A María León y Luisa Ortega Díaz

Lolayne: mujer en la Venezuela Bolivariana

 
Llamo tu atención, lector o lectora, sobre la distancia entre las avanzadas leyes de protección de la mujer en la Revolución Bolivariana y la terrible realidad de viejas instituciones machistas que maltratan a la mujer, sobre todo en el interior del país. Esa distancia es la Vía Dolorosa que recorrió y aún recorre Lolayne, joven mujer despojada y burlada por quienes tenían la obligación de defenderla. 

ILUSIÓN Y DESENGAÑO 

Güiria, Estado Sucre, octubre de 2005. Lolayne cree haber encontrado al compañero ideal, un hombre maduro trabajador, responsable y protector. Se enamoran y comienza a vivir el clásico proyecto de hogar y familia. Los primeros 10 meses viven bajo el techo de la mamá de su compañero, mientras construyen “la casa de sus sueños”. Terminada la obra, se mudan al nuevo hogar donde viven por dos casi dos años. Ambos trabajan, ella como comerciante informal y él como contratista de la Alcaldía. Pero la ilusión termina vencida por el desengaño, aparece “la otra” y comienzan las peleas donde Lolayne lleva la peor parte.  

VENTA FICTICIA, ILEGAL Y SECRETA 

El 26 de diciembre 2007, sin decirle nada, él formaliza la venta de la casa a un hijo mayor de edad, nacido de una unión anterior. Es una venta ficticia, por 12 millones, de una propiedad cuyo valor supera los 200, e ilegal porque para vender bienes comunes se requiere autorización de ambos. En Güiria todos se conocen y frecuentan los mismos sitios: ni el Registrador ni otros funcionarios ignoran la existencia de Lolayne, pero quien vende la casa es el hombre de confianza del Alcalde y muy conocido en el Registro. Además “somos hombres y no vamos a pisarnos la manguera entre bomberos”. Lolayne ni siquiera es de Güiria, sino de Macuro, y no tiene influencia en la ciudad. 

El 2 de Enero de 2008 él abandona la casa, a la cual se mudan, 3 días después, sus hijos mayores con sus respectivas familias. Los nuevos moradores le informan a Lolayne que tiene que irse.

LA FISCALÍA 

Lolayne pide auxilio a la Fiscalía de Güiria, pero hace mes y medio que el Fiscal Pedro Navarro está en Carúpano, a dos horas de mala carretera, y su asistente se niega a recibir la denuncia sin su autorización. Lolayne va a Carúpano y el Fiscal la manda de nuevo a Güiria donde su asistente le tomará, por orden suya, la declaración. De regreso a Güiria el asistente, en efecto, toma su declaración, pero se niega a darle una copia, y le transmite la recomendación del Fiscal: consultar a un psiquiatra de Carúpano, que él recomienda, para que la evalúe por “daños psicológicos”. Lolayne viaja de nuevo a Carúpano, el psiquiatra conversa con ella durante 45 minutos, le da un papel donde dice que está emocionalmente afectada y le cobra consulta. 

Dos días después el Fiscal cita a Lolayne y a su “Ex”. A él le recomienda que contrate un abogado, a ella le dice que, por ser víctima, él mismo la defenderá. Le dice que traiga testigos.

Lolayne y sus testigos acuden a Fiscalía, así como su Ex. Terminada la reunión, el se marcha en su automóvil y ella vuelve a casa caminando. Cuando llega, los vecinos le informan que su Ex acaba de llevarse muchos enseres domésticos: horno eléctrico, microondas, alfombras, juego de ollas, licuadora, televisor. Lolayne corre a la Fiscalía pero el Fiscal Navarro ya se marchó a Carúpano. Le telefonea y éste responde que no sabe nada de eso, que está muy ocupado, que vaya a poner su denuncia en la Policía Judicial CICPC. 

EL CICPC 

Lolayne va al CICPC donde la escuchan pero le informan que no disponen de vehículo para llevar una citación a su Ex. Y le dicen que la lleve ella misma. Lolayne acude a la Policía de Güiria donde el Comandante manda a dos policías a entregar la citación del CICPV, para dentro de 3 días. 

Lolayne acude sola y él con su abogado. A ella la dejan sentada en la sala de espera y no la entrevistan, mientras a él lo atienden a puerta cerrada en una oficina de la cual el Ex y su abogado salen muy risueños y se marchan sin disimular su satisfacción. El funcionario policial (Sr. Alcalá) le dice que el CICPC no puede hacer nada, porque “eso está por Fiscalía”, que debe enviar un informe para que el CICPC pueda actuar. Alcalá le recomienda que vaya a Carúpano y solicite dicho informe al Fiscal. 

