Cuento o Razón

No soy familia del dólar

El periodista Juancho Marcano y su perro Pipo estaban en el conuco reposando bajo la sombra fresca de su amiga la mata de mango, que se sentía contenta porque la cosecha pasada de sus frutos había sido abundante y dio para satisfacer a muchas personas por su exquisitez, y ahora también estaba alegre porque le estaba ofrendando abrigo a sus amigos que estaban cansados por las tareas propias del pequeño conuco, donde el reportero tiene su sembradío como hobby.

Pipo que había escuchado una conversa de unas personas que hablaron cerca de la casa y que lo habían dejado intrigado, estaba como ansioso por preguntarle al periodista sobre lo que había oído y cuando vio la oportunidad, no la desperdicio y disparó su pregunta: ¿Juancho qué es eso del dólar que la gente habla a diario?

El periodista observó a su perro y como diciendo, ay mi madre, por donde viene este ser hoy; luego comentó: "Mira Pipo, ese es un tema, bien difícil de explicar y porque nadie lo explica porque no entienden, pero lo cierto es que eso es como un ejército que día a día va fusilando poco a poco a un señor que llaman salario que al parecer no tiene quién lo defienda y está muriendo en el paredón de la inflación como el mismo Cristo en la cruz.

El perro paró los ojos y después observando a Juancho, le manifestó: "Caramba, Juancho, esa exposición me parece que es más bien para un experto y no para un canino como yo que lo que pretende es tener una idea de qué diablo es ese dólar. ¿Podrías ser más explícito?"

- Ya te dije Pipo que eso es incompresible, pero te señalo que esa es una moneda internacional que rige los precios de los bienes y servicios que se compran en el país, es decir a medida que aumenta dicha moneda, nuestra moneda se devalúa y se compra menos, por eso la gente vive pendiente de esa subida del dólar todos los días, de ahí el cuento del señor que le preguntó a otro: "¿Compay cómo amaneció hoy el dólar? Y el otro le respondió; "Qué se yo compay, acaso yo soy familia de ese desgraciado va a estar pendiente de él".

El perro no entendió mucho, aunque el periodista soltó la risa, y luego convidó a su perro a regresar a casa y siguieron conversando por el camino.



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Emigdio Malaver

Margariteño. Economista y Comunicación Social. Ha colaborado con diferentes publicaciones venezolanas.

 emalaverg@gmail.com      @Malavermillo

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