Paramilitarismo, terrorismo vs guerrillas comunicacionales

La cola para pagar el recibo telefónico era larga y lenta. El local del Hipermercado Bicentenario, aquí en Barcelona, donde funciona una taquilla de CANTV, estaba acalorado.

Aquellas circunstancias estimularon a un opositor militante a hablar mal del gobierno. Porque hacer esto en cualquier espacio, por lo menos donde uno comúnmente se moviliza o acude, es casi un deber o incontinencia para quienes nada quieren con Chávez.

Quien primero habló, lo hizo con la intención de averiguar la posición política del de adelante o el de atrás. Dos son buenos para esos fines. Los soliloquios no son bien percibidos.

Habiendo mirado a lo largo y ancho del negocio ahora del gobierno, dijo, como quien hace un comentario inocente:

“Esto si está cambiado”.

Hizo un agregado, como quien deja caer una pista en el camino, “aquí hace un calor horrible. Antes no era así”.

Este comentario le reportó lo que buscaba; para suerte suya, el de adelante y el de atrás, estaban en lo mismo. Y así el trío, a voz en cuello, se dedicó a lo suyo. Mientras la mayoría en la cola, como es habitual, callaba o hablaba de otras cosas.

Hace unos seis meses, escuché a un amigo decir que esa conducta generalizada, a lo largo y ancho del país, es parte de un guión elaborado por una fracción opositora.

Se trata, sin duda alguna, obedezca o no un plan fríamente concebido en un partido o agencia publicitaria, siendo de la oposición, de la actuación de un “paramilitarismo comunicacional”, sinónimo de terrorismo. Y lo es más porque, en gran medida, difunde noticias falsas destinadas a generar angustias, enfrentamientos, desestabilización y hasta temor.

En una cola, días después de semana santa, un “universitario”, según se definió, y por ello “muy sabio e informado”, gritó entre otras inventivas que “se perdieron días sin trabajar y el consumo eléctrico aumentó bárbaramente”.

Hay una organización paramilitar comunicacional, de Autodefensas Unidas o Contra – aquella organización militar que los gringos armaron para combatir al gobierno del Frente Sandinista – que opera a favor de la oposición y difunde mentiras. Aparte del grueso que lo componen los sistemas informativos escritos y audiovisuales. Puede ser que sea hasta informal pero actúa y es eficiente.

En la red se puede encontrar, sólo escribiendo la palabra Gurí, un reportaje de El Nacional, en el cual se asegura mediante informaciones u opiniones dadas por “técnicos”, que para el 6 de abril próximo pasado, la represa estaría cerrada.

Hay pues una guerra comunicacional de baja entraña, sin moralismos ni respeto por nada, contra el gobierno y lo que es peor contra el pueblo. Tienen su artillería pesada, toda la tecnología de largo alcance porque el capital sale a defenderse así mismo y lo que cree pertenecerle. No hay principios, gloria ni nada que no sea obsceno.

Por eso es falsa e hipócrita la reacción contra el uso de las llamadas “guerrillas comunicacionales”, las cuales ejercerían el derecho inalienable de llevar su mensaje. Pero que cargado de verdad y compromiso con las mayorías, estaría destinado a contribuir que el pueblo elabore sus respuestas, no a alienar.

Al margen que la palabra guerrilla sea o no la más adecuada, ya se venía utilizando para el mismo fin, mientras se habla de implementar las comunicacionales, es evidente que la oposición y particularmente el capital, han venido sistemáticamente haciendo “paramilitarismo comunicacional”, que por su estilo y contenido, no sólo busca ganarles adeptos, desmoralizar y fundamentalmente a atemorizar partidarios del cambio o no.

Porque la comunicación está desempeñando un papel trascendente en el combate por el control del poder. Cada clase o sector político, hace uso de ella. Agarrarse de una palabra, mal o bien concebida, para desacreditar al adversario, no solamente es mala fe, arte sino gazmoñería e infinita hipocresía. Y es sin duda, un buen uso, decir que es más de lo mismo.

¡Cómo desearía que el partido tomase para sí la tarea! ¡Es más, que fuese intensamente inconforme como una guerrilla! ¡Que se enguerrille pues, se vuelva crítico de la información que recibe y ayude al crecimiento crítico de quienes suelen ser pasivos!


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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

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