Al chivo manso siempre lo arrean

Los trabajadores organizados somos la vanguardia del socialismo. Somos los soldados y custodios de la revolución y no podemos permitir que se nos anarquice para beneficio de quienes andan en busca de protagonismo que les sirva de escaleras para alcanzar cuotas de poder, que no van a ser utilizadas precisamente en favor de la revolución. De esa cabuya ya tenemos un rollo, con bocazas como el inefable Diputado García propietario de una franquicia llamada PODEMOS, que logró engañar al Comando de la Revolución y al propio Presidente Hugo Chávez Frías, con posiciones supra revolucionarias, desde aquel Comando Ayacucho,(habla mucho) derramando lágrimas y jurando que si su vida había que darla por la revolución, nada le importaba y de paso remataba “Cuente con eso Comandante Chavez, con la lealtad indoblegable de nuestra organización. Muchos fueron lo que se dejaron arrear con los gritos desaforados de este sujeto y su pandilla, y ahora ¿Donde están? No se fíen de los gritones camaradas, no se fíen de quienes ofrecen poner el cuello en la guillotina por ustedes a cambio de que les obedezcan. Mucho cuidado...Quien más grita, vocifera y acusa desesperadamente, es quien no está seguro de si mismo, de sus convicciones y mucho menos de lo que será capaz de hacer llegada la hora del verdadero compromiso. La anarquía es la madre de la traición y de la cobardía. Para muestras un botón, pregunten y pregúntense ¿Donde están los héroes de la Plaza Altamira y de PDVSA La Campiña que sembraron la anarquía el 11 y 12 de abril de 2002, utilizando al pueblo en defensa de sus privilegios? Están disfrutando de los dividendos que obtuvieron durante la IV República y luego el precio que cobraron por traicionar al proceso bolivariano, a la patria y a sus propios seguidores a quienes llevaron a la trampa mortal que habían tendido para justificar el golpe de estado contra el Presidente Hugo Chávez.

Nosotros como vanguardia estamos en la imperiosa necesidad de pensar, de analizar de ir al fondo de las cosas. Estamos obligados a generar creatividad y capacidad para dar paso a la adaptación a los cambios, que es la característica del revolucionario. Porque si no cambiamos nosotros no podemos esperar cambios en lo que nos rodea.

Lógicamente todo esto está reñido con la obediencia mecánica. No podemos recibir órdenes de jefes o conductores, sin antes discutir lo que vamos a hacer, porque esa obediencia ciega, más que disciplina militante es una forma de desentenderse de los problemas reales, como advirtiera el Ché Guevara.

Eso de que es una orden de arriba que debemos obedecer, es un principio reaccionario, que solo nos conduce a la auto exclusión. Si queremos lograr soluciones, alcanzar salidas a las dificultades tenemos necesariamente que participar y discutir hasta lograr un razonable consenso donde el aporte de todos y cada uno conduzca a la solución del problema colectivo.

La hora de la clase obrera ha llegado no solo en Venezuela, sino en Suramérica y el mundo pero de una clase obrera organizada acorde con los tiempos históricos que estamos viviendo y no con las estructuras de la IV República, que solo han servido para sembrar en el seno del proletariado, desengaño y decepciones, que han beneficiado a las cúpulas que aprovechándose del escepticismo creado en las masas por las reiteradas traiciones, se han abrogado la representación de los trabajadores mediante “Sindicatos y Federaciones”, que no representan la opinión ni siquiera del 20 por ciento de la fuerza laboral activa.

Tenemos que acabar con eses rancias estructuras que solo sirven para escaleras de vivos y pesados fardos para los pendejos. Vamos hacía los colectivos o consejos de trabajadores con sus vocerías.

El pasado viernes 15 de enero en la mañana, dimos en Elebol, una demostración de que los trabajadores podemos resolver nuestros problemas sin managers, ni capitanes que nos vengan a imponer jugadas.

La asamblea nombró a sus voceros que fuimos a la sede del Ejecutivo Regional donde llevamos a conocimiento de esa instancia los acuerdos tomados por la asamblea de trabajadores,que posteriormente fueron ratificados en la tarde en la reunión efectuada entre el presidente de Edelca Igor Gavidia, José Sánchez presidente de Elebol y demás directores de la Junta Administradora y Liquidadora de Elebol, los voceros designados por los trabajadores y los representantes sindicales.

Gracias a esa sabia decisión de los trabajadores se ha detenido la anarquía en Elebol, se han canalizado las discusiones de la mejor manera, a través de mesas de trabajo, respetando los derechos de usuarias y usuarios, con la participación activa de todos y la masa trabajadora está mosca para no dejarse arrear ni manipular por aquello de que: Al chivo manso siempre lo arrean.

Periodista*

CNP 2414 cd2620@gmail.como cadiz2021@yahoo.es.


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Cástor Díaz*

Periodista CNP 2414

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