Agricultura urbana, en vez de Reforma Agraria

Teniendo una inmensidad de terrenos sin producir, es una comedia plantear la agricultura urbana como alternativa a la escasez alimentaria.

En los análisis metafísicos de la realidad, la producción agrícola urbana se convierte en la cabeza de quienes la conciben, en fuerza grandiosa que ayudará fundamentalmente a resolver el problema de la escasez alimentaria. Esto en otras palabras, es una falacia.

¿Qué condujo a insertar la teoría de la agricultura urbana a un nivel de importancia económica para resolver los problemas de abastecimiento alimentario al país?

¿Es que ya no hay tierra disponible para la producción agrícola?

¿Ya no hay planes de desarrollo productivo con los campesinos?

¿Ya no hay posibilidad de continuar con la reforma agraria?

¿O, ya no hay que causarles molestia a los latifundistas?

Volver a relaciones económicas de la época de la comunidad primitiva, teniendo extensas proporciones de tierra, ociosas, es una irresponsabilidad histórica o una “virgada política” de alguien descontextualizado de las verdaderas necesidades alimentarias de una población de más de 30.6 millones de habitantes; aunque, también da lugar a ser creativos como Rafael, que se pasó a las arepas de yuca.

Parece que el concepto de economía agrícola urbana, elude el problema mayor: el de la soberanía agropecuaria, el derecho a la tierra y hacerla cultivable, es decir el problema de una reforma agraria integral, que eleve la actividad agropecuaria al nivel de efectividad de la industria, (cuando ésta es eficiente, por supuesto) y que lleve adjunto el bienestar y los derechos de los campesinos. Significa también, transformar el tipo de tenencia y explotación de la tierra, lo mismo que la distribución de los productos de esta misma tierra.

Hacer productiva y cultivable la tierra, para que compita con la industria y se convierta en un eje productivo estratégico (para el consumo interno y para la exportación), parte del ejercicio de una reforma agraria integral. Con financiamiento, asesoría técnica, combinación de formas de tenencia, no latifundista, ni minifundista (desintegración en lotificaciones); sino, una combinación de pequeños propietarios, cooperativas públicas y privadas; y que, a la vez, transforme la forma de vivir de los campesinos, con efectividad de todos los derechos: educación, cultura, descanso, diversión y contar con los recursos básicos de la vida urbana.

Esto no se debe olvidar, ni eludir. El modo de producción, en el área alimentaria y de exportación agropecuaria para que beneficie a los 30.6 millones de habitantes no puede descansar en una actividad de jardinería, conocida con el nombre de “agricultura urbana”. Sino expresamente, en la utilización de la tierra como fuente primaria de la producción agropecuaria y en el trabajo tecnificado de los campesinos desarrollado en las mejores condiciones de existencia.

Miremos este futuro: La población venezolana se incrementa indeteniblemente

Venezuela finalizó el año 2014 con una población de 30.693.827 habitantes, un aumento de 417.782 personas respecto a 2013,

En 2014, la población femenina fue mayoritaria, con 15.405.120 mujeres, lo que supone el 50,19% del total, frente a los 15.288.707 hombres que son el 49,81%.

Venezuela tiene una densidad de población moderada de 34 habitantes por Km2.

¡Alarmante, No¡



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Memo Fernández


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