De la inflación al abismo: cómo la brecha y las desigualdades entre ricos y pobres sigue ampliándose

La creciente brecha entre ricos y pobres es uno de los fenómenos más preocupantes de la economía global en los últimos años. Un factor fundamental detrás de esta desigualdad es la inflación, cuyas consecuencias no solo afectan el bolsillo de las personas más vulnerables, sino que, además, alimenta desigualdades cada vez más crecientes entre ambos extremos. A medida que los precios suben, los pobres ven cómo su poder adquisitivo disminuye, mientras que los ricos, con recursos para proteger sus fortunas, ven cómo sus activos aumentan en valor y sus derechos como grupo social se ven garantizados.

El Efecto de la Inflación sobre los Más Pobres

La inflación, definida como el aumento generalizado de los precios de bienes y servicios en una economía, reduce el poder adquisitivo de la moneda. Esto afecta a los hogares más pobres, que destinan una mayor parte de sus ingresos a necesidades básicas como alimentos, vivienda y transporte. Cuando estos precios aumentan, su presupuesto y calidad de vida caen. En cambio, los ricos tienen acceso a recursos y activos que protegen su riqueza frente a la inflación. Mientras los precios de los productos aumentan, los activos financieros y las inversiones en propiedades de alto valor suelen revalorizarse. Un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) destacó que durante los picos inflacionarios recientes (años 2022, 2023 y 2024), las fortunas de los 1% más ricos del mundo aumentaron de manera considerable. Por ejemplo, las acciones de grandes corporaciones sobre todo las tecnológicas y las inversiones inmobiliarias vieron incrementos significativos, lo que contribuyó al crecimiento de las grandes fortunas.

Un Caso Ilustrativo: La Inflación en Estados Unidos y Venezuela

En 2022, la inflación en EE. UU. alcanzó un máximo de 9.1%, el nivel más alto en cuatro décadas. Mientras los precios de alimentos, energía y vivienda subían, los más afectados fueron aquellos con menos recursos. En contraste, figuras como Elon Musk y Jeff Bezos, vieron cómo sus fortunas crecían exponencialmente, según el índice de multimillonarios de Bloomberg, la riqueza de Musk creció en más de 100.000 millones de dólares en 2022.

Ahora bien, en Venezuela se vivió una crisis de hiper inflación, por ejemplo en 2.017 su inflación fue de según datos del BCV de 862.6%, en 2018 de 130.060% y en 2022 de 2.968%, esta crisis, coloco la pobreza extrema según la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI) del año 2.023 a más de 51% de la población, en contrate, Banqueros como Juan Carlos Escotet incrementaron su fortuna entre 2.017 y 2024, según datos de la revista FORBES en un estimado de 1.000 millones de dólares o lo que significa 28% más riqueza en comparación con el año 2.017.

Las Razones Económicas de la Desigualdad Inflacionaria

¿Por qué ocurre este fenómeno? La respuesta está en la manera en que los diferentes grupos sociales interactúan con la economía durante periodos inflacionarios. Para los más pobres, sus ingresos suelen ser fijos o muy limitados, lo que hace que cualquier aumento de precios sea un golpe directo a su bienestar económico. Además, tienen menos acceso a activos que se revalorizan con la inflación, como acciones o activos financieros.

En contraste, los ricos suelen tener el capital para invertir en activos que se benefician de la inflación, tales como bienes raíces, acciones, commodities o incluso criptomonedas. De esta manera, pueden proteger o incluso incrementar su riqueza en tiempos de incertidumbre económica.

La inflación también tiende a favorecer a aquellos que tienen el poder de influir en los precios, como grandes corporaciones. Empresas con control sobre sectores clave de la economía, como las energéticas o tecnológicas, no solo pueden ajustar sus precios al alza para mantener sus márgenes de ganancia, sino que además son capaces de generar enormes beneficios que van a parar a las manos de unos pocos. En este contexto, la concentración de poder económico se intensifica, mientras que la distribución de la riqueza se hace más desigualmente.

Lo anterior tal vez tiene uno de sus puntos neurálgicos en la falta voluntaria o por omisión de los Estados/Gobiernos y en eso el Venezolano, de incluir la Educación financiera como parte de formación cuidadana, las razones para que esto ocurra pueden ser múltiples, incluso atender a la necesidad de mantener dos segmentos en la población, una mayoría que solo ve los ingresos para consumir y una minoría que los usa para crecer y producir.

La Brecha, empobrecimiento y el incremento de las desiguales.

La creciente brecha entre los más ricos y los pobres que hoy existe en el mundo y cada vez más creciente en Venezuela tras años de inflación estructural, está ocasionando no solo diferencias materiales y de calidad de vida, sino ante la ley. El creciente empobrecimientos sociales ha causado que cada vez mas y en mayor intensidad incremente el deterioro en el crecimiento formativo e intelectual, como en el psicológico en incluso en su salud y esperanza de vida.

En Venezuela, existe desigualdad en el acceso a la educación, cada vez más niños abandonan las escuelas y la calidad de la misma a mermado, de igual manera el acceso a la salud es abismalmente desigual. En un mundo cada vez con más desarrollo tecnológico, el acceso para las clases pobres es limitado, mientras para el otro extremo social es parte de su vida cotidiana.

Pero la lista de desigualdades es extensa e incluye desigualdad en la atención sanitaria, movilidad y aislamiento social, expectativa de vida. Otros factores son las libertades y derechos civiles y sociales, los estratos pobres se convierten no solo por sus condiciones materiales, sino por el conjunto de desventajas en la que se encuentra en un segmento propenso a la vulneración a sus derechos como la propiedad, libertad y accesos a bienes, servicios, justicia y tratos justo

Conclusión

La inflación ahora es un fenómeno económico complejo y Global; pero por demás también un reflejo de las dinámicas de poder en las que los más pobres, con escaso acceso a recursos e inversiones, se ven atrapados en un ciclo de pobreza creciente que va acentuando las DESIGUALDADES bajo la mirada e inercia cómplice de los Gobiernos y Estados ante una realidad que conocen por décadas, pero que se niegan a resolver.



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José Antonio García


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