El economista criollo insiste en la indexación del salario mínimo semanal con un sistema cambiario complementario

EL DÓLAR PARALELO: ARMA DE DESTRUCCIÓN MASIVA

La economía venezolana actual pasa a ser un fenómeno de estudio interesante para la academia nacional e internacional. Lo que se está dando es un hecho inédito en su esencia. Lo que ha venido ocurriendo en los últimos años no lo explica ningún libro de teorías económicas clásicas o emergentes. La forma como se ha afectado la actividad económica nacional desde el punto de vista de su efecto sobre el bienestar humano es inédito, que incluso, a veces es tomado como una burla por muchos analistas.

Que la sociedad política venezolana haya permitido que la sociedad económica rija su accionar diario sobre la base del comportamiento de un mercado especulativo, ficticio, ilegal y pernicioso para la sociedad en general como es el mercado paralelo, es algo preocupante. Que los actores políticos, valga decir, opositores y gobierno, no hayan podido ponerse de acuerdo para detener un mal económico autodestructivo como lo es el dólar paralelo es algo que requiere de estudio, búsqueda de soluciones y ejecuciones efectivas.

Que desde enero de 2015, cuatro años después que varios portales web comenzaron a publicar desde el exterior el tipo de cambio paralelo de una forma conspirativa, que prácticamente hoy rige el destino económico de la Nación, es algo que ningún venezolano puede dejar pasar por debajo de la mesa y sentarse a ver cómo le afecta directamente, como afecta su condición de vida humana y su calidad de vida.

Creo que no puede ser la indiferencia autodestructiva la que prevalezca en estos tiempos de crisis. ¡Hay que actuar pronto y con mucha contundencia!

Porque una de las armas estratégicas de los enemigos de la revolución bolivariana ha sido la creación de los portales web del dólar paralelo, que buscan afectar el sistema de pago nacional, el debilitamiento de la moneda nacional, la crisis monetaria, en fin generar más conflictos políticos del dinero, en el sistema monetario nacional, que en tiempos de globalización está directamente vinculado al sistema cambiario como forma de comunicarnos con la economía mundial. Y como hemos visto, el mercado paralelo de divisas es el que prácticamente ha venido determinando la política cambiaria nacional y no el Banco Central de Venezuela, valga decir, tenemos un Banco Central paralelo desde hace varios años.

ELEMENTOS EMPÍRICOS DETERMINANTES

Si comparamos la economía venezolana de finales de agosto de 2018 y finales de agosto del 2019, está en un punto muerto, los enemigos de la revolución la llevaron al mismo ciclo inflacionario y recesivo de hace un año gracias al dólar paralelo. Por ejemplo, al 31 de agosto de 2019, DolarToday cotizaba el dólar en 68 dólares y un año después lo incrementaron a 25.000 bolívares soberanos (36.665%). Sin embargo, el salario mínimo integral del trabajador apenas aumentó de 1.980 a 65.000 bolívares soberanos, que representa sólo 3.183%.

Los precios promedios de los principales bienes y servicios de primera necesidad según mis propios cálculos se incrementaron alrededor del 34.430% en ese año. Por ejemplo, un cartón de huevo aumentó de 81 bolívares soberanos a 50.000, eso representa un alza de 55.456%. Una harina de maíz marca PAN aumentó de 20 bolívares soberanos a 18.000, lo que representa 89.900% de incremento en un año. Y un kilo de queso duro saltó de 150 a 52.000 bolívares soberanos que representa un incremento de 34.567%. Esa es la realidad, no la inventé yo.

EN EL CORTO PLAZO LA INFLACIÓN INDUCIDA NO ES EL PROBLEMA: ES LA PÉRDIDA DEL PODER ADQUSITIVO

Soy el que cree que en tiempos de guerra como la que padecemos los venezolanos (Cuarta generación y tecnológica), el ritmo de crecimiento de la inflación no es el problema económico prioritario a resolver a corto plazo, el problema es el hambre que se genera como consecuencia de la acelerada pérdida del poder adquisitivo. Entonces, el problema prioritario es la consecuencia social que genera la inflación inducida.

He insistido, que en época de hiperinflación como la actual, da lo mismo que el cartón de huevos cueste BS. 100, 1.000, 10.000 o 52.000 como en la actualidad, si el poder de compra del consumidor le da para comprar los mismo 24 cartones de huevos que podía comprar el 01 de septiembre de 2018, fecha que el presidente Nicolás Maduro reseteó la economía y aumentó el salario mínimo a 1.980 bolívares reconvertidos a soberanos.

SOLUCIONES NO CONVENCIONALES Y EFECTIVAS

El objetivo clave sigue siendo "superar y derrotar los marcadores ilegales que tanto daño le han hecho al país".

