Pildoritas 95 (año VII)

En verdad, en esta etapa de violencia, ¿Quién viola los derechos humanos, de quién?

Habría que investigar, en qué país del mundo la carta magna se da el lujo como la nuestra de tener disposiciones que son ejemplo de legislación en cuanto al estricto respeto a los derechos humanos. Hasta los más críticos han reconocido esta realidad, ahora bien, la derecha venezolana, que desde la aprobación por referéndum por un enorme mayoría del pueblo, ha, en múltiples oportunidades, tratado de desconocer nuestra Constitución y en otras ocasiones la utilizan sólo para acusar al gobierno de violarla y sobre todo en el campo de los derechos humanos, sin presentar pruebas contundentes, como sucede ahora, cuando son ellos quienes a través de sus últimas acciones terroristas han violado derechos humanos de miles de venezolanos, causando zozobra permanente que incluye asesinatos, destrucción de propiedades públicas, intento de homicidio prácticamente genocida como sucedió en el caso de el preescolar de la Gran Misión Vivienda, el uso de francotiradores, la colocación de guayas asesinas, la utilización de menores de edad para sus prácticas terroristas convirtiéndolos en drogadictos, sin contar la conculcación del derecho a transito, a la salud, a la educación y cientos de etc., todo registrado documentalmente y probado hasta la saciedad ante los organismos jurisdiccionales.

Sin embargo si leemos, oímos o vemos los medios internacionales, en su mayoría, muestran otra realidad y colocan al gobierno venezolano prácticamente como un estado forajido, tiránico y violador de todo los derechos, incluido el de libertad de expresión cuando está requeteprobado, no porque lo diga el gobierno sino porque mucha gente de prestigio que ha pasado algún tiempo aquí, puede dar fe de que aquí la libertad de expresión es un derecho que se respeta en alto grado, tanto que muchos medios delinquen abiertamente sin que, como si les sucedería en cualquier país del mundo, se les impida o restrinja su actuación.

Pues bien la mayoría de los medios de aquí, opositores que con el triunfo de la Revolución perdieron los privilegios que llevaron a que se les denominara como un cuarto poder, porque en acciones de chantaje evidente le dictaban pautas a los gobiernos llamados democráticos de la llamada cuarta república, a los que obligaban a asignarles cuotas de gobierno, curules, embajadas, ministerios, grandes contratos, licencias para importar lo que les daba la gana, etc. ahora respirando por la herida, se han prácticamente carterizado nacional e internacionalmente para mostrarle al mundo una realidad distorsionada y acomodada a sus intereses; un hecho que lo demuestra es el que hayan tenido que recurrir a prácticas evidentemente traídas por los cabellos, como son la utilización de artistas de renombre o de no tanto, como en el caso de la “famosa”, más por sus excesos de inmoralidades que por su arte, María Concita Alonso, hermana de un terrorista, para que salgan a solidarizarse con los venezolanos, con “estudiantes”, que en su mayoría ha quedado demostrado que no son tales, quienes supuestamente son perseguidos inmisericordemente por un régimen tiránico y violador de todos los derechos, cuando sabemos que lo que ha hecho el gobierno es llenarse de paciencia y sólo proceder con la fuerza de las leyes cuando no queda otra salida, pero reconociendo como jamás sucedió en gobiernos de la cuarta, si ha habido excesos, no descartables cuando los funcionarios son seres humanos, que pueden reaccionar como tales, casi siempre cuando son vejados, escupidos y agredidos físicamente y cuando a quienes detienen por estar en flagrancia, se resisten a la autoridad y deben ser dominados por la fuerza, lo que es suficiente para que los medios y las llamadas ONG., salgan de inmediato acusando a los agentes del orden de violadores y torturadores.

Como se sabe las crisis tienen su lado bueno, porque a partir de ellas se pueden crear soluciones positivas y esta crisis creada por la frustración incontenible de la derecha venezolana, de no poder truncar las aspiraciones de la mayoría del pueblo por la vía electoral, y decidir irse por los atajos de la violencia, tiene que servir para que por fin entre otras cosas el mundo se convenza de que no sólo los Estados violan derechos humanos, sino también como en el caso irrefutable venezolano, existen organizaciones creadas para la violencia con conexiones foráneas que aquí han dejado y aun siguen dejando, saldos trágicos contra seres humanos, inocultables, tanto que grandes masas de trabajadores y ciudadanos en general se han tenido que movilizar para exigir justicia por sus muertos, sus heridos y sus fuentes de trabajo destruidas.

Es necesario que por todas las vías se logre mostrar la verdad de los hechos, no de ahora, porque esto ya lleva 15 años de intermitente violencia, ya ha quedado claro que la oposición no va a participar en la comisión de la verdad, creada por la AN, por lo que debería buscarse una fórmula que incluya personajes nacionales o internacionales, que puedan ser garantía de imparcialidad para que se rubrique una verdad que ya se conoce, porque el pueblo, sobre todo el que ha sufrido las consecuencias del terrorismo, que es la mayoría, ya está claro y sabe de donde han venido las acciones violentas, quien las impulsó, quien las financia y quien y donde las inició.- Veremos.


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Saúl Molina


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