A diez años de abril y la lucha de clases

A diez años de aquel abril de 2002, de aquellos días del 11, 12 y 13 de abril. Conmemoramos la lucha de quienes cayeron en Puente Llaguno y sus alrededores, en las calles de Venezuela, defendiendo la revolución. Recordamos y celebramos el rescate del comandante Chávez y la revolución bolivariana, secuestrada por la burguesía venezolana y el imperialismo estadounidense.

Aquel golpe de estado burgués, imperialista, profundamente clasista en contra del pueblo bolivariano y su revolución; debe ser recordado siempre como una de las expresiones más autenticas en nuestro país de lo que aquel señor europeo llamado Carlos, denominó, como el motor de la historia: “La lucha de clases”.

Porque el capitalismo no se marchará sin tragedia, como carácter inexorable de la historia como dicen algunos filósofos y analistas. Porque es más que tolerancia, sentarnos a esperar a ver como el capitalismo, después de habernos jodido tanto, decidirá por su propia cuenta descansar y extinguirse. No habrá transición hacia el socialismo sin confrontación de clase, sin la hidalguía de un pueblo en lucha convencido y decidido a su emancipación, y la resistencia de la burguesía parasitaria y acomodada desde hace tantos años, resuelta a no ceder en sus privilegios; cada vez más sedienta y hambrienta del capital, como lo es su naturaleza de clase.

Esto es una realidad, una realidad terca y repetida a través de la historia que debemos asumir para prepararnos, para evitar otro golpe de estado de la burguesía. Para que aquellos días de abril de 2002, sirvan como experiencia para entender las pretensiones del fascismo.

En un mundo condenado a la amnesia obligatoria, se hace imprescindible la construcción sistemática de una memoria colectiva sobre aquellos sucesos que nos dejaron tanto para reflexionar y tanto por hacer. Como el fortalecimiento de la comunicación popular que hemos venido desarrollando, para superar las mentiras del enjambre de medios de comunicación al servicio de la burguesía.

Es necesario que la revolución bolivariana recuerde siempre, como a través de la movilización popular, de la comunicación alternativa, de la unión cívico-militar de nuestro pueblo, se pudo rescatar de las garras del imperialismo estadounidense, al comandante Chávez y a la revolución de un pueblo que ha decidido cueste lo que cueste, ser independiente, soberano, libre.

adaleduardo@hotmail.com


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Adal Hernández


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