Un Plan de Reconversión ultrajado

Economía, minería y Revolución

Corría el año 2006 cuando por primera vez conocí eventos nada agradables referidos al problema de la minería ilegal en el sur del país.

En aquel entonces si no más recuerdo y como consecuencia de la masacre de La Paragua, un grupo de diputados y diputadas integrantes de la Subcomisión de Derechos Humanos y Garantías Constitucionales de la Asamblea Nacional, se avocaron a investigar las denuncias donde lamentablemente fallecieron asesinados un grupo de ciudadanos vinculados a la minería, por la disputa entre grupos (criollos e indígenas), de espacios geográficos para la explotación y control de la actividad económica minera artesanal.

Siendo Secretario de dicha Subcomisión, acompañé a los compatriotas parlamentarios (casi todos ellos y ellas integrantes del Bloque Parlamentario del Sur del país y militantes del MVR, PCV, Podemos y PPT), quienes no solo visitaron la región sino que también sostuvieron reuniones con los sectores sociales, económicos, políticos y de gobiernos vinculados directa e indirectamente (por acción u omisión), en los sucesos; al extremo, que encontrándonos en la población de La Paragua, estuvimos a punto de ser objeto de un atentado terrorista en medio de la Plaza Principal donde ese día sostuvimos un encuentro asamblea muy productivo e interactiva con la comunidad. El hecho no se consumó (más luego se pudo conocer), ya que el “sicario” contratado para cometer el crimen, se eximió de realizar la tarea toda vez que en dicha concentración ciudadana, había muchas mujeres y niños lo que evitó, según confesión posterior, consumir el acto.

Como dato curioso, a la llegada a La Paragua y al descender de las unidades de transporte que nos condujeron hasta allí, pudimos observar una población (al menos en el centro de ella), muy limpia y “bonita” y en un abrir y cerrar de ojos, aparecieron pintas y consignas en las paredes agrediendo la majestad del Sr. Presidente y blasfemas contra el gobierno revolucionario.

Dichas consignas, pudimos conocer más luego, fueron ordenadas por el entonces Alcalde de esa zona quien a la sazón, era militante de una de las organizaciones que hasta fecha reciente acompañó al Presidente Chávez en la propuesta socialista que él lidera. El Alcalde (quien no actuó solo sino acompañado de gente asociada presuntamente al partido del prófugo disque filósofo), como tantos otros brinca talanquera, eran parte de la comedia “político económica” que como drama se desarrollaba acompañando aun hoy, a esos humildes hombres y mujeres; compatriotas todos que una vez más eran decepcionados por los burócratas de oficio y de turno.

En los lugares donde ocurrieron los infelices y criminales hechos, conocimos por voz de la gente lo que otros hacían y le escondían tanto al Presidente como a toda la opinión pública.

Grupos políticos; religiosos; económicos; de inteligencia; militares, extranjeros, todos, operaban y operan contra la seguridad del Estado venezolano.

Fuimos informados en aquel entonces, de la existencia de grupos paramilitares (en número superior a 8 mil), fuertemente armados quienes viven entre otros, de la custodia de los sitios donde se practica la minería ilegal; el sicariato y la extorción, estaban a la orden del día. La fuga de divisas –oro y diamantes entre otros- al exterior y la presencia de grupos de inteligencia extranjeros involucrados en el contrabando de minerales y piedras preciosas era una realidad. Parte de lo narrado ahora, obligó al desmantelamiento de los para entonces existentes “Core” para darle paso forzado e inmediato, a los “TEO” que hasta hoy existen como responsable y garante de la Seguridad y Defensa de tan importante región del país.

Como consecuencia de lo anterior, el ciudadano Presidente en aquel entonces –como también ahora- ordenó la intervención y en virtud de ello se aplicó una política que se conoció como “Reconversión Minera” cuya responsabilidad para ese momento estuvo bajo la tutela del Despacho correspondiente para el ambiente y la minería cuya titular estaba obligada actuar mancomunadamente con otros entes del Estado –central y descentralizado- a objeto de dar una respuesta económica, social y política para así acabar con tan aberrante, criminal y ecosida situación.