SEPARACIÓN DE CUERPOS Y BIENES 

Ante semejante peloteo entre Fiscalía y CICPC, Lolayne se pone en contacto con una abogada, la cual le aconseja introducir una demanda de separación de cuerpos y bienes (lo que Lolayne hace) y que busque todos los documentos de propiedad (terreno, casa, etc.) y facturas (de  bienes adquiridos durante la vida en común). Al buscar estos papeles es cuando Lolayne descubre que su casa fue vendida hace meses. 

Días después, los hijos de su Ex esconden la llave de la casa para que si sale no pueda entrar. Lolayne acude a Fiscalía y ésta ordena que le devuelvan su llave, diciendo que “ambos tienen los mismos derechos hasta que el tribunal decida”. 

DESPOJO Y HOSTILIDADES 

Pasan días, semanas, meses. Lolayne gasta todo el dinero que posee y de tanto viajar ya conoce cada curva de la carretera. La justicia es lenta y nunca llega. Mientras tanto la casa es un infierno porque los familiares de su Ex hacen todo para molestarla, esperando que se rinda y se marche. 

Así llega el 2008. El 19 de Marzo viaja Lolayne 5 horas hasta Cumaná para entregar un poder que pide su abogada. Regresa en la noche y encuentra la cerradura cambiada. Los vecinos le informan que su Ex había entrado y se había llevado “todos los corotos” (cocina, juego de cuarto, juego de comedor, lavadora, “freezer”, butacas, vitrinas, bibliotecas, lencería, etc.) y que la casa está vacía. 

Lolayne llama a la abogada, y ésta le recomienda que no entre a la casa porque se trata de un “hurto”, y que denuncie en la policía el cambio de cerraduras y la sustracción bienes. Pero son las 9:30 PM, le informan que el Comandante “está durmiendo” y que tiene que volver “mañana”. Sin ropa para cambiarse, Lolayne tiene que buscar un techo para pasar la noche. 

Al día siguiente vuelve a la policía, le toman declaración y le informan que “no se meten en eso” sin orden de la Fiscalía. En Fiscalía le dicen que vuelva al día siguiente con testigos. Así lo hace y cinco testigos declaran que esos bienes son de ella y que, efectivamente, los habían sacado el día anterior. El Fiscal dice entonces que va a llevar el caso al Tribunal Penal porque el Ex “se pasó de la raya”. 

TRIBUNAL PENAL SEPTIEMBRE 

Pasan los meses y en julio 2008, su Ex alquila la casa (sin muebles) a la nueva directora del Hospital de Güiria, Doctora Leonor Sontado Rivas, quien no tiene la menor idea de que duerme bajo el techo de una infamia.  

Ese mismo mes el tribunal penal de Carúpano le informa a Lolayne que la primera audiencia sobre el cambio de cerradura y sustracción de bienes se efectuará el 23 de septiembre. Lolayne asiste el día señalado pero el Ex no se presenta. Ella declara pero, como “se trata de un juicio breve”, los letrados la instruyen para que se abstenga de relatar “lo que el Fiscal ya sabe” y se limite a decir “lo que quiere”. Ella dice que quiere volver a su casa, que le devuelva sus bienes, que hagan salir a la inquilina que su Ex metió en julio y dicten una medida de protección a su favor.  

Ante la ausencia del Ex, el tribunal penal cita a las partes para el 22/OCT/08, poniendo énfasis en que Lolayne NO debe traer abogado porque su defensor es el Fiscal. 

TRIBUNAL PENAL OCTUBRE 

El 22 de octubre 2008 ambos se presentan ante el juez, Lolayne sola y él acompañado por su abogado. Ella expone lo mismo que el Fiscal (“su defensor”) le había recomendado que expusiera la vez anterior.  Su Ex declara que no sabe nada de bienes ni enseres, que él efectivamente había cambiado la cerradura y le había entregado la llave “al nuevo propietario de la casa” (su hijo) y que, al contrario, era Lolayne quien, en fecha no determinada, le había hurtado “50 gramos de oro”. 

Escuchadas las partes, el honorable Señor Juez, Don Abelardo Royo Henríquez, ordena a Lolayne que sobre los bienes sustraídos “deje eso así porque había esperado muchos meses para declarar”. Lolayne dice que el retardo no era culpa suya sino de las instituciones (Fiscalía, CICPC, Policía, etc.) que eran las que habían tratado su caso y fijado los tiempos. El juez responde que él no tiene nada que ver con todo eso, que vaya a plantearlo ante el Tribunal Civil. 

