"Todas las morales se fundan en la idea de que un acto tiene consecuencias que lo justifican o lo borran. Un espíritu empapado de absurdo juzga solamente que esas consecuencias deben ser consideradas con serenidad. Está dispuesto a pagar. Dicho de otro modo, si bien para él puede haber responsables, no hay culpables. Todo lo más consentirá en utilizar la experiencia pasada para fundamentar sus actos futuros". Albert Camus.
¿El segundo mandato de Nicolás Maduro, que asumió el pasado 10 de enero, ya es una pesadilla? La crisis económica reclama una dinámica gubernamental superadora. El gobierno acierta, y yerra al mismo tiempo en fracciones de segundo. El costo de la vida se disparó sin control. El gobierno no ha podido controlar el dólar guarimbero hoy muy cerca de los 3000 bolívares soberanos. No hay detalles de esta alza incontrolada. Los favorecidos con estas transacciones no responden de la misma manera ante esta embestida criminal. La sociedad venezolana requiere de premura. La inflación, la más importante necesita de decisiones. Maduro apuesta al segundo mandato. Puede ser un límite que no contempla la terrible crisis social de hoy. Como en el Mito de Sísifo, una cita describe lo siguiente: "no te afanes, alma mía, por una vida inmortal, pero agota el ámbito de lo posible". La actual hiperinflación en todo caso, no anuncia la inmortalidad del cangrejo. Si el alto gobierno insiste en plantear la filosofía del absurdo equivocará el camino. No hay peor absurdo que el dejar de reconocer que la superficialidad en el tratamiento de la crisis supera el diagnostico. Una acertada política económica es el único camino de lo posible en esta solución. La inflación es un terremoto en movimiento, que no transmite paz alguna. El cáncer está, pero seamos realistas y corrijamos lo que hay que corregir. Si un vendedor de los clap`s recibe 10 $ por su mercancía y esta se vende a 60 $, alguien se queda con la excesiva ganancia. El intermediario es un sida que ataca con una ferocidad inusual dentro del sistema de la riqueza fácil. La Inversión y producción de bienes, con políticas burocráticas desde el gobierno, dislocan la oferta y la demanda. Por eso nadie invierte en el país por el descontrol y la corrupción, sumada ahora la inflación. Para esto el gobierno debe dar señales. Pero, recordando a Sísifo, el presidente sabe de cargar la roca hasta lo más alto de la montaña. También ha visto en estos primeros seis años, que cuándo cae debe volver a la levantarla. Algo que no se merece. El alto gobierno debiera ayudarlo.
El país vive una inflación desbordada de millones por ciento comenzando este año 2019. Mientras que el presidente Nicolás Maduro hoy 14 de enero en la ANC ha anunciado medidas para intentar detener la crisis, mientras el país vive una dolarización desbordada.
Negros nubarrones comienzan cuando el llamado $ guarimbero pasó la barrera de los bolívares 2800 soberanos, y donde los venezolanos se preguntan cuánto costarán a partir de hoy los bienes y servicios más elementales.
El poder adquisitivo del bolívar se ha vuelto polvo cósmico, y cada día el alto costo de la vida se pone cuesta arriba a causa del colapso de un modelo económico, según los mas connotados expertos en la materia económica, debido a los excesivos controles a la actividad privada, y a un capitalismo de estado exagerado. El resultado ha sido esta horrenda hiperinflación.
La estanflación es hoy el principal problema de la ruina del pueblo venezolano, cuando el Índice de Precios al Consumidor, muestra un alza superior al 500 por ciento con relación al mes de diciembre del 2018. Las alarmas se han encendidos, y la hiperinflación se come al venezolano de una manera monstruosa.
El descalabro económico venezolano ha disparado la criminalidad, donde el hampa luce desbordada. El atraco entre venezolanos en todo tipo de actividad comercial o económica, ha creado un aberrante fenómeno del "sálvese quien pueda" marcado por el diario aumento del $ paralelo que rige la endémica economía venezolana, que se dispara de la noche a la mañana. Aunado a la búsqueda desesperada de alimentos y medicinas, bajo el control de bachaqueros, y de los colonizadores criminales, especuladores comerciantes chinos y árabes, que han sometido a los venezolanos a una sobrevivencia miserable bajo la ley de la selva, en pleno siglo XXI en una lucha sin leyes, donde "la ley del mas fuerte es la que vale".
Los venezolanos están flacos, datos aterradores dicen que los venezolanos se encuentra por debajo de la línea de pobreza; donde solo comen una comida al día. En Venezuela además de la hiperinflación existe una epidemia moral y social en medio del hambre.
El presidente Nicolás Maduro anunció hoy 14 de enero de 2019 un nuevo aumento del salario de 18000 bs soberanos equivalentes a unos 6 dólares mensuales. En un intento de intentar parar una hemorragia con un adhesivo y una gasita; donde el salario de los venezolanos sigue siendo el más bajo de toda América Latina.
Ante la demoledora hiperinflación nadie quiere aceptar los bolívares, los billetes soberanos de bolívares 2 los botan en las calles. Apenas reciben el sueldo, la pensión o cae un bono, los venezolanos salen en cambote a los mercados a comprar comida.
El espiral hiperinflacionario sacó de circulación el soberano de 2 bolívares ya que para pagar un café o un almuerzo se necesitan cerros de estos billeticos. Ha vuelto este año nuevo la escasez de efectivo, que obliga a la población a hacer filas a las puertas de las agencias bancarias y ante los cajeros automáticos para obtener irrisorias cantidades de dinero. Personas de la tercera edad que no pensaban pasar "verga" después de viejos en este otrora rico país petrolero.
El dólar, es el que rige la economía en Venezuela, y se ha convertido en el objeto más codiciado de los venezolanos y de los comerciantes chinos y árabes, ha pasado a ser el referente en las transacciones económicas, con el cambio del día.
Los venezolanos que no han emigrado aspiran a tener un ingreso en dólares. Los venezolanos andan en una carrera contra reloj por convertir sus ahorros, bienes, y patrimonio a dólares. Los billetes verdes ya circulan libremente para pagar actividades comerciales.
Hoy en Venezuela no hay futuro, comprar un carro es imposible. Se siente en la juventud una tristeza y rabia cuando de abandonar el país se trata.
El gobierno de Nicolás Maduro en este comienzo de su segundo mandato tiene que tomar medidas para contener la hiperinflación. Y no hacer todo lo contrario, de seguir financiando el déficit de las cuentas públicas con dinero inorgánico emitido por el Banco Central de Venezuela. Aquí dicen los expertos se tiene que pactar un programa de ajustes con el Fondo Monetario Internacional, que pronostica una inflación de millones por ciento con una contracción económica cercana al 20 por ciento.
El actual salario mínimo en Venezuela de bs. 4500, que no alcanza para comprar un cartón de huevos. El anuncio hoy del aumento de salario que hizo el presidente Maduro no sorprendió a nadie. La indiferencia obedece a que los precios de los alimentos, medicinas, bienes y servicios se habían aumentados en cuestión de horas, en una ruta hacia el precipicio en el que alguna vez fuera el país más rico de América Latina.