Estamos claros que la Universidad Bolivariana de Venezuela, UBV, es la casa de los sueños, es esa Alma Mater creada por mi comandante Hugo Chávez para aquellos que no lograron continuar en el sistema de estudios regular y que por cosas de la vida la edad madura los alcanzó, en la mayoría de los casos; más la situación económica que vive el país producto del bloqueo y asedio económico que sufre nuestra moneda, las personas ven en la UBV la oportunidad de cumplir esos sueños. Nuestra universidad es tan majestuosa, hermosa, gloriosa, sublime y magnánima que le da cabida a todos los que allí quieran estudiar sin importar si profesan religiones tan disímiles como la budista, evangélicos, testigos de Jehová, cristianos, en fin; como tampoco discrimina la condición del homosexual, lesbiana o transgénero y lo que es relevante, en la UBV estudian un bojote de opositores al chavismo, opositores al gobierno del presidente Maduro, es decir una caterva de escuálidos que esperan que Venezuela sea invadida. Ustedes dirán, bueno por eso es la universidad de los pobres, de los excluidos, de los soñadores. Lo cierto es que la UBV cumplió 22 años de fundada y tiene en su haber gente muy buena ejerciendo cargos en el sector público y privado dando la talla, dando la pelea por hacer de nuestra nación una potencia regional y global. No me mal interpreten cuando digo que hay tres condiciones para ser estudiante de la Bolivariana: evangélico, homosexual y escuálidos, lo que quiero decir, es que los que estudian ahí deben tener respeto por la universidad, ya que se están formando, respeto por la memoria de mi comandante Chávez, respeto por el presidente Nicolás Maduro y sentir un profundo orgullo de ser venezolano. No es cualquier cosa egresar de la UBV, lo digo porque en muchos casos los mismos egresados son quienes denigran de su condición de haber estudiado ahí. He oído a muchos decir, como si fuera una vergüenza, una pena o una condena, "si, yo estudié en la bolivariana", "Bueno qué más iba hacer, era la Bolivariana" y es en ese momento que se me revuelven los apellidos, porque nadie debe estudiar en una universidad chavista siendo un opositor consumado. Hago la salvedad que conozco a estudiantes opositores -son contados los casos- que no hacen comentarios negativos al gobierno, van solo a estudiar y listo, incluso, los abordo y me dicen: "La UBV es tremenda idea del presidente Chávez y consolidada por Maduro, más allá de todo, yo si me siento bien estudiando aquí". "La Bolivariana me ha dado la oportunidad de profesionalizarme y estoy muy agradecida, sé reconocer lo bueno y la UBV es buena". La cosa se pone fea cuando el estudiante es evangélico, homosexual y escuálido. No estoy juzgando a nadie, ni haciendo juicios de valores, solo quiero y pido a quienes se benefician de la UBV, la respeten, la quieran, la honren y la pongan en su corazón, porque más que una universidad es un universo de sabiduría, un torrente de conocimientos científicos y humanistas, la UBV es tal vez el mejor legado de mi comandante Hugo Chávez, como para que indignos la menos precien y se sirvan de ella.