JUSTICIA MACHISTA 

En la insólita “ACTA DE AUDIENCIA ESPECIAL” del Tribunal Segundo de Control del Estado Sucre, el honorabilísimo señor juez Don Abelardo Royo Henríquez  “ratifica las medidas de protección y seguridad impuestas por el órgano receptor (…) que se traduce en la prohibición de acercarse a la víctima o sus familiares, a su lugar de residencia (…)” aunque en el documento ambos aparecen residenciados en la misma dirección (¡!), e “insta” al Ex. “…para que haga entrega a la ciudadana Lolayne Daría Centeno Marcano de la ropa de su pertenencia, la cual será recibida por su hermana Raquel Centeno en un lapso no mayor de 24 horas. En cuanto a lo solicitado por la víctima en el sentido de que este juzgado la reintegre a su casa, este tribunal se abstiene de emitir pronunciamiento alguno por cuanto no es de su competencia, es decir que es la materia civil la que debe conocer, como en efecto está conociendo, sobre dicha solicitud, según lo manifestado por la defensa.”

  La hermana va a buscar lo indicado y le entregan como resultado de 22 meses de calvario, todo lo que Lolayne obtuvo de quienes deberían aplicar las leyes que defienden a la mujer: una maleta con ropa usada. 

INAMUJER Y DEFENSORÍA DEL PUEBLO 

Lolayne no se rinde. Reúne dinero y viaja a Caracas donde, el 5/NOV/08, la reciben en INAMUJER y “una doctora” la remite para INAMUJER-Carúpano. Lolayne viaja esa misma noche y después de 10 horas de autobús llega a Carúpano donde el 6/NOV/08 en INAMUJER la escuchan sin tomar nota y la remiten a la Defensoría del Pueblo de Carúpano. Ese mismo día es escuchada en Defensoría, le toman declaración y le piden copias de las facturas de los bienes sustraídos por su Ex. (las presenta en el acto) y copias de las denuncias y declaraciones efectuadas en Fiscalía. 

INJUSTICIA PARA POBRES 

Lolayne va a Güiria y en la Fiscalía donde los pide, le informan que esos documentos reposan en en el Tribunal Penal de Carúpano. Vuelve a Carúpano y en el Tribunal Penal le dicen que esos documentos no reposan ahí sino en la Fiscalía de Güiria. Pide dinero prestado a su familia y contrata dos abogados para que consigan dichos documentos, pero los abogados se rinden: los documentos han desaparecido. También han desaparecido las declaraciones de testigos, y otros papeles. 

EL DIA DE LA MUJER 

Lolayne me cuenta su historia el Día de la Mujer, ironía política con dosis de humor negro. Me subleva su ingenuidad, reprimo las ganas de decirle qué debió hacer o dejar de hacer, lo que yo hubiera hecho. Pero justamente de eso se trata: nadie está obligado a ser astuto, a saber “como son las cosas”, y la justicia est´ña para defender a los que no se pueden defender por sí mismos. Este caso es una infamia, pero uno podría pensar que sólo es una entre tantas, una injusticia particular, otro eslabón de la larga cadena de injusticia general con que los fuertes todavía esclavizan a los débiles.       

Las conquistas legales de la mujer en la Revolución Bolivariana son reales, pero del dicho al hecho está el Derecho. Están las instituciones del Estado donde una mujer aislada y sin influencia se encuentra desamparada, especialmente en las áreas obscuras de la sociedad o la geografía venezolana, donde aún domina el pensamiento machista y excluyente. Donde mujeres, indígenas, agraristas, presos y obreros siguen a merced de la corrupción de la injusticia burguesa. 

A LAS CAMARADAS 

Hago un llamado a las camaradas en cargos u organizaciones que pueden o saben cómo desatar los nudos de injusticia que ahogan a Lolayne. Para muchas de ustedes este caso no está en el área de su competencia directa. Aunque particularmente odioso y emblemático, este caso no es el peor ni el único. Pero en la Venezuela Bolivariana todos somos responsables por todos, especialmente por los excluidos y desamparados. Les pido que hagan correr este caso hasta que llegue a las manos de quien sea capaz de hacer justicia más allá del “derecho” o la astucia de quienes compran y venden conciencias para violar los derechos de la mujer.  



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Eduardo Rothe


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