8 ½ y no es una película de Federico Fellini. Chávez no es el hombre araña

  ME TOCÓ al fin vivir una experiencia inolvidable en un CDI situado en “El Recreo”, una urbanización clase media del municipio Palavecino. Llegué a las 7 AM referido por el consultorio de Barrio Adentro de mi comunidad para hacerme unos exámenes. Ocupe una silla de espera y en ese mismo instante me tocó vivir una especie de película trágica cómica. Una dama medio encopetada, entrada en añitos comenzó una despiadada perolata crítica contra los médicos cubanos del referido centro. Que si ,los médicos cubanos llegaban tarde, que atienden tarde, que son desconsiderados, retrecheros y groseros, que se llevan televisores, neveras y aparatos de sonido, que le pagan mejor que a los médicos nuestros, que se la pasan bebiendo caña, etc. Luego la cogió con Chávez. Que si se la pasaba viajando, que regala los reales del pueblo, que si es peleón y grosero, que no hay libertad de expresión y está acabando con la democracia, que está persiguiendo a la oposición y metiéndolos presos, etc. Que mejor me voy para una clínica privada, que si este centro tiene fama de incompetente, Etc. Definitivamente no se marchó, esperó poco tiempo como todos. El segundo pronóstico se le cayó.  

  El CDI se mostraba limpio e impoluto. Comenzaba a tomar vida. Los ciudadanos haciendo una pequeña fila a la espera de ser atendidos. Un niño con fiebre alta fue pasado a emergencia. La señora de este cuento me mostró 8 órdenes de referencia para sus respectivos exámenes. ¿Tantos?, le pregunté y enseguida me concentre en el libro “El sonido y la furia” de William Faulkner que me llevé para matar el tiempo. Llegó el medico del laboratorio. Me tocó de octavo y me saque la sangre. Realice los otros dos exámenes y me fui a tomarme un desayuno fuerte para regresar por el segundo examen de sangre.  

 SALÍ A LAS 8 ½ del CDI y me encontré a la dama en cuestión. ¿Cómo le fue Señora?,  le pregunté. Muy bien me dijo, todo excelente, pero siempre hay algo malo por culpa de una doctora cubana que me miró muy feo. No aguanté más y la confronté para decirle: O sea, se ahorra más de cuatrocientos Bs fuertes, la atienden de maravilla y en poco tiempo y todavía despotrica contra el sistema de salud por una supuesta mirada. No juegue Señora, por favor, no vea tanto Globoterror. Está sicoteada, debería hacerse un examen de la cabeza. Hay personas así. Buche y plumas nomás.

  HUGO CHÁVEZ FRÍAS, para muchos venezolanos es una especie de hombre araña. No le alcanza los brazos para atender las necesidades más urgentes y programar tantas actividades. Ya lo dijo Fidel y es bueno recordarlo; “Chávez no es el alcalde de Venezuela”. Es un líder fiel a sus ideas y práctica el pensamiento de nuestros libertadores. No se queda dormido en los laureles. Siempre nos trae algo nuevo, no descansa. Ni cree, ni ejecuta eso del “reposo del guerrero”. Por ello está pendiente de todo. No tiene pepitas en la lengua a la hora de criticar, regañar y puyar a sus ministros. Líder incansable ahora nos trae seis nuevos vicepresidentes para ver si estos se ponen las pilas y logran emularlo en cuanto a capacidad de trabajo se refiere. El presidente lo intuye y lo sabe. Hay descontento y proliferan las críticas hacia quienes les corresponde gobernar con eficacia y eficiencia. El pueblo habla, pero parece que muchos de estos gobernantes se muestran sordos y mudos. Una buena crítica a tiempo corrige los errores, fallas e ineptitudes de los gobernantes. Nadie espera que el gobierno de la revolución sea perfecto, pero señores vice presidentes empujen el carro de revolución bolivariana. Sean vigilantes de los gobiernos de las gobernaciones y alcaldías e impulsen los programas y proyectos que el pueblo pide a gritos. Hay degaste, producto de la incompetencia y el cansancio. Un segundo aire oxigenará a la revolución socialista. El miedo a criticar debe perderse. No puede causar temor alguno; siempre que estas sean para mejorar u orientar y no para destruir. El presidente no puede seguir proponiendo ideas para que estas caigan en el vació.  Es hora de impulsar un debate nacional sobre el socialismo. Bien por Guillermo García Ponce, director del Diario VEA. Debemos promover el contenido ideológico de nuestra revolución bolivariana y socialista. Chávez solo no lo puede todo. Un solo grano no hace montaña. Debemos de cosechar miles de mazorcas, ideológicamente hablando. Allí esta la sustancia y el contenido de una revolución que todavía se muestra inédita. Inventamos o erramos, he aquí el dilema.

 Antojofel@hotmail.com



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Antonio Fernández Lunardi


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