Recordemos, mis queridos hermanos y hermanas venezolanos, una vieja canción que todos llevamos en el corazón. ¡Qué levante la mano quien no haya cantado alguna vez esa joya de Serenata Guayanesa: "Con real y medio me compré una pava, y la pava tuvo un pavito... Tengo la pava, tengo el pavito, y siempre tengo mi real y medio"! Es una melodía que nos acompaña desde la niñez, un tesoro de nuestra tradición oral.
Y justo ahí, en esa melodía aparentemente sencilla, en esa letra que va sumando pavas, gatas, chivas, y que nos dice que "siempre tenemos nuestro real y medio", se esconde una lección profunda para la economía de Venezuela. Porque, mis queridos compatriotas, nuestro país tiene un "Real y Medio" gigantesco, una fortuna incalculable: la inmensa riqueza de nuestros dólares del petróleo.
Pero, ¿qué pasaría si a la administración (gestión) de ese "real y medio" le sumamos otra sabiduría popular, quizás no directamente de la canción, pero muy arraigada en nuestro ingenio: la de la inversión inteligente de la gallina? Esa que nos enseña que con un pequeño capital inicial, se puede generar mucho más.
En ese sentido, yo le añadiría a esa canción popular y paradigmática latinoamericana la siguiente estrofa, que resume el principio económico que debemos adoptar:
"Con real y medio me compré una gallina..."
"La gallina tuvo pollitos, y los pollos me dieron huevitos."
"Tengo los pollos, tengo huevitos,"
"Y siempre tengo mi Real y Medio."
Esa es la clave: el "real y medio" (nuestros dólares petroleros) ya no se gasta o se consume en importaciones. Esa gallina no se vende ni se come de inmediato (como lamentablemente se ha hecho por décadas con la renta petrolera). ¡No! Esa gallina produce huevos (generación de valor, empleo, bienes, producción nacional). Esos huevos, a su vez, se venden o se incuban para más gallinas (el retorno del préstamo al Estado, más impuestos, nuevas exportaciones).
Y así, con esa pequeña visión de inversión de la renta petrolera, de esa gallina y unos cuantos huevos, el protagonista de la nueva fábula petrolera (la Venezuela del futuro) construye una granja próspera, llena de gallinas, vacas, leche, queso y bienestar. Una granja donde el capital inicial, el "real y medio", no solo se mantiene, sino que se multiplica infinitamente.
¿Verdad que es una historia hermosa? Es la historia de cómo la visión, el ahorro y la inversión multiplican lo que se tiene.
Y la gran pregunta que debemos hacernos es: ¿Qué estamos haciendo con nuestro "Real y Medio" petrolero? ¿Lo estamos gastando de forma que se disipa y no deja nada, o lo estamos sembrando para multiplicar y construir la prosperidad para todos, tal como nos enseña la sabiduría popular?
