26 de junio de 2009.- Intervención del comunicador social Ernesto Villegas durante su intervención en el encuentro "Intelectuales, Democracia y Socialismo":
Creo que fue un español que dijo: “Soy periodista y en mi casa digo que toco piano en un burdel”. Bueno yo en realidad no sé por qué me invitaron a mi a un encuentro de intelectuales, yo no me considero uno de tales, pero les doy las gracias a quienes tomaron la iniciativa y a ustedes por escucharme.
Supongo que me invitaron por periodista, porque la gente me suele conocer por el oficio que yo ejerzo, que escogí. Tengo un amigo que también dice: “No soy periodista, estoy de periodista”, y sobre esas cosas uno ha tenido que venir reflexionando en el tiempo también, por la conducta que los periodistas, como un todo, hemos venido teniendo en los últimos años. Y como supuse que me invitaron como periodista y el género por excelencia del periodismo es la noticia.
Quisiera leerles parte de este documento que es del 16 de octubre del año 2002, sin embargo, si nos damos cuenta, es con posterioridad al golpe de abril, quiere decir que después del golpe a la República de Venezuela -sin el Bolivariana- sigue viva, la han seguido construyendo como propuesta y ayer cuando se informó oficialmente sobre la develación de un complot en El Salvador para atentar contra la vida del Presidente Chávez, yo creo que todos debimos haber sentido como un hilo frío en la boca del estómago al imaginarnos a Venezuela sin Chávez por un segundo. Además de la inmediata guerra civil que eso significaría, nos habremos preguntado qué sería de la República Bolivariana. ¿Estará en capacidad la República Bolivariana de mantenerse como proyecto alterno a esto sin Chávez? Yo creo que no. Por eso yo me río mucho cuando escucho que hay sectores que se supone que son el chavismo sin Chávez, cuando a veces uno aspiraría que fuese más bien Chávez sin cierto chavismo.
Pero quería leerles de este documento la parte de las estrategias generales en el plano internacional, dice:
Con la finalidad de acometer este fin -un fin del que vienen hablando- de la agenda productiva de política exterior -fíjense que es una agenda productiva, económica- auspiciar de acuerdo a la realidad nacional y en función de nuestros intereses la integración global y regional sin ingenuidades -sin ingenuidades es sin solidaridad, traduzco- profundizar relaciones con los socios estratégicos y tradicionales de Venezuela (Estados Unidos, Colombia, el resto de la Comunidad Andina, Caribe, Comunidad Europea) y sujeta a los intereses del país para lograr pleno desarrollo económico -pleno desarrollo económico obviamente con participación determinante del sector privado, como entiendo. Víctor acaba de describir que se está dando en este instante-. Declarar un claro repudio al terrorismo –yo interpreto esto como una alineación de Venezuela en la guerra global contra el terrorismo de los Estados Unidos-. Colaborar de manera bilateral sin ambages con Estados Unidos y Colombia en el combate contra el narcotráfico y el terrorismo. Recuperar la meritocracia y profesionalismo de la carrera del servicio exterior y buscar acuerdos hemisféricos de largo plazo, con énfasis en lo energético.
La República de Venezuela quiere acuerdos hemisféricos de largo plazo con énfasis en lo energético. Porque, como decía Luis Brito, estamos sentados en esa piscina de petróleo que signa pues, tal vez también en los recursos acuíferos que él mencionó, pero en todo caso determina lo que esta gente se está proponiendo para Venezuela como alternativa a Chávez. Digo a Chávez porque no hablo del socialismo como una construcción acabada, yo venía en la calle y vi los carteles de una exposición que decía “Aquí está el socialismo”, un festival, primer festival de no se qué cosa. Y digo bueno, aquí esta el socialismo, que yo sepa el socialismo no existe todavía en Venezuela, es una construcción.
