Pintas protestatarias

Sin ser experto en la materia supongo que la moda de pintarse
partes del cuerpo es tan antigua como la humanidad misma. Los aborígenes de
diversas regiones suelen embadurnarse con barro, jugos silvestres y
distintas sustancias en función de ritos sagrados, fiestas, cacerías e
incluso de acciones bélicas.

El rostro, por lo general, es la parte preferida por los pintores
de órganos. Los indios norteamericanos se pintaban las caras con rayas y
otros dibujos cuando se ponían en pie de guerra y salían a coleccionar
cabelleras de los carapálidas.

Algunas tribus africanas le meten miedo a cualquiera cuando salen
de sopetón en la noche cerrada con la cara y otras regiones corporales
pintadas de blanco.

Modernamente las pintas del cuerpo han cobrado gran ímpetu. La
versión extrema es el tatuaje, hecho con tinta indeleble que no se borra
jamás. La gente hoy en día se hace tatuar las vainas más extrañas en ciertas
zonas del cuerpo, en especial las partes pudendas. Hay quienes suponen que
ello se debe a la inexperiencia de muchos jóvenes que no saben exactamente
cuáles teclas deben apretar para darle nota a la pareja. Así pues los
tatuajes hacen las veces de símbolos en un manual de instrucciones.

En los eventos deportivos, como lo veremos en breve durante la Copa
América, los hinchas de cada equipo se pintan la cara, el pelo, las orejas y
todas las extremidades con los colores de sus banderas nacionales.

Todo ello resulta más o menos normal, a fin de cuentas cada quien
hace de su camisa un saco. Sin embargo, en estos días, en ciertas
manifestaciones o marchas de universitarios y liceístas criollos, se observa
que algunos desfilan con las manos blancas, las cuales alzan de vez en
cuando, como si estuvieran encañonados.

Más curioso aún resulta un pequeño letrero que muchos llevan en las
palmas, consistente en la palabra ³paja².

Algunos observadores suponen que así se identifican,
sarcásticamente, como habladores de paja. Otros creen que es un mensaje
didáctico para niños y adolescentes, indicándoles que la masturbación en
exceso les producirá estragos en las palmas y los obligará a usar pomadas o
tinturas blancas.

augusther@cantv.net


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Augusto Hernández


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