Un artículo de José Sant Roz i coincidencias interesantes

“A veces, ante la mala manera de ser
de los otros, uno se siente orgulloso de
ser uno mismo y no otro”

André Maurois


Este pensamiento de Marois, lo vengo repitiendo desde mis tiempos en Lovaina, donde la literatura en francés, me acercó mucho a los grandes escritores o pensadores de Francia; pero no es necesario conocer un pensamiento así, ni tener que viajar, para que, en muchos momentos de la vida reflexionar igual, lo que nos proporciona una cierta manera de entender, comprender o descifrar la personalidad de ciertos individuos, cuando su gestos, sus palabras, sus hábitos o hasta su fisonomía i vestir, los desnuda por dentro. Cuando llegué a la Asamblea Nacional Constituyente i vi personajes como Luis Miquilena, (o petulantes groseros como Alfredo Peña) elevado a una posición de tanto honor i compromiso con la patria, creí que quienes votaron por él, conocían de sus cualidades, como el propio Chávez, quien no solamente confiaba en ese oscuro político que me dijeron empezó como comunista i luego militó casi toda la vida en URD i en el sindicalismo, sino que en ocasiones habló de él como un viejo en primavera o como un padre. De mi parte, mui de comienzo, al verlo actuar i hablar, sentí un rechazo que fue in crescendo porque vi en él a un aprovechador de la circunstancias i un analfabeto cultural; lo completó, el saber que era de los ex sindicalistas rico, ayudado por el comunista de clase alta, Gustavo Machado. Tanto en Asamblea, como en reuniones particulares en su oficina presidencial de la ANC, corroboré mi primera impresión, i hace un tiempo publiqué en mi página WEB ESCALIO, un artículo de más de cinco cuartillas, donde lo describí como EL TRAIDOR MAYOR. En una de las sesiones tuve problemas con él, porque cuando defendía mi posición científica de médico especialista en ese terreno, hablando del aborto, me negó descaradamente la palabra haciéndose el loco, porque lo había convenido con el Cardenal más bruto que haya tenido Venezuela. I fue traidor no en un momento de crisis en el cual la cobardía o el soborno lo hicieron cambiar; sino que fue traidor de larga data, que fue colocando sus hombres serviles en puestos claves, como el TSJ, la Asamblea o la Comisión Reestructura del Poder Judicial, etc., lo cual prueba que ya desde el principio, estaba trabajando a favor de la oposición i para traicionar a Chávez, a la revolución i al pueblo venezolano. Afortunadamente Chávez no lo colocó en la vice presidencia, no se si porque empezó a sospechar o una feliz corazonada; pero, si el 11 de abril, Luis Miquilena está en la vice presidencia, asume la presidencia según pauta la Constitución i el golpe hubiese tenido más posibilidad de triunfar. En esos mismos días salió por televisión, con una especie de flux de terciopelo negro (debió ser que se preparaba para el luto de la derrota), denigrando de todo lo que antes debía ser su máxima aspiración a favor del gobierno i del pueblo. Un verdadero traidor mayor, una persona que avergüenza considerarlo venezolano, de la patria de Bolívar. Si algo así se hubiera hecho en los tiempos de la Independencia, Bolívar o Urdaneta, no habrían dudado ni un minuto en fusilarlo.

Sin embargo hai otras cosas que Sant Roz no concibe que puedan admitirse con tanto descaro. En la Constituyente, trabajando en la Comisión de Administración de Justicia, pensando en la escogencia de los magistrados al Tribunal Supremo, mis intervenciones parecieron exageradas i creo que, en el caso de la edad exigida, tal vez lo fui. Expliqué: para que yo como médico (i naturalmente todos los allí incluidos) para ser Miembro Titular de la Academia de la Medicina del Zulia, primero hai que estar inscrito como correspondiente varios años hasta llegar a un mínimo de 10; luego tener más de diez trabajos científicos en revistas calificadas o libros publicados; presentar un trabajo de incorporación aprobado por dos miembros titulares designados por la Academia; el día de la incorporación hacer un discurso sobre el titular fallecido cuya silla vamos a ocupar i luego recibir la medalla, diploma i otros atributos establecidos. Yo pensaba algo parecido para un Tribunal Supremo de Justicia, e incluso propuse como se dice sucede en los Estados Unidos i otros países, hacer un curso superior del idioma materno, i agregué, además, que estudiaran Filosofía aun siendo ya magistrados, porque el peor defecto de muchos abogados, es no saber razonar adecuadamente i menos, saber escribir correctamente. Todo me fue rechazado; empero, ahora veo que Sant Roz conoce muchos detalles oscuros de la politiquería i que, un “magistrado” como Vásquez Alvaray, no debía tener ni tiempo suficiente de graduado para ser juez de parroquia, puesto que me asombro de saber que el título de Bachiller, se lo consiguieron Blanca Ibáñez i Héctor Alonso López.Ya conocemos las consecuencias. En verdad, así están los muchos infiltrados que tiene hoi el chavismo i por ello encuentro sospechoso la insistencia en que no deben mostrarse estas irregularidades que, cierto que no le hacen daño a Chávez ni al proceso revolucionario porque son contados los casos, mas la insistencia consiste en decir que con ello se rompe la unidad del MVR. Yo estimo que no; al contrario lo saneamos, como hai que sanearlo de la corrupción i el burocratismo. Por eso estoi con mucha gente de pueblo i de clase media que piensa así. Estamos contados entre los diez millones de votos que aspiramos, pero que se desnuden internamente mucho falso revolucionario, me parece que es necesario i saludable. Un cordial saludo a mi amigo José Sant Roz, cuyo temple, valentía i fervor por la verdad, está conmigo i con Mario Silva i su Hojilla.


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Roberto Jiménez Maggiolo


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