Trump va ha pedir autorización al Congreso para atacar por tierra a Venezuela, con el pretexto de destruir el Cartel de Los Soles, el más poderoso del mundo, que supuestamente dirige Nicolás Maduro pero que nadie conocía hasta hace unas semanas, así, El Pentágono y el Comando Sur aceleran sus planes de invasión, entregando bombarderos B-52 y 10.000 tropas a Puerto Rico, drones, aviones espías, varias fragatas y buques de guerra en El Caribe, así como presionando a otros países caribeños como Trinidad y Tobago, para que se sumen a ese ataque militar.
Pero todo giró cuando Maduro ha rebelado que desplegó 5000 misiles antiaéreos de fabricación rusa Iglas, en toda Venezuela, que son capaces de derribar a vehículos aéreos a cinco kilómetros de distancia y que por ser unipersonales es virtualmente imposible detectarlos.
Al mismo tiempo, las aplicaciones de radares descubren varios misiles iraníes Buajael 6, patrullando el cielo venezolano, que han sido usados con mucho éxito por los rusos en Ucrania.
Todo parece el preámbulo de una invasión largamente planeada desde la Casa Blanca.
