En Palmira Táchira: Mahoma Colmenares, un ejecutor musical del clarinete

Era oriundo de Caneyes tenía un olfato muy particular para colarse en cualquier fiesta, francachela, agasajo o parranda e iniciar en alguna de ellas sus interpretaciones de memoria, sin apelar a ninguna partitura; iniciaba sus conciertos en compañía de sus pequeños hijos. Era un connotado músico muy popular y conocido en el municipio, pero su nombre no remontó fuera de su lar nativo. Sentía a la música y hacía vibrar el clarinete, cuando arrancaba de su bandullo los arpegios de una nota musical. Sus honorarios eran los cuatro dedos de cualquier ron que reclamaba cada vez que interpretaba un set. Eso sí, sino había el consabido guamazo a disposición rapidito dejaba el pelero. Ese era Mahoma, un hombre taciturno, de poco hablar pero un artista comparado con los grandes en esa especialidad musical.

De Mahoma recordamos esta anécdota. En la calle 1 con carrera 5; allí había una vieja casa. En una oportunidad quien para la época era el cabo Aparicio Porras; cortejaba a una de las muchachas que vivía allí; un día decidió lanzarse por el camino del medio e ideó como mecanismo más corto llevarle una serenata; se busco para esos menesteres a Mahoma Colmenares; quien ni corto ni perezoso accedió a las solicitudes del antojadizo galan, ya entrada la noche, comenzaron las intervenciones; Mahoma como ya lo hemos dicho era un virtuoso del clarinete; ya había interpretado algunas melodías y nadie que daba señales de vida; finalmente Mahoma divisó un agujero en la puerta y decidió introducir el instrumento musical por aquel orificio y comenzó a tocar, de repente desde adentro de la casa, no se sabe si la propia fémina, o un enamorado, o quién sabe quién empujó con tal fuerza aquel instrumento que derrumbaron a este hombre alto, esquelético hacia atrás que le hicieron trastabillar y algunos moretones, además de facturarle la boca; así dando traspiés no le quedo más remedio que retirarse con el furtivo enamorado.

Existe por ahí una anécdota, todos recuerdan a Luis Piñerúa Ordaz, siendo candidato por AD a la presidencia de la República, se le presentó un afamado músico, cuya especialidad era el clarinete. Al verlo, le dijo…Piñerua al llegar a la Presidencia nosotros los músicos queremos un aumento de sueldo. A lo que Piñerua le riposto….que va chico, tocando ese palo…quien te va a aumentar el sueldo…póngase a trabajar en algo productivo. Recordemos que Piñerua tenía sus opiniones muy particulares sobre la cultura….y la música. Dejemos a este mentecato que quedo atrapado en el basurero de la historia y ya nadie recuerda. En lo que si acertó fue aquello de la barragana que le asesto un duro golpe a un presidente en ejercicio y la amenaza de publicación de una fulana carta comprometedora que nunca hizo y tenía con los nervios de punta a más de uno.

Ahora sí vayamos a lo serio; así como Inglaterra tuvo a un Jorge Federico Haendel a quien rindió honores. Alemania honro a otro grande de la música, Juan Sebastian Bach. De Austria fue Wolfang Amadeo Mozart, que entró a ese país por la puerta amplia de la música. De Venezuela recordamos a Teresa Carreño. Palmira no podía quedarse atrás, aquí nació uno de los más destacados del clarinete que todavía no se le ha dado a conocer.



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Luís Roa

Licenciado en Administración de Empresas (ULA). Luchador social. Jubilado de CVG Alcasa

 Luisroa519@gmail.com

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