Luisa la delincuente y el gobierno bobo, o la súper agente Janes Bond

Todo indica que la “Fiscala”, como gusta decir la enjundiosa gramática chavista, es una delincuente que extorsionó a la anterior Directiva de PDVSA a cambio de congelar la investigación por la inmensa corrupción de 200 millones de dólares en la Faja Petrolera del Orinoco. Claro que cuando Tareck se refiere eufemísticamente a” la anterior Directiva”, no quiere hablarnos de los adecos viejos, si no más bien de los neo adecos rojos rojitos que en su momento encabezó Rafael Ramírez el ministro más confianzudo de Chávez, disculpen, quise decir de mayor confianza, quien amenazó con sacar a patadas a los contrarrevolucionarios de la organización. ¡Al parecer, se le olvidaron algunos!

Lo impresionante de la otrora cariñosamente llamada “china” por sus correligionarios, no es tanto su absoluta falta de moral que se queda opacada ante la gran astucia desplegada en 19 largos años durante los cuales “engañó” a toda la lúcida Dirección de la Revolución y que apenas hace tres meses es que se logra develar la verdad, al ubicarse la ilustre dignataria y a su perverso cónyuge en el bando de la oposición.

Me embarga un gran temor al pensar que nos encontramos al borde de una guerra con la mayor potencia militar del mundo como es los EEUU, donde de acuerdo a los maestros estrategas  de las academias castrenses, juegan un papel fundamental  las operaciones  de Inteligencia y Contra Inteligencia, de las cuales al parecer carecemos de los más elementales rudimentos de acuerdo a lo evidenciado en este caso.

La capacidad mimética de Luisita quien logró burlar a todos los organismos de seguridad del Estado, supera a la emblemática  Mata Hari  y se ubica a nivel de la ciencia ficción con el inigualable James Bond agente del Real Servicio de Inteligencia Británico. La hazaña más temeraria de nuestra Janes Bond criolla fue su espectacular fuga por las costas falconianas en una lancha rápida hacia Aruba, donde la esperaba un avión jet que sobrevoló el espacio aéreo colombiano lanzándose en caída libre en paracaídas, hasta el mismísimo Palacio de Nariño donde un estupefacto Santos la esperaba con los brazos abiertos.

Algunos mal hablados o lenguas viperinas que tanto abundan en Venezuela, dicen con ponzoñosa saña que el gobierno la dejó escapar para evitar un molestoso juicio lleno de acusaciones y contra acusaciones; pero eso es pura habladera de zoquetadas, lo que realmente ocurrió es que nuestra habilidosa Luisa, ducha en el arte de la seducción y conocedora de las debilidades humanas, bailó magistralmente una salsa con Maduro mientras le sonreía con sus picaros ojos celestes. Pero no vayan ustedes a pensar mal, Nicolás siempre se mantuvo casto y recordaba con beatitud a la callada Cilia quien devotamente le tomaba de las manos en un tierno cuadro familiar.

Creo que lo mejor que puede hacer el gobierno es contratar a Luisa como agente encubierto, buscarla donde esté y rogarle se ponga al servicio de la patria, tal vez nuestra Janes Bond se encuentre en la Costa Azul, en Monte Carlo, o en las Bahamas jugando en Casino Royal disfrutando de unas merecidas vacaciones mientras planifica su próximo golpe maestro, pensando que los Diamantes son Eternos.

joseburelli@hotmail.com



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José Burelli

Economista. Maestría en Relaciones Internacionales. Subdirector de Cultura UNESR. Profesor de la UNEFA, Universidad Pedagógica de Caracas.

 joseburelli@hotmail.com

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