La Organización de las Naciones Unidas asoció al sionismo con el racismo

“La integridad nacional solo es posible mediante la pureza racial”

Vladimir Jabotinsky (Ideólogo del Sionismo Israelí) 

Vladimir Jabotinsky fue el principal ideólogo del sionismo revisionista, el cual sostiene un profundo y firme orgullo nacional del pueblo judío; basándose en la creencia de que los judíos tienen el derecho de impartir su propio Estado en todo (Eretz) Israel.

Los orígenes del sionismo israelí están basados en la doctrina de la pureza de la sangre, en la constitución del imperialismo israelí por sobre todos los pretextos religiosos en los cuales se apoyan cínicamente.  

Vladimir Jabotinsky: “Nunca hemos de permitir cosas como el matrimonio mixto porque la preservación de la integridad nacional sólo es posible mediante la pureza racial y al efecto hemos de tener ese territorio en el que nuestro pueblo constituirá los habitantes racialmente puros.” 

La relación entre el movimiento sionista y los colonos sudafricanos del Apartheid, se había desarrollado anteriormente a través de la amistad entre el general Smuts (Primer Ministro de la Unión Sudafricana y promotor del Apartheid) y Haim Weizmann (Primer presidente del Estado Sionista de Israel). Al filo del siglo había ya en Sudáfrica una considerable colonia judía, sobre todo procedente de Lituania. El movimiento sionista consideraba a esos judíos particularmente receptivos a las ideas sionistas porque en Sudáfrica tenían ya un status de colonos. Los dirigentes sionistas viajaban constantemente a Sudáfrica en busca de apoyo político y financiero. 

En 1975, en plena Guerra Fría, la Asamblea General de la ONU adoptó, por impulso de los países árabes, y con el apoyo del bloque soviético y de los países de los no alineados, la resolución 3379, de carácter declarativo y no vinculante, que asociaba al sionismo con el racismo (72 votos a favor, 35 en contra y 32 abstenciones).  

En la resolución se consideró: "que el régimen racista en Palestina ocupada y los regímenes racistas en Zimbabwe y en Sudáfrica tienen un origen imperialista común, constituyen un todo, presentan la misma estructura racista y están orgánicamente vinculados en su política destinada a la represión de la dignidad y la integridad del ser humano” 

El entonces embajador israelí y futuro Presidente de Israel, Jaim Herzog, rompió el documento en pedazos delante de la Asamblea de la ONU.  

Israel había condicionado su participación en la Conferencia de Paz de Madrid a que la Asamblea General revocara la resolución 3379. El reclamo israelí fue auxiliado por el entonces presidente estadounidense George Bush, bajo cuyo auspicio se aprobó la resolución anulando la 3379 que declaraba al sionismo como un movimiento racista. 

La comunidad internacional ha sido cómplice; desde los mismos orígenes del sionismo como movimiento racista y colonizador. Es la misma complicidad histórica que se mantiene en las organizaciones internacionales de hoy; que no trascienden de tímidos comunicados y se encojen de hombros ante el Genocidio que viene sistemáticamente cometiendo el sionismo israelí, ante la vista del mundo.


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Adal Hernández


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