¡Amanecimos peleando por un pollo!

El pasado jueves 18 de enero las y los pensionados del Seguro Social de todo el país madrugamos a las puertas de las entidades bancarias, y en cada una de las largas filas que conformamos ese ansiado día peleamos a dentelladas para tomar la punta y hacer cuanto antes efectiva la cantidad de cuatrocientos sesenta y cinco mil sesenta y nueve bolívares con cincuenta y siete céntimos (Bs. 465.069,57); suma que ese mismo día serviría para correr a otras puertas y protagonizar otras peleas, ahora para comprar todo lo que podíamos con irrisoria cantidad de bolívares: un pollo de no más de dos (02) kilogramos antes de que se agotara la existencia de tan preciada y nefasta fuente de proteínas.

De hacerlo de otra manera, es decir optando por retirar dicha suma en días posteriores o transferirla a nuestras cuentas de ahorro y hacer uso de la tarjeta de débito para cancelar el fulano pollo correríamos los siguientes grandes riesgos:

  1. Pasada la memorable fecha la entidad bancaria te aplique el "corralito" que descaradamente y sin derecho a protesta viola nuestra propiedad privada -derecho sagrado en un Estado capitalista- y nos someta a la tortura de retirar lo nuestro a "cuenta gotas", es decir de diez mil en diez mil bolívares cada día lo cual nos tomaría nueve semanas (más de mes y medio) para hacer efectivo nuestro cobro. Fecha para la cual, y habida cuenta de la espiral inflacionaria que nos acogota, el suculento alimento habría triplicado su costo, es decir no alcanzaría para comprar un cuarto de pollo o medio kilo de sus patas para remediar la carencia de colágeno que padecemos los que hemos llegado a la edad de cobrar pensión.

  2. El establecimiento comercial que expende los pollos nos aplique un incremento en el precio del producto por hacer uso de la tarjeta de débito y no cancelar en efectivo, en cuyo caso sólo alcanzaría la pensión para comprar medio pollo. Por todos es sabido el comercio que se ha desarrollado con la venta de efectivo: compra y venta de efectivo para proceder a "facilitarlo" con un recargo del 40% a todo quien lo necesite y esté imposibilitado de retirarlo de los bancos o venderlo por el doble de su valor nominal a las mafias que han proliferado en todo el país.

  3. Que si no compras el pollo y lo divides en siete raciones no comerás nada esa "bendita" semana que toco cobrar la pensión y en vez de pasar hambre tres de cada cuatro semanas tengas que hacerlo por cuatro semanas seguidas lo cual no garantiza que puedas cobrar la siguiente mensualidad. Usualmente el animal se divide de la siguiente manera: dos raciones de muslos; dos de alitas; dos de pechuga y el carapacho y reciclaje de huesos de las seis suculentas raciones ya ingeridas te permitan hacer un caldito. Ello te asegura una comida al día para poder acostarte dando gracias a Maduro por los favores concedidos.



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Edgar Pérez Rueda


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