Son dos las propuestas concretas que hemos venido insistiendo en estos últimos dos años para detener los efectos del dólar paralelo sobre nuestra economía:

Primera Propuesta: Sistema cambiario complementario

Una propuesta contundente es aplicar un sistema cambiario complementario, que significa, permitir la libre circulación de diferentes divisas en la economía venezolana tomando como referencia las características de nuestro comercio exterior.

Eso quiere decir, en función de los proveedores y clientes internacionales de Venezuela (proporción del comercio exterior), que son mayormente China, Colombia, Estados Unidos, algunos países europeos, Rusia, Portugal e India, permitamos que el intercambio comercial directo se haga en divisas propias de esos socios comerciales y que el Banco Central de Venezuela inyecte y permita su libre circulación en nuestra economía.

De esa forma, pondríamos a competir el yuan chino, el euro, el peso colombiano y el rublo con el dólar paralelo en nuestro mercado cambiario, generando una dinámica cambiaria distinta que modifique el patrón de comportamiento del cambista sobre la base del poder de compra del bolívar con respecto a las divisas.

En la práctica se estaría eliminado la triangulación monetaria para poder comprar divisas de nuestros socios no estadounidense, que en la actualidad para comprar yuanes debemos comprar dólares y luego yuanes, y así ocurre con el peso colombiano y los rublos, entre otros.

Por ejemplo, el petróleo que se le venda a China se hará en la divisa correspondiente: el yuan. Luego el BCV recibe esas divisas y las inyecta al mercado cambiario nacional. Seguidamente, cualquier actor económico que quiera viajar o comprar algo en China, irá al sistema cambiario nacional legal y compra los yuanes. Así debe ocurrir con los clientes de PDVSA y con nuestros socios comerciales externos.

De seguro, si alguien quiere viajar al exterior buscará divisas en el mercado cambiario nacional para tratar de cambiar menos bolívares por la divisa que menor se cotice en ese mercado complementario, motivando a la población a ir alejándose poco a poco del sistema perverso que ha resultado ser el dólar paralelo como la alternativa más costosa económica y social para los venezolanos.

Segunda propuesta: Indexación del salario mínimo semanalmente

Como segunda propuesta para blindar nuestra economía de los vaivenes del mercado paralelo, y que proteja el consumo nacional (relacionado con el poder adquisitivo del trabajador), el empleo productivo, la inversión y la política fiscal por la vía impositiva, es necesario indexar el salario mínimo semanalmente sobre la base del comportamiento del dólar paralelo.

Es una estrategia económica para que los manipuladores de precios y especuladores cambiarios no vuelvan afectar los intereses de los trabajadores, que debe enmarcarse en la aprobación de un Decreto Ley Constituyente de Indexación del Salario Mínimo.

Si aumenta el dólar paralelo 10%, se aumenta el dólar oficial en 10% (como lo ha venido haciendo el BCV hasta los momentos), así mismo, deben aumentarse en la misma semana las remuneraciones de los trabajadores en 10%.

En ese orden de ideas, si el dólar paralelo capitaliza a los especuladores cambiarios de oficio, al mismo tiempo se capitaliza el gobierno (se multiplican sus dólares en el BCV y el fisco nacional), y finalmente, también se capitaliza el poder adquisitivo del trabajador venezolano. Nadie pierde, todos ganan de manera relativa y proporcional.

No puede seguir dejándose rezagada a las familias venezolanas en el proceso de capitalización forzada e inducida por los agentes externos y conspirativos que buscan generar insatisfacción social a fin de motivar la implosión social. Ciertamente, el venezolano ha preferido migrar pasivamente y forzar una economía basada en las remesas familiares antes de querer impulsar la implosión social que cause muertes y destrucción masiva.

No obstante, hay que aplicar medidas económicas no convencionales que blinden la economía y proteja a los trabajadores del efecto de insatisfacción que buscan los especuladores cambiarios conspirativos (dólar paralelo), que siguen ganando dinero y al mismo tiempo infringen mucho daño a los venezolanos.

En ese sentido, creo que a un año del PROGRAMA DE RECUPERACÍON ECONÓMICA, CRECIMIENTO Y PROSPERIDAD es necesario volver a resetear la economía al 1ero de septiembre de 2018, y comenzar hacer respetar las condiciones iniciales basado en el anclaje del bolívar soberano y el salario mínimo al Petro, que nunca se hizo. Eso significa, llevar el salario mínimo de referencia a por lo menos 30 dólares, que es devolverles el poder de compra del ingreso o remuneración del trabajador del 01 de septiembre de 2018.

Es por lo anterior, que la indexación del salario mínimo semanalmente, con el sistema cambiario complementario y una política de mano dura contra los usureros y especuladores del mercado de bienes y servicios sería una política eficaz para contrarrestar los efectos del dólar paralelo en la economía.



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Andrés Giussepe

Doctor en Gerencia, Especialista en Política y Comercio Petrolero Internacional y Economista de la Universidad Central de Venezuela. Secretario Nacional del Movimiento Profesionales de Venezuela.

 agiussepe@gmail.com

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