5 de agosto de 2009.- Con la finalidad de crear espacios para debatir los desafíos del socialismo venezolano, un grupo de pensadores progresistas crearon una publicación denominada "Comuna, pensamiento crítico en la revolución” que circulará trimestralmente, a continuación la intervención de Iraida Vargas:
Hola
a todos y todas. Yo no repetiré qué pasó en el evento porque yo fui
una de las más apaleadas por aquello de que el Estado no puede sustituir
al poder popular, pero sí quisiera mencionar algo importante, Luis
Bonilla nos planteó todos los planes a futuro con respecto a la revista
y yo hecho de menos un tema que me parece fundamental y que la Revolución
Bolivariana no ha atendido nunca, ni si quiera lo ha abordado en algun
momento. Es más, a todos ustedes caballeros se les escapa hablar en
masculino, aquí la Revolución Bolivariana tiene rostro de mujer, dicen
constantemente que está sostenida por mujeres, mujeres hitéricas que
buscan en el Presidente Chávez el padre o el marido que no tienen,
pero sucede que esas histéricas, esas que buscan en Chávez el marido
o el padre que no tuvieron son la mayoría de las que sostienen los
Consejos Comunales, las Misiones, todos los eventos. Yo participé junto
a Mario Sanoja en el Foro Itinerante, y una ponente nos dijo que el
problema de que hubiesen muchas mujeres es que lo hacían por la carencia
que tenian de la figura masculina. Señores eso no es cierto, al menos
yo no lo veo asi, y yo creo que es un debate extremadamente importante
que debemos dar y propongo que alguna de las revistas de Comuna debería
estar dedicada a si esta revolución por fin va ha asumir que el 50%
de la población, la femenina, también participa, y participa muy activamente,
y cuál es el papel que juega en un socialismo; que se no se ha planteado
todavía y que debe ser feminista. Porque al fin y al cabo como Engels
dijo, y me perdonan el uso de citas de autoridad, la primera dominación
fue la femenina y la causa de todas las demás. Yo no sé si Engels
estaba echando de menos una mamá que no tuvo.
Y
otra cosa que creo debemos discutir y alguna revista debería de relfejar,
el presidente Chávez lo dice cada momento y todos tienden a repetirlo,
todos los que lo copian, dice "nuestra revolución no debe ser
calco ni copia", refiriéndose a Mariátegui, pero cada vez que
uno asoma algo original, como que el Estado es el enemigo del poder
popular, o cuando uno asoma que el socialismo debe ser feminista, todo
el mundo salta y lo llama a uno pequeño-burgués, que tiende confundir
a las masas, porque todos quieren ser calco y copia. Lo único es, como
le decía a Luis Bonilla ahora, que aquellos agentes de la Revolución
Soviética se equivocaron y la hicieron mal, pero ahora estos agentes
la van a hacer bien con aquel mismo modelo. Entnoces, ¿Dónde está
el calco y copia? ¿Dónde está lo original? ¿Cómo podemos enfrentar
un proceso de cambios como el que estamos viviendo, si no discutimos
qué papel juega el comportamiento de nuestros más remotos ancestros
respecto a los modos de vida socialistas? Porque todos eran socialistas.
¿Dónde está la discusión que vamos a dar respecto al papel de las
comunidades étnicas? Con esto no me refiero solamente a lo indígenas,
nuestros primeros ancestros, sino también a todas las comunidades étnicas,
eso es un problema que no hemos dscutido en ninguna parte. Ahí tenemos
el rollo que tiene Bolivia y no es, pidiendo un Estado multinacional
y aferrándose a viejos modelos de un Estado nacional, y ahi está aprovechandose
el enemigo. Entonces tenemos divididos los movimientos étnicos entre
amazóncos, que cayeron en manos del imperio muchos de ellos mediante
el lavado de cerebro usando la religión, y tenemos todo el problema
andino y todo el problema pacífico.
Entonces, yo quisiera concluir diciendo que es necesario que verdaderamente practiquemos eso de no ser calco y copia. No le tengamos miedo a las nuevas luchas. Precisamente si somos críticos, precisamente hay actores y actrices que han sido dejados de lado, hay temas que han sido dejados de lado por tabúes, y por favor no usen el genérico masculino porque lo que no se nombra, no tiene identidad