(¿Qué quieres tú de mí que no quiera yo de ti?)

Chávez: dale que dale y Uribe ahí como si nada

-Que no te vendo más combustible barato, que no te compro más pollo, que Venezuela se respeta, que se vengan todos los colombianos que quieran que aquí en la patria de Simón Bolívar cabemos todos, que no bailo más ballenato por estos días, que no te mando más derivados del petróleo, que no te recibo más carne, y, el hombre dale que dale y Uribe ahí llevando más palo que una gata ladrona.

Sin más ni más de vez en cuando: –señores de Venezuela- que esa guerrilla ya no es nuestra que pasó a ser suyas, es más de allá que de acá, que son ustedes quienes les dan armas.

-Que ahora sí me como a ese enano marutón que no tiene compasión con nosotros que, yo le puse la otra mejilla y también me la cacheteó el muy desleal. Le estiré la mano derecha y el me dio la izquierda, porque yo soy zurdo. Y ustedes no han de creer que por donde lo busque se me escapa el bárAlvaro, es verdaderamente incomprensible, por lo que me quito el sombrero de la soberbia delante de él -¿y qué más puedo hacer?

-Sin que me quede nada por dentro, me da pena decirlo, pero es la pura verdad, ese Uribe quiere acabar con mi vida y mi mandato, no atrapa el mínimo de la desaceleración y, por más que se lo he dicho que hasta la cuenta perdí, pero no, él sigue de tú a tú (you to you) con los yanquis y, nosotros con las puertas del corazón abiertas de par en par para que entre con las botas sucias de su cerebro.

-Tengan la seguridad verdadera que, de ahora en adelante esto se acabó como que me llamo y he hecho el papel. Anjá de eso mismo y, como les iba diciendo y, les repito que no habrá más pan de piquito para Colombia, porque ese Uribe me tiene hasta la coronilla. Ese hombre es más duro que el cuero de vaca del estado Bolívar y, más zamarro que un toro sin cacho. Pero por ésta. Sí por esta cruz que estoy haciendo ahora y véanme: o se va Uribe o me voy yo, porque uno de los dos está sobrando o, tiene que aflojar y, no seré yo, porque soy el que da su brazo a torcer siempre. Así es que, mañana mismo mando al señor embajador para Colombia, creo que ya es bueno que se vaya a trabajar después de unos días de vacaciones bien merecidas por la vaina que nos echó Uribe con sus bases y, el armamento que le cogió a las FARC de destrucción masiva con la diferencia o suerte que ya estaba vencido –gracias a nuestro señor Jesuscristo.

-He dado la orden estricta que no me le compren más paticas de cochino a los colombianos por aquello de que más vale un cochino muerto que un cochino vivo.

-Con Uribe no quiero nada, aunque se vista de mataduras. ¡Por favor: sírvanme un cafecito colombiano! Aunque el nuestro es mejor, pero …

-Si son tan amables: llamen al canciller Maduro y díganle que no envíe más el ramos de flores que semanalmente se le manda a la embajadora colombiana en Caracas, que ya está bueno y, que ella se deje de traernos arequipe para acá que, bueno es pero no tanto.

-Me voy a UNASUR sin querer queriendo, ya que me sentiré mal allá si mi amigo Uribe no asiste. -¿Saben una cosa, lo mío por Colombia es un amor desenfrenado sin fronteras?

-No sé si esto lo escribí alguna vez, pero lo mismo da:

Permiso para ocultarme de mis demonios

“He luchado con las armas de la libertad por el pueblo que me eligió, para dirigir democráticamente hasta que el cuerpo aguante y la voluntad popular así lo quiera. Los destinos que el poder me da con entusiasmo son para que jamás me salga del camino de las leyes, ni atentaré contra los principios morales que cubren mis razones de ciudadano ejemplar afianzado de honorabilidad”.

-Por eso y muchas cosas más, digo a todo pulmón: ¡Uribe go home!


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Esteban Rojas


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