¡Nunca más un 11 de Abril!

Hace 10 años el Pueblo y la Fuerza Armada Bolivariana constitucional, reponían en su cargo al Presidente legal de nuestro País, Hugo Chávez, tras un golpe de estado de 45 horas, que quebró la tradición democrática nacional y provocó muertes, heridos, y una gran reacción popular ante la prepotencia de un puñado de representantes de lo peor de la oligarquía local e internacional.

Envalentonados por verse permanentemente desafiando por la tele a un gobierno nuevecito, que venia a cambiar, para bien, la historia, se lanzaron a una aventura de la que nunca tuvieron el coraje y dignidad de asumir responsabilidades, como sí lo hicieron los rebeldes del 4 de febrero, pagando con cárcel y sus propias carreras profesionales.

De aquellas imágenes de las cadenas de todos los canales privados, aparece nítida la del candidato de la oposición, quien para demostrar su brutalidad asaltó una embajada extranjera, violando todos los códigos internacionales y avisando que no tiene la más mínima preparación para ocupar la primera magistratura. Es que estaba en una cacería humana de la más baja catadura de la que todavía no ha rendido cuentas, pero que pagará el 7-O.

Y en esa comparsa se ve a “figuras” –políticos, columnistas, periodistas - que hoy se consideran “campeones de la democracia”, cuando no son mas que golpistas ilustrados confesos, con gran protección mediática, que solamente en un gobierno abierto y generoso como el nuestro pueden todavía tener la frescura de seguir haciendo politiquería como si nada hubiese pasado hace 10 años.

Si analizamos los primeros manotazos del Dictador puesto por Fedecamaras, es fácil descubrir que lo que venia era tiranía y tsunami económico social. Persecuciones sangrientas, como la que padecieron un diputado de Anzoátegui y un Ministro, todo filmado por la mismísima prensa golpista, a modo de trofeos de guerra. En síntesis un país sin Ley y listo para ser devorado por intereses foráneos aliados con los vende patria locales.

¡Pero no contaban con el Pueblo! Que se levantó y dijo “Queremos al Presidente Chávez” y la Patria se enderezó. Y desde entonces la unidad Pueblo-Fuerza Armada es indisoluble.

Cierro diciendo como Simón Bolívar: "Juro por Dios, juro por mis padres y juro por mi honor que no descansaré mientras viva hasta que haya liberado totalmente a mi Patria."

Y agrego: PROHIBIDO OLVIDAR. ¡Nunca más otro 11 de abril! Lo juro.


prensa.saime@gmail.com


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Dante Rivas


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