Yo me alegro de que me hayan invitado para acá porque es la primera vez que tengo ocasión de asistir a una de estas actividades en el Centro Internacional Miranda y yo creo que va a marcar un hito este encuentro. Las personas que estuvieron en la mañana, como periodista también tenía algunas fuentes que me iban informando del desarrollo de las deliberaciones, y me decían que esto podría resumirse en el título “La Revolución se revisa” y para mí fue placentero, por la ausencia precisamente de escenarios como este en Venezuela. Yo creo que este debería ser un ejercicio permanente, tal vez con diez años de retraso nos estamos viendo las caras aquí, o por lo menos yo les veo las caras a ustedes en este debate. Probablemente tengan tiempo en eso otros venezolanos, pero creo que la misma asistencia a este evento en esta hora del sueño, como dice Luis Brito, refleja el interés que hay en torno al tema y vaticino que serán cada vez más multitudinarios, porque se nos va la vida en esto.
No tengo yo las credenciales ni la profundidad de las personas que están sentadas aquí, saben muchísimo más que yo lo que han sido las experiencias de transición al socialismo, como dice Javier, pero en el área que a mí me toca, que es de la comunicación, es angustiosa la búsqueda. Por supuesto que un modelo de comunicación para el socialismo en el siglo XXI no solamente depende de cuál es el modelo, sino que ese modelo de comunicación va a signar al modelo de socialismo. A mí me angustia el debate que estamos dando en este momento sobre el tema de los medios, si lo estuviéramos dando al comienzo uno comprendería muchas de las posiciones indignadas que se oyen. Luis Brito preguntaba sobre la gente de CONATEL, pero es que ¿la gente de CONATEL acaso es magistrado del Tribunal Supremo que fue electo y designado allí por 12 años? No, los señores de CONATEL son funcionarios, ¿y a qué rama del Poder Público están adscritos? ¿No es el Poder Ejecutivo? ¿Entonces dónde está la falla?
Conozco compañeros que han formado parte del Directorio de Responsabilidad Social de Radio y Televisión que sostienen -yo tendría que confirmarlo- que allí las acciones, las averiguaciones administrativas frente a televisoras, se extinguen porque no las prosiguen. Más bien cada anuncio de apertura de una averiguación administrativa termina siendo un punto a favor de los investigados, porque ellos pueden exhibir el que la investigación nunca concluyó en nada, ni en inocencia ni en culpabilidad.
Entonces me angustia porque de pronto veo que es un tema de debate público y cotidiano, pero hacemos poco para construir una nueva relación que no sea esa, en muchos casos hasta psiquiátrica, relación que tenemos con los medios. En estos días participé en un evento al que me invitó Hindu Anderi y entonces me porfiaba un compañero en contra de una recomendación que yo le hice. Yo ando en estos tiempos escribiendo un libro, sobre el cual prometí no hablar más hasta que no lo tenga en la mano, y yo les recomendaba a los compañeros, les decía “mira vale hagan como hice yo, me ha ido muy bien, dense una cura de medios. En lugar de la cura de sueño que le recetan los psiquiatras a la gente o los psicólogos, dense una cura de medios y desconéctense de ese mundo un rato y volteen y vean que tienen al lado un libro, un hijo, un lienzo en blanco, ráyenlo y apaguen eso”. Entonces el compañero me porfiaba y me decía “No, pero y si pasa algo, yo no puedo dejar eso”. “Bueno y si pasa te enteras mano”. El día que fue el temblor, todos estábamos dormidos, bueno, yo estaba despierto, pero buena parte de la gente estaba dormida, pasó y no había televisión encendida en el 99% de los casos, y pasó. Cuando regresó Chávez no había medios, dice Vladimir, y tiene razón.
Entonces, cómo es ese ciudadano del Socialismo del siglo XXI, un ciudadano enfermo de eso que llamaron en alguna ocasión infofrenia. ¿Ese es el ciudadano que queremos construir? A mí me pasaba con Aporrea, yo no sé si les habrá pasado a ustedes que transcurre una media hora, cuarenta minutos y no he visto Aporrea a ver que fue lo último que pasó. Mira mano y usted pasa dos, tres semanas y no ve nada de lo que ocurre y le bastará media hora para actualizarse porque no pasa nada.
