Caracas 27 de abril 2009.- Actualmente, existe una gran demanda de petróleo en todo el mundo y preocupa a muchos qué pasará cuando se acabe.
Expertos calculan que los combustibles de origen fósil, como el crudo, tendrán una duración de aproximadamente 200 años, lo que ha llevado al hombre a desarrollar energías alternativas.
Hay países que por no tener petróleo, como Japón, o que son grandes importadores de crudo, como Estados Unidos, han explotado con mayor fuerza el uso de energías alternativas: eólica, solar, térmica, hidráulica, geotérmica, biomasa y nuclear, entre otras.
Las "energías limpias", como la del sol y el aire, evitan las emisiones de gases responsables del efecto invernadero, lo cual ayuda a contrarrestar los efectos del calentamiento global de la Tierra.
Venezuela apuesta a nuevas fuentes para diversificar su matriz energética y el reto del Estado es buscar cubrir la demanda insatisfecha con esas fuentes alternas.
Plan de desarrollo.
Nuestro país carece de una data sistematizada. Se tienen mediciones meteorológicas, pero la información no está totalmente recopilada. De allí que el Ministerio de Energía y Petróleo (Menpet) esté elaborando el Plan de Desarrollo de las Energías Renovables, que espera tener listo para este año.
La primera fase busca determinar el potencial de cada fuente energética para ver después cómo se utilizará de manera productiva en el país a gran escala.
Sobre la energía proveniente de la luz del sol, el director de Energías Alternativas del Menpet, Vicente Durán Márquez, explicó que la mayor potencia solar en el país está en la zona norte costera, donde se tiene una incidencia de energía calculada entre 6 y 7 kW/ h/m² por día.
La mayor radiación solar está ubicada en las penínsulas de La Guajira y Paraguaná. En cambio, el sur del país y los Andes venezolanos representan las zonas con menor radiación solar.
La energía que se produce con la luz del sol es recolectada de forma directa, a alta temperatura, en centrales solares, o a baja temperatura mediante paneles térmicos domésticos.
Esa fuente se utiliza para la electrificación rural, en el sector agrícola, para el calentamiento de agua que es utilizada en duchas y para la cocción de alimentos; también para centrales frigoríficas, aeropuertos y carreteras, entre otros.
Energía fotovoltaica. La energía solar se puede aprovechar de dos maneras: por medio del calor o energía térmica y de fotones o fotovoltaica.
La primera consiste en captar la radiación del sol y su transformación en calor mediante colectores solares para calentar fluidos a una cierta temperatura. La fotovoltaica transforma la energía solar en eléctrica a través de células a base de silicio.
En el país se han instalado 806 sistemas fotovoltaicos y 102 potabilizadores de agua que usan la luz solar como fuente de energía.
Esos sistemas han beneficiado a 107 mil 590 personas y las plantas potabilizadoras a otras 28 mil 700, la mayoría residente en zonas apartadas.
La iniciativa permitió dotar de luz eléctrica a 551 comunidades, de ellas 235 indígenas y 316 aisladas y fronterizas, así como brindar agua potable a 100 comunidades, 15 de ellas indígenas y el resto aisladas o fronterizas.
Sembrando luz. El Menpet creó en 2006, por medio de la Fundación para el Desarrollo del Servicio Eléctrico (Fundelec), el programa Sembrando Luz, ante la realidad de que unas 10 mil comunidades aún no tenían servicio eléctrico.
El programa adelanta proyectos para instalar sistemas fotovoltaicos en comunidades ubicadas por lo menos a 10 kilómetros del último poste de tendido eléctrico convencional. En El Quinó, una comunidad del estado Mérida con 200 habitantes, ya se colocaron sistemas que generan energía de 600 vatios pico, suficiente para alimentar un refrigerador pequeño, un televisor y otros artefactos eléctricos.