidad que ha brindado la desconcertante oposición, que el Gobierno Bolivariano debe de estimar en grado significativo. Para evitar inconsistencia es menester que se discutan y se concilien posiciones de encuentros. Es importante que el Gobierno Nacional reconozca su capacidad de desarrollar tácticas y estrategias exitosas y pueda considerar que debe de discutir con la oposición, espacios que pueda fortalecer su posición geopolítica, favoreciendo a nivel mundial, la posición política, social y económica de Venezuela.

Como segunda inferencia se puede decir, que conceptualmente no existe una oposición. También se debe de interiorizar voluntariamente, en determinar si existe un partido que tenga las estructuras y la organización, que permita a Venezuela transitar a través del Siglo XXI; sin el temor de caer en una confrontación para dirimir diferencias con métodos obsoletos.

De la misma forma en que la oposición no reconoce al Gobierno, en esa misma forma el Gobierno no reconoce a la oposición. Esto apreciación se puede soportar con la “Ley del Uno o de Contrarios” Para que la oposición le reconozca, es menester que se reconozcan. La existencia del uno implica la existencia del otro a la saciedad. Es el momento propicio para cambiar el paradigma de coexistencia política que se creó en la IV Republica. Cuando dos partidos mayoritarios se turnaban en el poder. Era muy común escuchar al opositor decir: gano mas ahora, que cuando era Gobierno.

Se ha creado muchas expectativas alrededor de la concertación en el Consejo Federal. Indudablemente dos posiciones, dos sistemas discutirán sus posiciones. Se espera que al final todos identifiquen lo común y hagan esfuerzos para profundizarlos conceptualmente; para elevar el nivel de interpretación y llegar a un punto donde las diferencias sean insignificantes. Esto se hace imperante, porque en este momento se está corriendo el riesgo al caos, cuando numerosos venezolanos elevan su posición política antes los principios, valores y ética.

Es el momento de reconocer que todos los venezolanos tienen el derecho de mantener a su familia. Y que todos los recursos pertenecen a todos. Como tercera inferencia se puede decir, que cuando una situación no sigue el camino, como el agua en su cauce; algo está fallando. Es menester tener la valentía de reconocer los errores y juntos desarrollar proyectos tácticos para corregir los errores. Y una vez finalizado cada proyecto, desarrollar proyectos estratégicos generados en el anterior proceso. Ya basta de improvisación, porque se corre el riesgo de perderlo todo.

Como última inferencia, se puede decir: la forma más eficiente para construir el Socialismo del Siglo XXI es formar en sentido específico al individuo en familia como unidad social. Para que cada individuo pueda transformarse en Sujeto y pueda crear con imaginación formas representativas para identificar objetos en su justa dimensión; como herramienta fundamental para la profundización conceptual y así obtener a la real posibilidad de optar por la felicidad suprema.


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Basilio A Lezama


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