No recuerdo exactamente cuánto fue el dinero destinado, sabemos que fueron muchos millardos; más sin embargo, las un mil y tantas personas involucradas directamente en aquel entonces (más sus familiares y demás asociados indirectamente venezolanos y venezolanas todos y todas), en la economía ilegal quedaron más luego como novia ´e pueblo. Abandonados igualito a los Amerindios que cuando el “Rupununi” se alzaron a objeto de rescatar nuestro Esequibo “zona en reclamación- en manos extranjeras e imperiales, para después abandonarlos con cuatro vacas y dos gallinas por los lados de San Francisco de Yuruaní vía San Elena de Uairén, Parque Canaima, La Gran Sabana, en el Estado Bolívar.

Mucho discurso, muchos infórmenes, muchos planes, muchas propuestas, mucho bla, bla, bla, de cómo invertir esos miles de millones de bolívares de los anteriores, hasta ahora cuando la historia nuevamente se repite una vez que en el exterior el compatriota Presidente se entera a través de un homólogo suyo, suramericano obviamente, en el marco de una Cumbre reciente, del ecosidio que se estaba cometiendo en el Caura; zona desde hace mucho tiempo denunciada en cuanto su importancia ecológica y los eventos que allí se sucedían bajo la lenidad y el silencio cómplice de muchos quienes su deber es proteger la Patria del Padre Libertador. Chávez habla de socialismo y ellos practican puro y brutal capitalismo depredador.

Como consecuencia de la activación de la denominada “Operación Caura” hemos sido informados (en nuestras manos reposa un informe muy completo y bien sustentado de denuncia elevado oportunamente al ciudadano Presidente y demás autoridades), refiriendo la presunta brutal agresión de que son objeto camaradas y compatriotas ( ese no es el estilo del Presidente Chávez); pero ante todo ciudadanos y ciudadanas, que hoy como ayer, fueron tomados por sorpresa por acciones que si bien es cierto son necesarias a objeto de tomar en control de una situación desenfrenada, no es menos cierto que se produce drásticamente sin otorgar alternativa a los ciudadanos incautos que generacionalmente han practicado lo único –nunca tuvieron otra alternativa real de vida- que aprendieron a hacer para subsistir más que vivir decentemente, como ciudadanos de una nación dotada por la naturaleza con riquezas que otros envidian, desean y vienen ilegalmente a explotar de manera irracional a través de terceros sin que ni siquiera los responsabilizados por el gobierno bolivariano y socialista pueda detener. Pasaron cuatro años y la historia es la misma, pese a que el Líder de la Revolución todos los días convoca a sus hasta ahora más cercanos colaboradores a la práctica de una conducta contraria a la sempiterna cultura cuarto republicana y puntofijista que como una maldición nos legaron en el ADN político quienes por más de 50 años controlaron los hilos del poder en Venezuela hasta que llegó Chávez. Más sin embargo y pese a su discurso de contenido y honesto, ellos está allí, infiltrados como “Caballo de Troya” prestos a derrotar la propuesta liberadora desde dentro.

El Caura como otras importantes cuencas en el país, son y es importante (s) para garantizar nuestro futuro y la soberanía nacional. Atender y rescatar nuestros ecosistemas, pasa también por otorgar alternativas decentes, correctas, reales y socialistas para que este crimen no se repita. No sólo es reprimir. Preciso es, educar y la educación no se decreta, se practica todos los días del mundo y de la vida. Es un trabajo generacional. De 30 años o más.

Recordemos al Padre Libertador quien en una de sus tantas sabias palabras, nos advirtió que el enemigo nos podía derrotar más por la ignorancia que por las armas. Aun estamos a tiempo de rectificar.


(*) Politólogo e Internacionalista
Magister en Seguridad y Defensa


monlan2001@yahoo.com



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Manuel José Montañez Lanza (*)


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