Claro, pasan muchas cosas que no salen ni siquiera en Aporrea, ocurre como por ejemplo un colectivo maravilloso, estoy seguro que a Javier, que es enemigo del socialismo estatista, le encantará la experiencia de un colectivo artístico llamado La Liga. Bueno, unos muchachos, con apoyo, por supuesto, del Ministerio de la Cultura, de Alba Ciudad, pero se juntaron ocho grupos y artista venezolanos y andan recorriendo Caracas y el interior del país llevando su música, José Alejandro Delgado, Más Mega Hertz, la Radio Candela y están haciendo mucha más revolución en la práctica, despertando conciencias poniendo a bailar a los jóvenes, que muchos burócratas, que reproducen inmediatamente el modelo. En lugar de averiguar cómo es que funciona el Estado para desmontarlo; averiguan cómo funciona el Estado para lucrarse, para beneficiarse, poner trabas, hacerlo más difícil todo.
Entonces, desde mi orfandad intelectual, a mí me entusiasma mucho lo que está ocurriendo fuera de los medios, fuera del mundo de los medios. Sé que como periodistas no lo estamos, ni en los medios públicos ni en los medios privados, estamos recogiendo, satisfaciendo el derecho constitucional de la gente a estar oportuna y verazmente informado. Me abrió los ojos al respecto Aram, en una intervención en el Ateneo, recuerdo, en el antiguo Ateneo de Caracas, que decía Aram, hace ya cuánto, casi diez años, “aquí están pasando cosas y no lo dicen los medios”. Y yo debo decir que no lo dicen los medios ni los de ellos ni los nuestros.
Me angustia porque yo me pregunto sobre mi propio rol, en ese socialismo que hemos de construir ¿cuál es el rol de los medios? ¿Cómo van a ser esos medios? ¿Serán estatales? ¿Estará el poder que tiene hoy un dueño concentrado en un burócrata que decide quién va y quién no? Que de pronto diga “no, esa gente de Aporrea no va, que no los inviten, inviten a Santiago Arconada que es mejor”. Ese poder decisorio de quién habla, quién no, cómo se dicen las cosas, ¿se lo trasladamos de Ravel al compañero tal o al compañero cual y allí ya lo cambiamos todo? ¿O hay un desafío para construir algo distinto también y ponerle controles a ese poder que nosotros podemos delegar en una burocracia en el artículo porque es socialismo de Einstein? El último párrafo es ese.
¿Cómo impedir que una economía fuertemente planificada derive en una burocracia que todo lo asfixie? Yo lo traslado al plano de los medios, ¿cuánta gente no está asustada con este tema de Globovisión? Yo he visto mucho chavista que termina yendo a Globovisión. Es más, no voy a dar nombres, pero hay connotados jefes de la Revolución que los he visto yendo a Globovisión porque los medios nuestros de pronto hay un impedimento… mejor llamémoslo de alguna manera distinta.
Eso, no hay escenario donde discutirlo, me sentí reivindicado cuando el Presidente Chávez desafió a Vargas Llosa a debatir en el Aló Presidente, porque por esos días había salido un artículo en Aporrea, o a raíz de un artículo que apareció en Aporrea -me escribió alguien que decía es que tú le hacías mucho daño a la Revolución porque te la pasabas invitando a la contra- y yo le dije: “bueno, Chávez acaba de invitar a la contra también, pero a Aló Presidente, que tiene más sintonía todavía que el programa que yo tenía, que yo hacía”. Y cuando Chávez hace ese desafío yo siento que hace una contribución en el dibujo de ese modelo, que es un modelo que en mi criterio tiene una fortaleza gigantesca, por el debate, porque nace con esas contradicciones que están aquí en esta mesa y que no están todavía resueltas, no hay una cartilla que tú puedas utilizarla como un mapa de navegación ya predeterminado.
