Cómo EE UU planificó el asesinato de Reyes para volar la liberación de Ingrid

Había que dar un golpe urgentemente para detener unas operaciones que en el fondo estaba retrasando la guerra frontal interna y externa contra Chávez, quien según todo el programa elaborado en Washington debe salir del poder este año. Una de ellas y la principal es darle golpes muy duros a las FARC para así evitar que siga recogiendo efectos mediáticos que favorezcan su gestión.

Inmensamente felices los medios poderosos del mundo han proclamado que es muy probable que la desaparición del cabecilla traiga algún retardo en la posibilidad de lograr un acuerdo humanitario. “Con esta muerte se acabará el show de Chávez”, es decir los demás prisioneros retenidos que se mueran, y que por ningún medio se logre rescatar a Ingrid Betancourt (porque entonces quién aguantaría a Chávez cantando esa gran victoria por el mundo entero).

Este golpe que se acaba de dar contra Raúl Reyes, lo planificaron enteramente las fuerzas norteamericanas en Colombia luego de un prolongado estudio de sabotaje a la operación humanitaria que venía llevando a cabo nuestro Presidente: “Es fundamental detener estas liberaciones porque proyecta una imagen errada de un hombre que es terrorista por naturaleza”, determinó el Departamento de Estado.

La estrategia del Departamento de Estado era muy clara: “Con esta acción no se podrán seguir con otras entregas; las operaciones humanitarias se acabarán por este golpe que cambiará muchas cosas en el escenario político y militar. Primero coloca a las FARC ante la necesidad de replantear sus cuadros en la cúpula, lo que no les permitirá decidir ahora una nueva liberación de secuestrados. Tampoco les será fácil movilizarse con tales rehenes porque saben que les estamos cercando con mucha precisión. Y es un aviso para otros jefes: ya no están a salvo en ninguna parte. Esto será un puntillazo clave para inclinarlas a buscar una salida meramente militar, y les impedirá moverse en una dirección que les permita liberar unilateralmente a más rehenes. Habremos triunfado si el intercambio se congela por un tiempo.”

La CIA le venía siguiendo los pasos a Raúl Reyes desde hacía meses. Al fin comprueban que va hacia territorio ecuatoriano. Urden el crimen y lanzan la masacre. A los pocos minutos aparece sonriendo el monstruoso ministro de Defensa, Juan Manuel Santos con un pelotón de sus sabuesos detrás: “Raúl Reyes fue muerto es una noticia de primerísima importancia” Lo que les importa es que Ingrid Betancourt, quien está muy enferma, pueda morirse antes de que se active otro operativo de rescate, como se ha dicho.

Por eso EE UU asegura que esta acción tendrá efectos de fondo en el mapa de la guerra, la paz y el intercambio humanitario en Colombia. Para ellos las FARC jamás habían sufrido un golpe semejante. El mensaje es que ni siquiera sus más altos comandantes se encontrarán de ahora en adelante a salvo, según la CIA tendrá hondos efectos logísticos y sicológicos sobre esa guerrilla, que se ufanaba de la invulnerabilidad de los miembros de su secretariado.

Los agentes norteamericanos celebran el operativo por los “significativos éxitos de las Fuerzas Armadas y de la política de seguridad democrática del gobierno Uribe. Los jefes del Plan Patriota consideran que la combinación de inteligencia humana y técnica que permitió ubicar el campamento de Reyes demuestra todo lo que se ha avanzado en este terreno, crítico en una guerra irregular.”

Añade la nota de modo muy grave: “Todo indica que una adecuada coordinación con el Gobierno ecuatoriano permitió adelantar la operación, sin efectos negativos en la relación. Si bien en una confrontación prolongada cuentan más los esfuerzos de largo aliento y los preparativos militares que no salen en las primeras páginas, la caída de una cabeza como Reyes viene a ser la prueba de que todo ese esfuerzo está arrojando resultados que nunca se habían producido en el enfrentamiento con las FARC.”

La falsedad de la afirmación anterior se comprueba cuando el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, ordenó una investigación militar para aclarar el incidente en la frontera con Colombia, porque él ha aclarado que muchos de esos combates vinieron del lado ecuatoriano.
Uribe, feliz porque ve cercano el momento en que Chávez no seguirá cosechando victorias en su propio terreno, ha proclamado: "Hoy hemos dado otro paso en el proceso de recuperar el respeto al pueblo colombiano, el respeto que nuestro pueblo merece, otro paso en la dirección en derrotar el terrorismo sanguinario… Muchas generaciones de colombianos no han conocido un día completo de paz. El éxito es de ustedes militares y policías que hicieron la operación", agregó.

Y tuvo la grandísima desvergüenza de mentir descaradamente al presidente ecuatoriano, Rafael Correa, y a las Fuerzas Armadas y al pueblo de ese país por "comprender el momento que vive Colombia". Uribe, que siguió el operativo vía telefónica, se comunicó temprano con Correa para informarlo sobre la situación.

Presidente Chávez, ha llegado la hora de darle una respuesta muy contundente a este horrible criminal de Uribe. Ha llegado la hora.

jrodri@ula.ve


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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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