Es hora de cerrar filas

El síndrome de 2002 está nuevamente en el ambiente. La canalla mediática tanto nacional como internacional está encrespada. La Jauría da vueltas y se abate contra el suelo al no encontrar su presa a tiro. Sombies están saliendo de sus catacumbas para intentar agitar el ambiente y calentar la calle. Los focos de conspiración, corrupción y génesis del fascismo en que se han convertido los rectorados de las universidades autónomas están agitados y lanzando todo el veneno que pueden contra el Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, el proceso revolucionario y el pueblo venezolano. Quienes todavía manejan las cadenas de distribución de alimentos de bienes y servicios, propician la especulación y el desabastecimiento y hasta algunos bancos están montando guarimbas, con los servicios que prestan

La guerra de cuarta generación es de frente contra Venezuela y su proceso, en todo el Continente Americano, Europa, Asia, África y Oceanía. En otras palabras el ataque es global.

Porque se trata de los mismos grupos, las corporaciones mediáticas internacionales que están unidas por el cordón umbilical del robo, el saqueo, el genocidio y la dominación contra los pueblos del mundo en desarrollo, a quienes pretenden nuevamente reducir a colonias. Son “Cachorros” que responden a los intereses y mandatos del complejo militar, industrial y mediático, que desde Washington, trabaja por la desestabilización del orbe, para buscar la manera de encontrar una salida a la crisis que estremece al capitalismo, que con su voracidad, se está tragando así mismo.

Los ataque contra Venezuela y su proyecto político tienen múltiples aristas, porque desde ese mampuesto se ataca a Cuba, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Argentina, Uruguay, Paraguay y todos los pueblos que en el continente americano y el Caribe, pugnan por consolidar su soberanía y libertad. Pero también como en el Pool, sirven para por carambola atacar a Irán, porque supuestamente está envuelto en una confabulación atómica con Venezuela, desde donde llevaría el uranio que requiere para su proyecto “guerrerista”.

Todas estas ridículas hipótesis son desplegadas en las primeras planas de los grandes diarios, en los noticieros de Radio y TV, en los portales y demás medios, que la oligarquía fascista internacional, maneja como arsenal de guerra contra la democracia y la libertad que está floreciendo en los países llamados del tercer mundo.

Evidentemente que como pueblos si enfrentamos esta arremetida individualmente, cada uno por su lado, es bien poco lo que podemos hacer. Se impone entonces cerrar filas en torno a la defensa del continente y del mundo y para ello es necesario que todos los países blanco de la perversa guerra de cuarta generación, unifiquen esfuerzos en torno a una política comunicacional, que permita desmontar las mentiras del imperio y alimentar la voluntad y decisión de los pueblos que han resuelto ser libres.

Venezuela en esa dirección está dando pasos importantes, puesto que las asociaciones estratégicas con los diferentes países de Asia, Medio Oriente, África, América y Europa, son integrales, donde juega papel preponderante, la transferencia tecnológica, el intercambio cultural, social, político y demás componentes del saber humano, que vienen a representar una fortaleza no solo desde el punto de vista económico, sino desde el perfil de pueblos con intereses comunes..

En cuanto a los pueblos de la América aborigen, el desarrollo de consciencia que estamos alcanzando es realmente impresionante, porque estamos derrotando la cultura foránea que se nos habían impuesto para borrarnos nuestra memoria histórica. La vuelta a la raíces ancestrales es la rúbrica de que en esta parte del planeta no hay vuelta atrás en el proceso revolucionario, que como huracán recorre mares, montañas, valles, sabanas y alamedas en Suramérica y el Caribe. El rescate de nuestra cultura, de nuestra historia, es la fortaleza para echar del suelo patrio las últimas rémoras del capitalismo invasor, criminal, que por más de 500 años nos ha dominado inoculándonos ignorancia en vez de sabiduría.

En este compromiso, los trabajadores, los proletarios del mundo tenemos un deber ineludible como vanguardia revolucionaria y de manera especial los venezolanos.

Estamos obligados a fortalecer nuestras luchas a través de una poderosa organización que responda a las expectativas de la nueva realidad que vivimos, con la participación directa, activa y protagónica dejando de lado las cúpulas corruptas que pretenden erigirse en representantes del colectivo.

Los tiempos de las representaciones terminaron en la última década del Siglo XX, con la llegada de la revolución bolivariana en 1999, que dio origen a la democracia directa, participativa y protagónica.

Tenemos que marchar hacía la construcción de los Consejos Laborales y las zonas socialistas en las fábricas, industrias, campo y demás espacios sociales donde nos desenvolvemos. Solo así lograremos el empoderamiento como fuerza revolucionaria. Los representantes son tramposos que solo persiguen dividirnos, debilitarnos para hacernos sus hermanitos menores, que requieren ser dirigidos y supervisados por el “Gran Hermano”.

Guillo con esa clase sindicalera y politiquera. Todos sabemos lo que esos representantes hicieron el 11 y 12 de abril de 2002, se aliaron con sus amos, los mafiosos de Fedecámaras, la oligarquía nacional, para ir contra la revolución. Camaradas, es hora de cerrar filas.

*Periodista

CNP 2414 cd2620@gmail.com cadiz2021@yahoo.es


Esta nota ha sido leída aproximadamente 1741 veces.



Cástor Díaz*

Periodista CNP 2414

 cd2620@gmail.com

Visite el perfil de Cástor Díaz para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: