El monstruo Oliga quiere regresar

Agua Grande es uno de los países más hermosos del mundo, cuenta con los mayores recursos naturales del planeta. Hace más de 200 años, el pueblo de Agua Grande inició una lucha irrenunciable para liberarse de una potencia extranjera que pretendía colonizarlos. Un hombre pequeño pero de gran corazón; conocido y querido por el pueblo como el libertador, lideró el movimiento por la emancipación.

El Libertador y su ejército independentista logró echar de Agua Grande a la potencia extranjera, pero la lucha por la justicia social no había terminado; las divisiones estaban quebrantando la unidad de los independentistas. El libertador terminó arando en el mar y sembrando en el viento, ya avizoraba el peligro que representaban las divisiones para el futuro de Agua Grande.

Oliga, un enorme monstruo de tres cabezas y enormes tentáculos, nacía rápidamente apoyándose en el movimiento emancipador. Azuzando la división y la avaricia, empezaba a acomodarse en el poder. La traición a la causa independentista y de justicia social ya era evidente; Oliga había expulsado al Libertador y se configuraba en el país como una nueva clase explotadora y privilegiada.

Durante décadas Oliga fue creciendo y sus tentáculos agrandando, gobernó Agua Grande sometiendo al pueblo a la miseria y excluyéndolo de todos los procesos de participación ciudadana. Un alto índice de pobreza extrema cernía el país, obligando al éxodo de las personas hacia las capitales y concentrándolas en pequeñas casas de cartón encima de los cerros. Los servicios de salud pública habían sido abandonados por parte del gobierno, beneficiando así al sector privado de Oliga. La educación, la salud y demás servicios básicos, eran privilegios de la minoría rica y explotadora que servia al monstruo.

La gran mayoría del pueblo de Agua Grande era explotado y vilipendiado; escondiéndose detrás de la bandera de la democracia, Oliga creaba leyes que respondían a la minoría explotadora y a su amo yanki. El sistema corrompido bajo Oliga desató una horrenda represión en contra de todo aquel que expresaba su descontento, fueron innumerables los desaparecidos y asesinados bajo este régimen que estaba siendo asesorado por su amo yanqui; el cual sacaba grande provecho poniendo mano sobre los recursos naturales de Agua Grande.

En medio de tanto caos y miseria en la que el pueblo estaba sumergido, apareció un comandante con un grupo de seguidores que empuñaban nuevamente los ideales independentistas del Libertador. El pueblo inmediatamente reconoció la sinceridad de sus palabras, su mirada de amor revolucionaria. Una conexión mágica empezaba a surgir entre el pueblo y el comandante; que juntos empezaron a retomar la lucha por liberar a Agua Grande de los apéndices de Oliga y su amo Yanki.

El comandante recorrió todo el país explicando la necesidad de convertirlo en una potencia independiente y soberana. Su mano firme y voz contundente acusaban directamente a Oliga y a su amo de toda la miseria en que había sumergido al pueblo; de las grandes injusticias que se cometían en su nombre.

Gracias a un enorme trabajo revolucionario por todo el país, el comandante había llegado al poder con un apoyo contundente de su pueblo que celebraba un nuevo alba. La esperanza de Agua Grande empezaba a reflorecer junto a un gobierno en donde sentía representado sus intereses como colectivo. Inmediatamente el gobierno del comandante empezó a reivindicar los derechos del pueblo, tantas veces vejados por unos y por otros.

Se reformó la constitución del país hecha bajo el mandato de Oliga, para incluir al pueblo en los procesos de construcción de la sociedad nueva, más participativa y protagónica. Se crearon una serie de programas sociales para beneficiar a la gran mayoría de pobres que había generado el pasado oligarca. Agua Grande empezaba a despertar de la pesadilla que representaba Oliga, que junto a su amo yanki hacia planes conspiradores para regresar al poder.

El pueblo de Agua Grande se fue apoderándose poco a poco bajo la guía espiritual y teórica de su comandante, organizándose en comunas fue fortaleciendo el poder popular para superar las grandes miserias que heredaba el nuevo gobierno revolucionario. Agua Grande había despertado de un largo sueño al que fue sometido.

Oliga, quien mantenía todavía vivo sus tentáculos dentro del Estado y la sociedad; utilizaba los medios de comunicación bajo su poder para bombardear al pueblo con mensajes de violencia en contra del comandante. Su amo yanki financiaba sectores juveniles acomodados para desestabilizar el gobierno revolucionario y crear caos en el país, pero el pueblo organizado que seguía al comandante se mantenía alerta en la calle.

Agua Grande lucha por su liberación y su absoluta independencia, sabe que tiene ahora lo que jamás tubo bajo el régimen espantoso del monstruo, que debe defender cueste lo que cueste todas las reivindicaciones que han logrado en el gobierno del comandante. También saben que Oliga y su amo yanki están siempre conspirando para volver a poner sus tentáculos en los enormes recursos de Agua Grande, por eso están movilizándose constantemente, denunciando sus atrocidades, organizándose en construcción de la patria socialista.


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Adal Hernandez


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