Viernes 10 de marzo de 2023.- Y para acompañar, pues, este homenaje que le estamos haciendo, diez años después, a nuestro compañero cacique Sabino Romero, asesinado hace diez años, mencionó Samuel Bravo del colectivo Toromaima de La Pastora, Caracas, también tenemos que recordar que apenas hace unos días fue asesinado también otro líder indígena, ecuatoriano, un líder de La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, el compañero Eduardo Ventura, vilmente asesinado también por los intereses económicos de la minería.
Y por él también reclamamos justicia, así como reclamamos justicia por el compañero cacique Sabino Romero.
Es bueno recordar que las comunidades indígenas en Venezuela siguen siendo atropelladas por el gobierno central y por las cúpulas económicas.
La Ley de Demarcación es letra muerta, la Ley Orgánica de Pueblos Indígenas sigue siendo letra muerta, nuestras comunidades indígenas siguen siendo atropelladas, perseguidas, asesinadas, empobrecidas.
Es vergonzoso como están nuestras comunidades Guarao, en Delta Amacuro, abandonadas, olvidadas, enfermas, desnutridas, no hay ni un ambulatorio para atender las emergencias, muriéndose incluso de sida, de malnutrición, de cualquier cantidad de enfermedades.
Allá, en El Arco Minero del Orinoco es vergonzoso lo que están haciendo los militares,: la minería ilegal, las compañías transaccionales, sin aplicar el derecho a la consulta previa de las comunidades indígenas.
Por ello el día de hoy exigimos: justicia para Sabino, cárcel para los culpables, los asesinos intelectuales, autores intelectuales de este crimen, pero también justicia para todos los pueblos indígenas que siguen siendo atropellados por el gobierno central.
Hay compañeros pemón que todavía se están pudriendo en la cárcel por haber reclamado sus derechos.
Por eso reclamamos también la eliminación de la ley de Zonas Económicas Especiales, la derogación de esa ley infame, que le sigue otorgando territorios sin consulta a las transaccionales, con cualquier cantidad de ventajas ilegales a las transaccionales, violentando los intereses y la soberanía nacional.
Por eso el día de hoy también, reclamamos justicia por nuestros obreros presos, por nuestros campesinos asesinados, por nuestros trabajadores, por nuestras maestras que siguen recibiendo salarios de hambre.
¿Cómo es posible que en un país, un salario mínimo esté en cinco dólares?, carajo.
Por eso estamos aquí reclamando justicia por los indígenas, por los campesinos,, por los obreros, por nuestro pueblo, por nuestros jóvenes que se andan pudriendo en las cárceles de Venezuela, víctimas de asinamiento, de siembra de delitos, de retardo procesal, todos los días.
Por eso decimos: no vamos ha abandonar las calles, a protestar, a protestar y a protestar.
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