Y el debate con la derecha, es fácil confrontar con esto. Yo no entiendo como le tenemos miedo en muchas ocasiones a debatir esto. Si Vargas Llosa es un tiro al piso, y dónde están los vargasllosistas que están por aquí. Y si son unos vargasllosistas por qué no los derrotamos en el debate. Por qué tenerle miedo a eso y decir no, ellos que vayan allá, a sus tribunas. Si tienes la razón derrótalos, derrótalos delante del pueblo y contribuye a la elevación de su conciencia política. Y además dale herramientas a la gente, porque la gente, a diferencia de los burócratas, la gente está en la calle, yo ando en Metro. Ahora, hay muchos burócratas que se aíslan y pierden todo contacto con sus adversarios políticos, pero hasta físico, gente que no le ha visto la cara y no ha tenido que discutir con un adversario de la derecha en años. Que hay un principio que dice que el músculo que no se utiliza se atrofia.
Por eso la universidad es un excelente gimnasio, porque es la casa de la pluralidad, bueno, debía ser. Pero la gente que viene de las universidades está acostumbrada a debatir, los compañeros del movimiento obrero o del movimiento sindical ¿cuál es el modelo sindical del socialismo en el siglo XXI? Esa es otra gran pregunta que se hace uno.
Entonces ojalá que haya esa reflexión, porque en la medida en que nosotros no satisfagamos la necesidad que al fin y al cabo es de participación que tiene la gente, en ese imaginario que son los medios, en esa misma medida nos vamos debilitando y vamos justificando la existencia de esos caballeros que hacen del periodismo algo risible, que provoca decir en casa que uno en vez de trabajar en los medios, o de ser periodista, toca el piano en la noche en un burdel.
Aquí tengo un punto, por ejemplo, Eva Gollinger ha hecho una extraordinaria contribución con sus investigaciones utilizando la Ley de acceso a la información, pero nosotros tenemos un Estado cerrado absolutamente a dar información. David Paravisini me decía en estos días en el programa que él quiere buscar cifras, datos, sobre estadísticas oficiales en diversas áreas y no se consigue, no hay manera. ¿Víctor sí las tiene todas? Es un privilegiado. Pero son cosas para el debate, porque en nombre de esta guerra con esta gente, y con el corazón en vilo -porque ahora le hacen el complot a Chávez en El Salvador-, nosotros tenemos la tendencia a cerrarnos todavía más, y comprensiblemente, porque si viene la guerra adiós los medios, adiós al debate, adiós todo porque lo que viene es guerra. Pero si no viene la guerra, tenemos que regar las raíces para que crezcan.
Finalmente, y con esto termino, yo creo que ésta reunión puede terminar siendo una reunión un poco conspirativa, o considerada como conspirativa, porque he escuchado mucha crítica. Bienvenida sea esa tónica que se ha adoptado, porque yo estoy seguro de que nadie de los que ha hablado aquí ha hablado desde la deslealtad. Todo el mundo, independientemente de lo debatible que sean sus críticas, lo hace con el corazón puesto en esto. Bienvenido sea, ojalá este espacio se multiplique, yo les agradezco mucho.
Solamente, como Javier cita mucho a Gramsci, recuerdo haber leído -creo que fue en Cuadernos de la cárcel- un comentario triste de Gramsci que dice que los obreros que ayer apoyaron a los comunistas terminaron apoyando a los fascistas. Ojalá que no nos pase eso, no les dejemos la bandera de los obreros y de la clase obrera a la CTV. No despachemos como economicista todo reclamo salarial, sindical, reivindicativo, porque lo que podemos hacer es reproducir a Antonio Ledezma, que lo revivimos, lo sacamos de las catacumbas, y entonces revivamos también a Carlos Ortega y toda esa cuerda de carcamales de la CTV. Muchas gracias.