Donald Trump proclamó ayer el fin de la “guerra de los 12 días” tras un ataque iraní que calificó como “débil” y anticipado. Entre tuits irónicos y gestos teatrales, se felicitó por evitar una escalada y se presentó como arquitecto de la paz mundial: “Congratulaciones World. Time for Peace”. Con Israel e Irán “visitándolo en su casa” para pedir paz, Trump parece escribir su propio guión político, más cerca de una serie de poder y manipulación que de la diplomacia tradicional.
El gobierno israelí ha anunciado oficialmente la entrada en vigor de un alto el fuego, declarando que los objetivos de la operación militar han sido plenamente alcanzados. Las autoridades advierten que cualquier violación del cese al fuego será respondida con contundencia.
El vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvédev, ha afirmado que varios países están dispuestos a suministrar armas nucleares directamente a Irán; a lo que el presidente de EEUU, Donald Trump, ha reaccionado duramente. El presidente de Rusia, Putin, ha señalado que la situación empieza a ponerse muy peligrosa.
Hoy se celebra una cumbre exprés de la OTAN marcada por la presencia confirmada de Donald Trump, quien busca imponer a los aliados un aumento del gasto militar hasta el 5% del PIB. Trump, tras declarar controladas las crisis en Irán y Ucrania, exigirá mayor compromiso de los socios ante posibles nuevos frentes, mientras plantea un rearme europeo que, además de fortalecer a la Alianza, beneficiaría a la industria militar estadounidense y ayudaría a rebalancear su balanza comercial.
