La cotidianidad social se desenvuelve de manera tal que la vida económica está "pata pa arriba", es una locura, los precios trastornan la tranquilidad social, colocan a las personas en zozobras, en ascuas, incluso "las sacan de sus casillas", prácticamente está sobreviviendo, anteriormente los precios atacaban el estómago, ahora atacan la yugular, hay un desespero permanente, se ha desmoronado la clase media, ella ha desaparecido, no hay profesionales con relativos privilegios de salarios frente a la clase obrera como antes, todos se han empobrecidos, ingenieros, administradores, economistas, contadores, abogados, docentes, profesionales todos, se perciben mal pagados, los precios devoran sus ingresos, no tienen incentivos para trabajar, de allí que muchos han tenido que abandonar el trabajo, renunciar y muchas veces tomarse unas vacaciones sin retorno para forzosamente emigrar, dejar atrás hijos e hijas, familias, padres, abuelos y abuelas, probando suerte en otras latitudes para enviar a quienes se quedan atrás remesas que permitan sobrevivir a sus parientes.
Quienes se quedan son aún mas valiente de los que se van, vivimos resistiendo los embates del dólar, de los precios, y por si fuera poco, siendo victimas de la extorsión y el chantaje de las empresas, a modo de ejemplo, en el Zulia, ciudad de Maracaibo, la empresa Hipermercado La Grande, ubicado en la circunvalación dos, vía hacia el kilómetro cuatro, heredero de Los Bicentenarios, mercados expropiados a Éxitos, empresa capitalista privada, ahora de nuevo regresa a manos privadas o al menos eso creemos, en sociedad pública y privada, actúa de manera que chantajea a los consumidores; en dos oportunidades por experiencia propia acudimos a comprar carne regulada, pues bien la cajera nos indicó a mi acompañante y a mi, que para comprar menos de 1000 gramos de carne de costilla, cuyo valor era 1.750 Bs. Soberanos estabamos obligados a comprar adicional 10 artículos extras, decidimos en ese momento, no ser victima de la extorsión y no compramos el producto.
Otro ejemplo; hoy a un día del 4 de febrero, de la insurrección militar de Chávez en 1992, volvimos al mercado a comprar pasta, cuyo precio es económico, cuando se presenta mi acompañante en la caja, la trabajadora le dice, que para llevar café de menos de medio kilo, a 3.200 Bolívares soberanos, debíamos igualmente comprar adicional cuatro productos, entonces, solo llevamos la pasta, dejamos el café, viendo de nuevo que dicha empresa conculcaba nuestros derechos económicos, el de los consumidores a disfrutar de un bien. Hay que hacer un llamado a las autoridades públicas, al gobernador del Estado, unos de lo promotores públicos de dichos mercados, ya que los precios son exageradamente altos, aparte de que se vendió la idea de dichos mercados como alternativa popular, y que es lo que vemos, que le están dando mazo mientras el pueblo rogado a Dios le permita al menos tomar un cafecito.
Chantaje, extorsión es el modo como las cajeras, los administradores, los gerentes de Hipermercado La Grande obligan torciendo el brazo a los consumidores, el pueblo sencillamente no compra, segmento que no puede comprar y el segmento que puede comprar no hay duda es la clase política (burocracia de alto nivel) y la clase económica (capitalistas) que disfruta de los altos niveles del poder o aquellos que reciben remesas, empresarios, contrabandistas, comerciantes o bachaqueros incluso narcotraficantes. El Supermercado La Grande ha quedado para la clase rica, la clase pobre no tiene el derecho a comprar, los profesionales tampoco, el talento de la sociedad se ve en ascua, sometido al subconsumo.
¿Quien puede defender al pueblo en estas circunstancias de mercado, de precios hambrientos, de precios especulativos, de precios que matan a la Patria?, en particular cuando el chavismo y la oposición están distraídos en la lucha por el poder, unos defendiendo la soberanía y el otro pretendiendo escalar el poder como sea, a diestra y siniestra. Lin Yutang tiene una teoría para comprender el comportamiento de esas clases privilegiadas, dice: "La ambición y la agresividad y el amor por la fama o el poder se deben también a ciertas lombrices que no dejan descansar al hombre hasta que haya realizado el objeto de su ambición".
Suponemos que la clase productora, empresarial sometida a la vanidad de "la ambición" requiere de dólares, de estímulos económicos del Estado, de "subsidios", cabe aplicar aquí el pensamiento de Friedman, de rechazar los subsidios por considerarlos iproductivos, quiere decir que para crecer económicamente, el capitalista requiere de apoyo económico de la renta petrolera, creando una competencia desleal en el mercado, la conversión en una clase parasitaria, improductiva, dependiente de los subsidios, de créditos impagables y claro en tales circunstancias, la ganancias es elevada a precio subsidiados, en tal sentido, no existe por parte del pueblo el derecho a la soberanía alimentaria.
La economía no es el mejor frente del gobierno, ni tampoco al parecer es autosuficiente la empresa privada, construir la economía socialista no ha sido el fuerte, en el agro, la industria, los servicios, ha dependido de la empresa privada y de las importaciones, de allí su Talón de Aquiles todo en estas horas aciaga, de embargo comerciales, bloqueos económicos, de escasez de productos, de falta de competencia en el mercado, de progreso técnico, aparte de que los sujetos privados pendiente del problema de seguridad jurídica decide no invertir, desacelerar la economía, vale decir deprimirla y someterla a los estragos de la guerra económica.
El pueblo zuliano no acepta la conculcación de sus derechos, mientras el Presidente Maduro está pendiente de los problemas de la soberanía, de la independencia y la autonomía del país, la oposición se la juega violando el estado de derecho, otro tanto hace la empresa privada, violando las garantías jurídicas del pueblo, el derecho al acceso a la comida, a la nutrición, a la salud, el derecho a la vida, todo mediante el aumento incesante de los precios, es decir "las lombrices de la ganancia" que no dejan en paz a los zamuros capitalistas hasta saciar su ambición económica, por ellos se aprovechan de la ocasión para devorar sus victimas, extraerles las extrañas hasta saciarse su avaricia, podemos decir que esos personajes encarnado en la vida económica actúan como las lombrices cuando se alojan en cuerpo ajenos.