Adán el reformista revolucionario Vs los indios-negros mariches

La Dolorita , TIERRA DE DIGNIDAD, 23 de diciembre de 2007

Como soy educador, quiero hablar un poco sobre la educación en Venezuela. Nada como la educación refiere de manera más directa los valores, temores, aprehensiones, motivos y pasiones de una sociedad. Pero no de toda la sociedad, sino de aquella parte de la misma que logra acceso a las decisiones. Quienes son ubicados por la hegemonía en el puesto de ejecutores “sin derecho a voz ni voto”, sólo se convierten en el producto escolar de la hegemonía.

La Venezuela Republicana jamás ha tenido educación propia; menos la tuvo, por razones obvias, la Venezuela invadida, convertida en despreciable colonia por la España imperial de los siglos XVI al XIX. Quienes se atrevieron a alzar la voz por una educación venezolana para los venezolanos, fueron finamente cortados, borrados, por la burguesía hegemónica. Simón Rodríguez, Cecilio Acosta y Prieto Figueroa, entre otros, son ejemplo del destino que la burguesía blanca hegemónica confiere a sus disidentes… a los indios y a los negros que se atreven a hablar con voz propia acerca de la educación ¿venezolana?, pues “con mi educación –la de ellos, por supuesto- no te metas”.

Estamos en revolución, al menos en el discurso. La acción, lamentablemente, está bastante lejos del discurso. La educación venezolana, por su parte, no ha entrado, ni de lejos, en algún proceso que se pueda calificar como revolucionario. Ahí están las mismas caras, las mismas estructuras, las mismísimas pasiones personales, bajas, casi obscenas, características de una mediocre empresa proto-capitalista. Allí están, presentes e inamovibles en el Ministerio de educación inferior (digo yo que si el otro se llama de “Educación Superior” entonces éste debe llamarse de “educación inferior”).

La educación de los venezolanos y venezolanas la sigue decidiendo la hegemonía burguesa aferrada a su coto tal como se aferran dos dedos unidos con pega-loca. El nuevo y bolivarianísimo, revolucionarísimo, rojo-rojito-rojitititísimo “Sistema Educativo Bolivariano” que Adán Chávez el reformista evolucionario está propugnando junto con algunas mentes brillantes y preclaras, tampoco proviene de nosotros los venezolanos y venezolanas de a pie, sino de chivos y chivas que producen grandes cantidades de secreción nefrítica (es que no quiero se me acuse de “escatológico”), casi todos chivos y chivas blancos-as, señorones-as, con grandes credenciales académicas y demás yerbas prolegomenológicas.

Los demás tenemos que acogernos, a la fuerza, a la visión de país y de educación de los mencionados chivos y chivas notables, sin derecho a participación ni a protagonismo salvo el de cumplir con los deseos inapelables de esta camarilla, pues “El Estado asumirá la Educación como una función indeclinable”.

Y desde esta tierra de dignidad, donde hierve la sangre de Tamanaco y de los Mariches, sangre derramada por los padres de los chivos y chivas notables que hoy en día nos siguen condenando a la dominación, a su dominación, yo, un hijo ancestral de los Caribes Mariches, les digo que se vayan a lavar ese paltó. Que nuestros muertos de ayer y de hoy nos dan el derecho supremo de decidir nuestro destino, y que no nos aguantamos más blancos-as ni acólitos desclasados de los blancos jodiéndonos la vida.

La escuela venezolana tendrá nuestra visión, atenderá a nuestras necesidades, o la sabotearemos como podamos hoy, mañana y siempre, porque nos sabemos tan dueños de esta Patria como cualquiera.

Luchamos por el derecho a poder decidir nuestra educación y la de nuestros descendientes, luchamos por nuestra libertad de las hegemonías que siguen controlando los ministerios, luchamos por la vida nuestra, por nuestra dignidad, por nuestra patria-raíz, que nos sigue siendo enajenada a favor de un capitalismo maldito que nos aniquila. Nosotros sí estamos en revolución. Rechazamos el reformismo evolucionario de Adán Chávez y sus chivos-chivas escuálidos.

¡ANA KARINÁ ROTÉ, AUMUCÓN ITOTO PAPAROTO NANTORO!

N.B. Además de críticas tenemos ideas y proyectos, pero no vamos a dejar que nos los roben una vez más, como antes lo han hecho, para darse bomba politiquera.

JULIO CÉSAR RUIZ GUEVARA

C.I. 5.313.828



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Julio César Ruiz Guevara


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